Analisis En Busca De La Felicidad

El dinero, ese extraño compañero en nuestras vidas, que a lo largo de la historia ha ido tomando diferentes formas, colores y tamaños, pero que siempre ha estado ahí, al lado del hombre y que ha tenido la capacidad de dárselo todo o de arrebatárselo. Y este elemento tan perturbador de nuestra felicidad es el eje de nuestra forma de vida, forma el núcleo de la sociedad en la que nos desenvolvemos a diario y es el eje de esta bella película.

Habrá quien se moleste por este comentario u otros que haré a continuación (él sabe muy bien quien es) pero es inevitable que mis reflexiones vayan por ese camino.

“La busqueda de la felicidad” es un drama conmovedor, que a pesar de ser una pastelada, la típica manifestación del sueño americano, y más que previsible es un fiel reflejo de la vida de muchas personas que convivien entre sus sueños de grandeza y la dura realidad que se les muestra bien distinta a como la esperaron.

La pimera parte del metraje resulta repetitiva y falta de ritmo, pero no podía ser de otra forma, porque no hay mucho que contar, pero no obstante el sabor de boca final es satisfactorio, porque se solventa con la intensidad de la historia.

Will Smith está tremendo y una cosa puede sacar en claro y es que tiene un hijo que es para comérselo, son una pareja ideal y la complicidad entre elllos queda patente en cada momento.

Sólo quedarme con tres momentos interpretativos que son valederos de la nominación al Oscar para Will Smith:

Cuando queda frente a su hijo en las canchas de baloncesto y en un soberbio contrapicado le dice al pequeño que jamás deje que nadie le robe sus sueños, que nunca le digan lo que no puede hacer, que si tiene un sueño lo persiga. Es un momento estupendo en el que el protagonita se encuentra consigo mismo y coge fuerzas para seguir adelante.

El padre y el hijo en un momento Begnini en “La vida es bella” juegan con su imaginación para sobrellevar la realidad y encerrados en un baño del metro para pasar la noche, Will Smith entre lágrimas sujeta la puerta con sus pie para evitar ser descubiertos al otro lado de la misma. Es enternecedor lo que el padre hace por su hijo y esta es una de las escenas más significativas.

Por último, cuando llega el momento decisivo, en el que todo se juega a una carta y cuando el protagonista sabrá si el sueño se convierte en realidad o no. El cúmulo de sensaciones tras esta noticia más bien valen un Oscar (que se lo digan a Judi Dench por su reina de Inglaterra) y como final del metraje es excepcional. No tiene precio el contraste entre la impotencia de no tener trabajo, de ver como cada paso que das en la vida es en falso, como tu mundo se desmorona y la dignidad personal se diluye entre las paredes del sistema con la satisfacción de haber conseguido dejar todo eso atrás y cumplir tus metas.

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