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CAPITALISMO: PODER Y MUERTE

Musuvico12 de Febrero de 2012

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CAPITALISMO

PODER Y MUERTE

Durante mucho tiempo a la humanidad se le ha vendido una imagen del proteccionismo del medio ambiente en forma de concientización, que pretende regular nuestros actos y como responsabilidad moral frente al uso y aprovechamiento que podemos hacer de él.

Sin embargo es claro que este discurso ambientalista y conservacionista promulgado por instituciones internacionales como la ONU, es un lobo vestido de oveja, ya que este no ha surgido de lo intrínsico del ser humano como un gesto de responsabilidad de cuida r y preservar cuanto lo rodea, respetando toda forma de vida y haciendo uso equitativo de los recursos que de la naturaleza toma para su supervivencia, como podrían dictarlo las doctrinas del romanticismo ambiental, sino, como excusa de control social manado de la expansión y desarrollo del capitalismo, que poco a poco se ha ido implantando en diversos países como modelo supuesto de progreso, desarrollo y crecimiento económico.

Así pues, el capitalismo ha ido progresando con cada día, y una de sus mutaciones se le conoce hoy como globalización, una moderna forma de colonización imperial y un nuevo instrumento subyugador de la diversidad no solo ambiental, también cultural.

Tristemente a nuestro territorio se le convirtió en actor y testigo de la devastación que causa la “globalización” de la economía mundial; libreto que se ha escrito sobre el desplazamiento, la sangre y el dolor humano de muchos pueblos campesinos e indígenas colombianos.

Y sin que esta de por si no fuera una reprochable situación, el estado colombiano, idiotizado por la idea de alcanzar un crecimiento económico, termino convirtiéndose en su principal patrocinador, desatando una crisis socioeconómica en su territorio. Lo anterior puede notar se ya que, al encontrar las multinacionales las puertas abiertas en el país, el estado paso a ser su garante, como agradecimiento de la prosperidad que estas empresas generarían en nuestro territorio. Pero el supuesto progreso solo sirvió para que tomara como suyo un poder ajeno.

Desde ese momento, bajo la imagen de la legitimidad y el ojo permisivo del estado, se han usurpado millones de hectáreas de tierra a los pueblos indígenas y campesinos que han sido intimidados y asesinados con balas disparadas de las manos de la codicia del imperio capital. Hoy en día ni siquiera el conocimiento ancestral esta protegido de su ambición irracional e insaciable, que pretende convertir este saber que poseen los pueblo indígenas sobre la naturaleza, como un negocio lucrativo de patentes.

Bajo este contexto, dicho imperio solo ha logrado la usurpación de las soberanías nacionales y la miseria de los pueblos; ya que las empresas del llamado mundo desarrollado, que además se han desterritorializado y anclado en países sumisos y “pobres” como Colombia, obtienen por un lado mano de obra barata, y por el otro, sus principales demandantes de sus mismos productos.

Esta inversión extranjera que para muchos es el soporte del círculo de desarrollo, para los pueblos afligidos de indígenas y del sector popular, no es más que el circulo de la pobreza; una realidad que nos muestra que hay globalizadores y globalizados, así como un siglo atrás existían colonizadores y colonizados.

Vale la pena señalar que, algunas organizaciones sociales bajo un escudo de pacificadores, que han venido vendiendo la idea, de que los actores armados son el principal agente de la enfermedad o problemática de las comunidades agredidas y desplazadas, lo que realmente buscan es obtener e indagar información a cerca de las riquezas naturales y ambientales en su territorio.

Pero no es solo es nuestra biodiversidad la que se esta viendo amenazada por esta nueva forma de colonización global, representada por las multinacionales como la Chiquita Brands, que han traído y siguen imponiendo fronteras,

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