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Enviado por   •  23 de Octubre de 2013  •  3.737 Palabras (15 Páginas)  •  422 Visitas

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Los niños desde su aula de clase

LOS PASOS DE BOLIVAR

domingo, 14 de febrero de 2010

UN CUENTO DE SIMON BOLIVAR:

Habìa una vez un niño que se llamaba Simón Bolivar y le gustaba dibujar y pegar letras e inventava cuentos y la negra Matea le ayudaba,siempre jugaban con la imanginacion y la negra Hipolita lo amamantaba, cuando ella lo vestia usaba ropa de español, cuando crecio juro liberar a Venezuela y su deseo se cumplio.

Alumno Anthony de Jesus Lopez

Publicado por Mayra Newman en 18:19

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Parque las Heroinas

Heroinas Merideñas

Estados de Venezuela

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Es importante destacar el buen uso de la tecnologia en la educación, actualmente el aula de 5 grado "C" de la Escuela Fermín Ruiz Valero, colocara en en este blogger algunas actividades hechas en nuestra aula como narraciones y cuentos, igualmente estara a la disposición de la todos los estudiantes y docentes de la escuela que deseen publicar sus trabajos.

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Las Heroinas

M E R I D E Ñ A S N O T A B L E S.

D E L T I E M P O D E L A I N D E P E N D E N C I A

María Rosario Nava, que se entristece al saber que su hijo no es aceptado en las filas como soldado, porque no podía llevar el fusil, a causa de reciente descompostura en un brazo. Entonces se presenta ella misma a los jefes, ofreciendo marchar al lado de su hijo, llevándole el fusil, mientras sana del brazo enfermo. Y efectivamente, esta madre de temple espartano, atravesando el páramo con el Ejército Libertador, llegó hasta Timotes, donde ya hábil el hijo, le entrega el arma, lo abraza y bendice, conteniendo las lágrimas, y luego torna a la ciudad, satisfecha de haber salvado a su hijo del rubor del reproche, cuando se presentó como voluntario a alistarse bajo las banderas de Bolívar.

Intrépida Anastasia, la criada del Convento de Clarisas, le relata satisfecha y sonreída el gran alboroto de las tropas de Correa la noche del 17 de abril, cuando sigilosamente ella les invade el campamento, les dispara un trabuco y les toca a fuego con un tambor de guerra, vitoreando la Patria, en altas horas de la noche, esta varonil mujer puso en confusión las tropas de Correa, que se hallaban en la plaza de Mérida, cuando ya se decía que las fuerzas de Bolívar avanzaban sobre la ciudad. Tal atrevimiento dio por resultado precipitar el abandono de la plaza por los realistas, y la ocupación de ella por los patriotas el 18 de abril de 1813. Dícese que un hijo de Anastasia, al servicio de la Patria, fue fusilado en Bogotá el año de 1816. Con datos obtenidos de don Juan Antonio Rodríguez y del Convento de Clarisas, escribimos en 1895 la tradición Un trabucazo a tiempo, que ha hecho popular a esta heroína.

Simona Corredor de Pico: no queda satisfecha con dar el donativo pecuniario que se le exige, sino que regala a Bolívar su propia casa de habitación para que invierta su valor en los gastos de la guerra. La primera que adquiere la Patria por especial donación. En 1891, registrando papeles del archivo del Registro Público de Mérida, nos hallamos la escritura en que esta generosa merideña, donaba a la Patria una casa urbana, con fecha 22 de junio de 1813, ante el escribano don Rafael Almarza y los testigos don Juan José Rangel y don Antonio Ignacio Aponte. Con esta noticia documental y otros datos que nos dieron entonces personas ancianas, formulamos la tradición histórica titulada La Casa de la Patria, a la cual remitimos al lector.

Isabel Briceño de Fornez: esposa de don Jaime Fornez, depositario de los tubos del gran órgano de la Catedral después del terremoto de 1812, tubos que eran de plomo y habían sido llevados a Ejido. En secreta inteligencia doña Isabel con el canónigo Uzcátegui, burla la orden del deán Irastorza para enviar a Correa aquel material de guerra, sustituyendo en los fardos los tubos con cañas de azúcar. Los tubos sirvieron después para balas de los fusiles patriotas. Véase la tradición que escribimos sobre el particular titulado Los Tubos del Órgano.

La hermana del Canónigo Uzcátegui: Una hermana del canónigo Uzcátegui le ofrece un cañón, que lleva grabado en el mismo bronce el nombre de la donante. Cuatro hermanas consanguíneas tuvo el célebre eclesiástico, a saber: María, clarisa profesa; María Inés, cuyo estado no conocemos; Manuel, esposa de don José Manuel Otálora, abuelos paternos del general Justo Briceño; y Juana Paula, casada con don Ignacio Quintero. Tuvo también una hermana política o sea María Rosario Dávila, esposa de don Juan Nepomuceno Uzcátegui, hermano carnal del Canónigo. Una de estas distinguidas señoras, no sabemos cuál, fue la que costeó de su peculio un cañón para la Patria, que llevaba escrito el nombre de la donante, rasgo patriótico que le atrajo persecuciones, al grado de tener que ocultarse en los montes, según dice la tradición. El general Páez se refiere en su Autobiografía a este cañón, el cual existió en Estanques hasta la guerra de la Federación, en que desapareció, ocultado o embarrancado por uno de los bandos contendores, según nos lo informaron a fines del siglo pasado. Si algún día apareciere, el propio cañón se encargará de revelar el nombre de la patriota merideña.

Rosalía Pacheco de Rangel. La esposa del épico adalid coronel Rangel. Esta matrona tuvo la inmensa satisfacción de recibir y alojar en su casa al Libertador el año de 1820. Fue desde los comienzos de la guerra magna un paño de lágrimas no sólo para los

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