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B.L. Whorf: La Relación Del Pensamiento Y El Comportamiento Habitual Con El Lenguaje. Lenguaje, Pensamiento Y Realidad.


Enviado por   •  28 de Abril de 2015  •  573 Palabras (3 Páginas)  •  2.079 Visitas

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La evolución del lenguaje y el pensamiento no es paralela ni uniforme. Sus curvas de crecimiento se juntan y separan repetidas veces, se cruzan, durante determinados períodos se alinean en paralelo y llegan incluso a fundirse en algún momento, volviendo a bifurcarse a continuación. Sobre las relaciones entre el desarrollo del lenguaje y el desarrollo del pensamiento ha habido distintas teorías, en este caso las teorías cognitivas: que han defendido la prioridad del pensamiento sobre el lenguaje.

En cuanto a las raíces genéticas del lenguaje y el pensamiento, el hecho principal que encontramos en el análisis genético del lenguaje y el pensamiento es que la relación entre ambos procesos no es constante a lo largo de su desarrollo, sino variable. Esta relación cambia durante el proceso del desarrollo, tanto en cantidad como en calidad.

Whorf nos dice que existen diferencias en la percepción del tiempo en lo que él denomina lenguajes ''EDE'' y lenguajes ''Hopi'', diciendo que los primeros tienen una percepción del tiempo de una forma cíclica y los segundos en una forma longitudinal. Nos dice que nuestro lenguaje y nuestra forma de pensar hace que veamos la concepción del tiempo como una sucesión de cosas. Aunque el tiempo venga de la subjetivación de ser mas tarde, nosotros llegamos a percibirlo de una forma casi objetiva, por lo cual el autor lo denomina objetivación.

En mi opinión, el relativismo lingüístico alude a la relación entre lengua y pensamiento y al modo en que se influyen o condicionan entre sí. Es un conjunto de hipótesis sobre el efecto psicológico y cognitivo de la lengua materna en la variación cultural. Benjamín Lee Whorf fue discípulo del antropólogo y lingüista Edward Sapir se dedicaron al estudio de las diferencias entre las diversas lenguas, constataron que las distinciones conceptuales que se codifican en las lenguas no son universales. Un ejemplo paradigmático para estos autores lo ofrece la nomenclatura de los colores: ninguna constante preside la división del espectro en las diversas lenguas.

Estos autores (Sapir y Whorf) formularon diversas hipótesis que establecen que la lengua determina el modo de pensamiento. Como hablantes suscribimos el modo de organización y clasificación que nuestra propia lengua decreta. La lengua, según estas premisas, canaliza la experiencia. Nuestro pensamiento está determinado por las categorías que nos proporciona la lengua que hablamos y ello condiciona una organización imaginaria de lo real. Cada lengua entraña una determinada visión intraducible del mundo. En definitiva, la lengua moldea las ideas, el programa y la guía para la actividad mental del individuo.

En cuanto a la pregunta ¿las traducciones de una lengua a otra pueden reflejar la idea original? Una lengua no es una fotografía perfecta de la realidad. Ninguna puede representar fiel y totalmente el mundo

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