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Calidad Educativa


Enviado por   •  17 de Julio de 2015  •  2.373 Palabras (10 Páginas)  •  139 Visitas

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La educación es un derecho fundamental de todas las niñas, niños y jóvenes de nuestro país, tal como se establece en el Artículo 3ero Constitucional. Es indudable que nuestro sistema educativo a pesar de los logros notables, como la expansión de la cobertura y el aumento del promedio de la escolaridad, mostrados en diferentes análisis educativos como el INNE, se enfrente situaciones que impiden, todavía, que algunos niños, niñas y jóvenes tengan acceso a la educación requerida. La mayor proporción de las niñas y niños que han permanecido al margen de los servicios educativos se ubica en poblaciones indígenas o en poblaciones rurales aisladas, son integrantes de familias de jornaleros agrícolas migrantes, son niñas, niños, adolescentes y jóvenes que trabajan o viven en la calle, presentan alguna discapacidad. En México esto es una preocupación real que se incluye dentro de las acciones del Plan Sectorial de Educación de la administración actual, y específicamente en el objetivo 2 referido a la equidad, se pretende articular esfuerzos en la oferta de servicios dirigidos a la población en situación de vulnerabilidad y establecer un nuevo marco de responsabilidades para asegurar mejores niveles de cobertura y logro educativo en estos grupos.11 Efectivamente hay muy buenas intenciones sin embargo, en el Foro de políticas públicas (2007) se menciona que la desigualdad en la educación mantiene, a pesar de los esfuerzos del sistema educativo, una presencia real en el territorio nacional. Incomprensiblemente en México existe una gran desigualdad en el acceso a la educación en las distintas regiones del país, y una no siempre afortunada igualdad en términos de contenidos y procesos. Es decir, en términos de contenidos y procesos pedagógicos nuestro sistema educativo le da un trato igual a los desiguales. Ejemplo de ello es el instrumento de enlace que se aplica año con año y que mide en términos generales el aprovechamiento de cada alumno de nuestro país, ¿Y qué pasa con las características específicas de cada alumno o alumna? ¿Cómo se pueden medir con este tipo de instrumentos los avances personales? ¿Por qué medir homogéneamente en un mundo heterogéneo? estas y muchas más preguntas vienen a mi mente, pero lamentablemente no hay respuestas. En nuestro país podría decirse que existe una igualdad en los contenidos programáticos y en los enfoques educativos. Sin embargo, el sistema educativo carece de la flexibilidad y pertinencia en dichos contenidos, enfoques educativos, de los apoyos didácticos y de los mecanismos de evaluación, para atender las diferentes regiones, sobre toda las que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Si hablamos de equidad educativa –componente importante de la tan ansiada calidad- una condición que debe estar presente, es que alumnas y alumnos independientemente de su origen étnico, ambiente familiar de procedencia o 12 características individuales participen en experiencias educativas que propicien el desarrollo máximo posible de sus potencialidades. Esto significa que se debe buscar que dispongan de iguales oportunidades, tomando en cuenta características personales y sociales, para alcanzar las metas fundamentales de la educación básica. Sin embargo, esta condición no garantiza por sí misma, la justicia y la equidad en la educación. La población procedente de los sectores que viven en situaciones de vulnerabilidad, afronta en general, mayores riesgos de fracaso escolar, de ahí la importancia de ofrecerles opciones educativas que respondan a sus necesidades particulares. Es decir, no basta con permitirles el acceso a la educación, es necesario garantizar la permanencia y la culminación del proceso. Hoy en día se escucha muy frecuentemente el término de Integración educativa -atención a la diversidad, más que circunscrito a la discapacidad-, el cual tiene en realidad poco tiempo de manejarse en nuestro país. Inicialmente se instituyó como un programa piloto, en 1995 con una muestra en once estados del país donde se demostró que en las escuelas regulares no se estaban tomando medidas pertinentes para promover el proceso de integración -Proceso que implica educar a niños con necesidades educativas especiales en el aula regular con el apoyo diferenciado necesario- Luego con el programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la integración 13 educativa en septiembre del 2002, se hizo obligatoria en todas las escuelas de la República Mexicana, esto con el fin de dar cobertura con equidad. Sin embargo, el término integración únicamente alude a la compensación de las diferencias en capacidades, no a las discrepancias étnicas, culturales o de género. Es por esto que en un momento posterior se complementa la visión al promover la inclusión educativa. Se supone que este concepto procura el respeto y garantiza la valoración de todo tipo de diversidad en los educandos. Todo esto, en el plano discursivo de la política educativa. Echeita (2007) pone énfasis en que hablar de educación inclusiva no es un sinónimo postmoderno para referirnos a la educación especial, tiene que ver, de fondo, con “el proceso de tratar de llevar determinados valores y principios éticos a la práctica en la vida de las aulas y de los centros escolares” (Echeita, 2007, página). Esta modalidad de enseñanza ha sido tomada de varios países de primer mundo, principalmente España, donde ya lleva tiempo manejándose; sin embargo, al parecer no se ha adaptado correctamente a las condiciones económicas, históricas, sociales y culturales de México, por lo que en la práctica no ha mostrado los resultados esperados debido a esas diferencias. México en su empeño por reorganizar la economía en la dinámica globalizadora, la administración del gobierno, resta responsabilidades al Estado entre ellas la salud, educación, seguridad y justicia. En este contexto está claro que la condición del neoliberalismo es el principio de la exclusión de los menos competentes o aptos cultural y socialmente hablando. 14 Por lo anterior, lo más importante en la tarea docente, además de los retos a los que nos enfrentamos día a día, es la poca o nula realización de adecuaciones curriculares para la atención de niños con necesidades educativas especiales que asisten a la escuela regular, la poca relación existente entre el capital cultural que poseen los y las niñas al ingresar a la escuela y la propuesta oficial, la violencia simbólica impuesta a partir de una visión uniforme de la cultura, entre muchos otros más. En este aspecto la evaluación cobra un papel fundamental, si bien, ésta no causa la baja calidad educativa, sabemos en definitiva que la información proporcionada utilizada éticamente, nos da la pauta para la toma de decisiones en vistas de que la calidad y equidad educativa se concrete. Lo anterior nos traslada a una de las principales causas de rezago

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