Codigos Eticos
elbagonzalez18 de Febrero de 2015
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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS OCCIDENTALES
EZEQUIEL ZAMORA
UNELLEZ
SAN NICOLAS - PORTUGUESA
Los Códigos de Ética Profesional
San Nicolás, febrero 2015
INTRODUCCIÓN
Los Códigos éticos o deontológicos están orientados a regular o normar la conducta y comportamiento moral de las personas en un determinado campo o profesión, por ello se vinculan al contexto histórico, con la época que se vive, donde se espera que lo establecido responda a las prácticas y costumbres del momento. El código de ética de los profesionales de la docencia debe estar estrechamente vinculado con las realidades sociales, donde se expongan las competencias, el perfil y el compromiso que deben asumir los docentes frente a los educandos, familia, escuela, comunidad, sociedad y país. Por otro lado, es preciso resaltar los innumerables cambios y transformaciones que han ocurrido en Venezuela en los últimos diez años, tanto en materia jurídica y legislativa, como de índole político y social; razón por la cual se considera oportuno hacer una exhaustiva revisión, reflexión y discusión, así como indagar sobre los fundamentos epistemológicos, normas, principios y contenidos que subyacen en el código promulgado el 29 de junio de 1988, por el colegio de profesores de Venezuela.
LOS CÓDIGOS DE LA ÉTICA PROFESIONAL, HISTORIA, PRINCIPALES HITOS
HISTORIA
El pensamiento del hombre, a lo largo de la historia de la humanidad, ha estado vinculado con sus situaciones de vida, las mismas han ocurrido en un tiempo y espacio determinado, y es precisamente donde entra en juego la ética, considerada como una disciplina práctica de la filosofía, etimológicamente llamada por el poeta Homero “Ethos, lugar o morada habitado por hombres y animales” (Escobar, 2003, p. 33).
Se deduce entonces que lo que Homero intento decir, es que el hombre convive con otros elementos, y estos inciden en su vida, en las decisiones que tendría que tomar, en sus prácticas, hábitos, costumbres, tradiciones y por consiguiente en la moral.
Asimismo, el objeto de estudio de la ética es la moral del hombre, como ya se dijo: sus hábitos y prácticas, tanto en la esfera cognitiva como afectiva, incluso los actos catalogados como negativos o positivos por la sociedad. Se puede ver a la ética como una teoría general de las relaciones humanas, donde el contexto histórico social determina lo que pudiera ser el comportamiento ético-moral de sus ciudadanos.
En retrospectiva, se pueden evidenciar las condiciones de vida del hombre primitivo, donde se impone el trabajo colectivo, estableciéndose una sociedad de iguales, sin distingo de razas o posiciones económicas, se aprecia al hombre en armonía y comunión con la naturaleza, con todo lo que le rodea, buscando las respuestas o explicaciones de las situaciones diarias que enfrenta, en los hechos o acontecimientos sobrenaturales.
En cuanto al momento histórico reconocido como edad antigua clásica, el pensamiento del hombre seguía vinculado a las actividades diarias y labores del campo como la agricultura. Aparece la propiedad privada y con ello la división de clases sociales, los dueños de fortunas son los que ostentan el poder, teniendo además el tiempo de ocio para observar la naturaleza y reflexionar sobre los aspectos morales de la vida. Surgen los gobiernos teocráticos, donde cobra fuerza el mito, creyendo los ciudadanos que los gobernantes son puestos por los dioses.
El trabajo rudimentario era ejecutado por los esclavos, quienes no eran considerados como ciudadanos dignos, por tanto los únicos que tenían prácticas morales eran los nobles, dueños de tierras y riquezas, a quienes se les preparaba para las funciones de gobierno y la guerra; a fin de mantener el dominio sobre las mayorías oprimidas, razón por la cual el mismo Aristóteles, sostiene: “El aprendizaje de la virtud es incompatible con la vida de obrero y artesano” (Hurtado, 2001, p. 28).
Aunado a esto, en los años 600 a.c. surge la preocupación por el problema del ser, y luego por el conocer, Tales de Mileto, principal representante de la escuela Jónica, sostiene que el conocimiento proviene de Dios, por tanto las prácticas morales giran en torno a lo religioso, colocando al hombre en una posición de aceptar de manera reverente estos designios divinos.
Por el contrario, los sofistas ideólogos de una nueva riqueza señalaron: “el papel de las diferencias individuales en la vinculación del sujeto con la realidad y las condiciones perceptuales” (Hurtado, 2001 p, 28), en las que se obtenía este conocimiento.
Por otro lado, Sócrates afirmaba que el hombre debe conocerse a sí mismo para luego lograr el conocimiento del mundo, haciendo énfasis en lo moral, en las prácticas humanas basadas en las interrelaciones, planteando que la capacidad de pensar estaba en todos, pensamiento liberal que provocó persecución y muerte.
Platón y Aristóteles consideraban que el viejo orden de la república debía prevalecer, cada persona tenía una labor que cumplir, por ello señalan: la república será lograda a condición de que cada clase social realice su función propia sin amenazar el equilibrio general, ni intentar cumplir las funciones que no le corresponden, que cada clase cumpla pues con la virtud que le es privativa, que los filósofos piensen, que los guerreros luchen, que los obreros trabaje para los filósofos y guerreros” (Hurtado, 2001 p, 29).
En vista de este planteamiento, se deduce que las prácticas morales sólo eran exclusivas de un sector social que tenía el dominio, control y poder absoluto del gobierno, en armas e intelectualmente. Sin embargo, el auge del comercio, posteriormente permitió que en los siglos IV a.c., comerciantes y artesanos acumularan riquezas, abriéndose paso y llegando a ocupar posiciones importantes dentro de la sociedad.
En el plano religioso, el avance del cristianismo encontró aceptación en los desposeídos y marginados de la época, percibiendo a esta nueva religión como una salida a sus terribles y continuos sufrimientos, además el cristianismo fue presentado como un nuevo estilo de vida donde se pregonaba que los hombres delante de Dios eran iguales y tenían los mismos derechos, sin discriminación y preferencias, generando esta idea un sentido de esperanza y bienestar en este sector.
A pesar de esto, los cristianos fueron perseguidos por el imperio, ya que de todas las religiones ésta era la única que se negaba a reconocer la autoridad de los gobernantes o reyes como un designio divino. Por tanto, llegaron a convertirse en una amenaza para los intereses de los gobiernos al no poder controlarlos.
En palabras de Hurtado lo refiere: “mientras el esclavo sufría al amo, y el siervo al señor, el cristianismo proclamaba que unos y otros eran iguales ante Dios, hallazgo maravilloso que dejaba en la tierra las cosas tal y como estaban, mientras llegaba el momento de resolverlas en el cielo” (Hurtado, 2001. P, 30).
Por otro lado, surgió la escolástica tratando de conciliar la fe con el conocimiento, la religión con la razón, y ejemplo de ello fue Santo Tomás de Aquino, quien pensaba que la doctrina sagrada era la ciencia, y la ciencia era Dios, de manera que las prácticas éticas morales giraban en torno a la fe y lo divino.
Sin embargo, la práctica moral cambió al llegar la modernidad, siendo impulsada con la aparición de la revolución industrial en el siglo XVIII, donde: “el orden civilizatorio moderno se organizó a imagen militar, de una manera jerárquica y piramidal” (Hurtado, 2001, p. 30), en la cual el sentido de la obediencia al superior debía prevalecer.
En esta nueva manera de ver al mundo, cada quien cumple con su tarea en obediencia al orden superior, en esto consistía la práctica moral que regía la vida de los ciudadanos. Quienes buscaban la felicidad sólo lo lograrían con el ejercicio de la obediencia. El hombre se convierte en un ser racional, combatiendo la posición escolástica por una más real, basada en el pensamiento cartesiano, considerando que el único “órgano adecuado o completo de conocimiento era la razón, de modo que tal conocimiento tiene origen racional” (Ríos, 2004, p. 115).
En consecuencia, la razón es la única forma posible de conocer “el predominio de las nociones cartesianas y newtonianas de masa, espacio y tiempo reduce lo cognoscible a aquello que se encuentra dentro de las coordenadas, sólo ello es real y puede ser conocido mediante un método científico basado en la cuantificación y en la verificación, necesarias para alcanzar un conocimiento objetivo” (Hurtado, 2001, p. 32).
De lo anteriormente expuesto se puede decir que en la modernidad las prácticas de vida y costumbre están regidas básicamente por un conocimiento basado en lo perceptible a la luz de la razón, de lo tangible, un hombre conmocionado y deslumbrado por una unidad cultural ideológica globalizante, donde el método científico es el único capaz de comprobar y verificar los supuestos o verdades, fuera de ello no hay verdad.
Pero a pesar de esta realidad, y de que la ciencia se ha introducido en todas las esferas de la vida moderna, el hombre no ha podido desarraigarse de su pasado cultural ni de sus creencias y prácticas religiosas.
PRINCIPALES HITOS
Desde hace mucho tiempo, los gremios o
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