CITAS BIBLIOGRÁFICAS

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         CITAS BIBLIOGRÁFICAS    

               La innovación pedagógica conlleva modificaciones no evolutivas, o disruptivas, de las prácticas educativas (Poggi, 2011), encaminadas hacia una nueva forma de enseñar. Innovar 15 es una expresión de deseo de llegar a una meta, o de superar un problema detectado, por medio de la utilización de metodologías novedosas y efectivas. ¿Es esa meta compatible con la de todos los entornos que engloban al aula: la comunidad educativa, la escuela, el medio social, el sistema educativo, el estado? ¿O es una meta revolucionaria, que cuestiona hasta la existencia del aula misma, y que pretende transformar, reinventar, reinterpretar, los principios educativos del futuro del país? ¿Dónde y cómo se origina? ¿Qué la impulsa? ¿Cuáles son los problemas a los que pretende dar respuestas? ¿Cuál es el perfil de los docentes y las comunidades que promueven innovaciones y cambio educativo?

            Las experiencias didácticas innovadoras que se estudiarán conforman iniciativas de aula, diseñadas por profesores de formación docente, destinadas a introducir cambios en las modalidades de enseñanza tradicionales. Se encuentran integradas a programas estatales del sistema educativo público que promueven la innovación, es decir dentro de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Están dirigidas al trabajo con estudiantes de formación docente inicial, y en particular en esta tesis, en el marco de la enseñanza de las ciencias experimentales en las carreras de Profesor de Educación Media (Profesorado) y Maestro de Educación Primaria (Magisterio) del Consejo de Formación en Educación (CFE).

        Aunque son más las ventajas que las desventajas, éstas existen, entre las más relevantes que se relacionan con la educación y específicamente con los adolescentes, se mencionan:

•     Falta de formación del personal educativo: Cuando los educadores no están actualizados en las nuevas tecnologías o recursos tecnológicos, que evolucionan constantemente, se muestran reacios a la implementación de estas.
•    No todas las instituciones apuestan por canales de comunicación con público tan abierto. Por otra parte, no cuentan con los recursos para integrarlos en los establecimientos educativos, por ende, no lo incluyen en el currículo.

•   Por falta de orientación o educación los jóvenes no saben manejar el tiempo invertido en redes sociales y descuidan actividades relevantes en su formación.
•   Los adolescentes hacen uso de las redes sociales específicamente para comunicarse, publicar, entre otros, desconocen la utilidad educativa que pueden tener.

              Por todo lo anterior, se deben emprender acciones creativas importantes para mejorar la calidad del proceso de enseñanza, el cual lleva implícito los procesos de formación y transformación. (Flores, 2012).

               Es por esa razón que se está hablando mucho de las enormes posibilidades que ofrecen los entornos digitales aplicados a la docencia. Y muy especialmente a la enseñanza dirigida a los niños y preadolescentes, por la conexión que los más jóvenes tiene con las imágenes y la interactividad. Pero la cuestión es que la enseñanza sigue utilizando casi exclusivamente los usos tradicionales, centrados en la figura del maestro como especialista en una serie de conocimiento que trasmiten a sus alumnos, lo que impide el establecimiento de métodos más participativos y colaborativos que conduzcan al descubrimiento compartido. (Ron, Álvarez, y Núñez, 2013).

        Solo algunas experiencias aisladas y generalmente discontinuas parecen estar explorando otros territorios, tanto por la introducción de nuevos enfoques didácticos como por la incorporación decidida de los recursos digitales, cuyo uso – aspecto que debemos subrayar después de nuestra experiencia – parece trastocar para siempre y de forma muy positiva las relaciones convencionales entre profesor y alumno. (Ron, Álvarez y Núñez, 2013).

          En efecto, además de otras ventajas, trasladar la enseñanza a los medios digitales permite que también el profesor experimente un notable aprendizaje y que viva el acto de enseñar como una experiencia más enriquecedora y gratificante (Ron, Álvarez y Núñez, 2013).

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