Caso Adan

Adán es un alumno del “Taller de hábitos de estudio” de la Universidad TecMilenio; es sociable y participativo. Él se considera un joven feliz, a no ser por una situación: no obtiene las calificaciones que él quiere. Adán no entiende, y así están algunos de sus compañeros; los maestros están preocupados y saben que la deficiencia no es falta de inteligencia, sino algo de pereza y falta de buenas técnicas de estudio, etc.

Cuando Adán empieza a estudiar siente dolores en el cuello y no sabe por qué; además, en muchas ocasiones se desconcentra debido a la televisión o al Facebook; cuando logra concentrarse empieza a bostezar y se queda en su cama dormido, ya que es el lugar donde le gusta estudiar. Esto trae por consecuencia que cuando llega la hora de su examen no sabe que contestar y reprueba. Algunas noches le encanta quedarse chateando con sus amigos hasta altas horas de la madrugada, pues es el tiempo en que todos se conectan; sus padres no se dan cuenta de a qué horas se duerme. Al día siguiente llega a su clase con sueño, y cuando sus maestros explican, él solo ve que mueven sus labios, pero no entiende nada; además quiere que se acabe pronto la clase, pues quiere volver a su casa y dormirse toda la tarde.

Por otro lado, Adán es muy quisquilloso para la comida; no le gusta desayunar, pues dice que tiene prisa y que no le cae nada en la mañana. Pero como a las 11 del día le da hambre, va a las máquinas expendedoras y todos los días compra un refresco y unos fritos. Cuando llega a su casa ya no come la comida que preparó su mamá, y en la tarde merienda algún panecillo o galleta que se encuentre en la despensa.

Desde el punto de vista emocional, Adán tiene baja autoestima, y no tiene objetivos claros en relación a su estudio, esto debido a que no tiene control para estudiar sin distractores. Además se siente desmotivado, porque en muchas ocasiones se ha esforzado y no obtiene buenas calificaciones.

Él dice: “estudio, estudio y estudio, y no sirve para nada”; ve sus calificaciones y menos tiene ganas de ponerse a estudiar para el siguiente examen, y prefiere distraerse de nuevo con la televisión o la computadora.

Otro punto a mencionar del joven estudiante es que no lleva un control de sus tareas, de sus exámenes y de las actividades colaborativas, motivo por el cual en muchas ocasiones no lleva la tarea el día que se encargó y llega el día del examen sin estudiar. Adán lee varias veces los temas, pero le cuesta trabajo memorizar. Él piensa que repitiendo cada palabra dos o tres veces se le quedará mejor en su memoria. Siempre estudia la noche anterior al examen.

Adán ya está desesperado, ya que su papá le condicionó el carro por no obtener buenas calificaciones, motivo por el cual surge la siguiente pregunta: ¿Qué puede hacer Adán para mejorar su rendimiento académico?

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