CONTRADICCIONES EN EL PROCESO DE SOCIALIZACION
IrmaChunji14 de Diciembre de 2013
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INDICADOR 1.- “CONTRADICIONES EN EL PROCESO DE SOCIALIZACION EN LA ESCUELA”
Tal como hoy se dan las relaciones de Escuela y Familia con los procesos de la
Socialización y tal como se dan entre ambas instituciones, es necesario ser cautos,
apuntar alto.
Tal como están las cosas, lo más importante es tomar perspectiva, orientarse, ser
capaz de interpretar lo que ahora mismo se conoce y lo que se puede conocer
mañana. No importa tanto proponer pistas concretas para esa doble relación (de cada
institución con la Socialización y de de las dos instituciones entre sí). Se corre el riesgo
de abundar en una serie de iniciativas tal vez gratificantes y hasta acertadas, pero sin
garantía de futuro o de sentido. Tal como están las cosas, repito, es imprescindible
tomar distancia y situar las instituciones en cuestión dentro del gran panorama de la
socialización, hoy. Aunque eso pueda parecer menos eficaz o tal vez utópico.
No podemos olvidar que estamos en una coyuntura de cambio de ciclo histórico. Así,
por expresarnos con un juego de palabras bastante habitual, cuando pensamos vivir
en una época de cambios es que no acertamos a contextualizar la magnitud de lo que
ocurre. En cambio, cuando percibimos que se trata de un cambio de época, entonces
nos sentimos más cautos y echamos la vista mucho más atrás o al fondo.
En esta reflexión quisiera situarme en esta segunda perspectiva. Por eso en realidad
propongo una serie de tesis para contextualizar del mejor modo la reflexión sobre las
relaciones entre estas dos instituciones y la socialización.
Pues bien: en todo lo relativo al estudio de los procesos de socialización hoy es
procedente situarse en la perspectiva del distingo Sociedad-Comunidad, de Tönnies.
Si no se toma este distingo o esta dialéctica como orientación principal, al menos es
imprescindible tenerla en cuenta para la verificación de análisis hechos desde otro
punto de vista.
El distingo de Tönnies, tan conocido, apunta a una de las dinámicas más decisivas en
la historia de la Modernidad: una cosa es ‘comunidad’ y otra ‘organización’. A una se
pertenece; en la otra se está, se trabaja. Una identifica a sus miembros; la otra les
sitúa. Es del todo distinto pensar en la socialización hacia uno u otro modelo. Y son del
todo distintas las instituciones de esa sociedad según reflejen uno u otro modelo.
El distingo se refiere al hecho de que la Modernidad parece haber potenciado la
organización social por encima de toda otra cosa. Así el sentido de la Comunidad o de
la pertenencia habría sido complementado con una estructuración más racional, más
resultadista, más analítica y posesiva.
El proceso mismo de la Modernidad podría arrojar el resultado final de que al cabo de
los últimos tres o cuatro siglos se habrían invertido las proporciones de la realidad:
donde antes primaba la pertenencia sobre la organización, ahora sería al revés. Según
eso estaríamos ante un modelo de sociedad más marcado por la organización que por
la pertenencia, con todos los interrogantes o cuestiones que eso suscita.
Es fácil comprender que este juego ofrece pistas muy concretas a la hora de la
reflexión tanto sobre los procesos de la socialización en general como las relaciones
entre las instituciones que los animan.
Dentro del conjunto de las instituciones sociales, la relación entre las instituciones
Educativa y Familiar es algo muy especial. En el caso de la familia, por sorprendente
que pudiera parecer en principio (¿se puede vivir
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