CAPITULO I “LA MERCANCIA”

EL CAPITAL

CAPITULO I “LA MERCANCIA”

1. Los dos valores de la mercancía valor de uso y valor

Cuando estamos envueltos en un sistema y en un contexto socialmente capitalista, al referirnos a las mercancías hay que tener en cuenta que dichas mercancías en la sociedad se pueden presentar de diversas formas y de innumerables proporciones. La gran oferta de mercancías que constantemente se nos proporciona, la mayoría de estas están destinadas a sufragar las diversas necesidades que a través del tiempo va presentando y requiriendo el hombre. La gran apetencia del hombre lo lleva a adquirir dichas mercancías para su posterior consumo y satisfacción tanto fisiológicamente como espiritualmente.

Para poder considerar a un objeto como un “objeto útil” se debe considerar desde su calidad o desde su cantidad, por lo cual cada objeto de estos representa un conjunto de las más diversas propiedades, lo cual le proporcionara diversas modalidades de uso. La utilidad que un objeto tenga incorporada lo convierte en valor de uso y este a su vez está condicionado por las cualidades materiales de la mercancía. El valor de uso toma cuerpo en el uso o consumo de los diversos objetos, y este a su vez se convierte en un soporte material del valor de cambio. Cuando nos referimos al valor de cambio podemos distinguir que aparece como una relación cuantitativa, es decir que lo que se pretende es el cambio de una clase de valores de uso por otra y este debe de presentarse en la proporción adecuada (una mercancía vale tanto como otra siempre que su valor de cambio se igual). La mayoría de mercancías, entonces, se podría decir que tiene un valor de uso y un valor de cambio, como valores de uso las mercancías van a representar cualidades distintas y como valores de cambio solo se distinguen por la cuantía en la que es cambiada una mercancía por otra.

2. Doble carácter representado por las mercancías

A través del tiempo el trabajo humano ha sido de vital importancia para la subsistencia y para el abastecimiento del hombre, ya que sin este las diversas cosas que nos brinda la naturaleza no se pudieran materializar para el provecho del ser humano, y posteriormente en muchas ocasiones este aprovechamiento de los recursos naturales se convirtió en una sobre explotación de los mismos.

Existen innumerables y diversos trabajos, los cuales tienen como base en común el gasto de energía que se requiere para poder materializarse en una mercancía y así darle un valor, de igual manera el hombre le proporciona una cierta cantidad de energía y con ello un desgaste proporcional de la misma.

Cuando un valor de uso se interrelaciona para satisfacer una necesidad concreta, este necesito una determinada clase de actividad productiva para su creación. Esta actividad está determinada por su fin, modo de operar, objeto, medios y resultado. Cuando nos referimos al trabajo útil, nos podemos dar cuenta que este trabajo es una materialización del trabajo en valor de uso, considerando esto se puede decir que el trabajo siempre está estrechamente ligado con su utilidad. Cuando nos referimos al trabajo en toda su generalidad nos podemos dar cuenta que hay trabajos que son cualitativamente distintos y que estos pueden crear diversos valores de uso que son de igual forma cualitativamente distintos pero que tienen en común una misma fuente de trabajo la cual es el gasto de energía del hombre, un gasto de fuerza pero simplemente lo que varía es las distintas formas de aplicación de esta. Si prescindimos de toda actividad productiva y de toda utilidad del trabajo lo único que queda es un simple gasto de fuerza.

Hay que tener muy en cuenta que el trabajo humano, necesita diferentes factores para que se pueda materializar en valores de uso, no se puede prescindir de factores externos como la de la naturaleza ya que esta nos proporciona los materiales indispensables

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