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Enviado por   •  12 de Abril de 2013  •  3.509 Palabras (15 Páginas)  •  226 Visitas

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EL TELÉGRAFO

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IGNACIO CANTÓ SALINAS

Septiembre 2004

NOTA DEL ALUMNO.

Cuando me planteé la redacción de un trabajo para la signatura de redes dudaba en el tema a elegir, viendo los trabajos presentados por mis compañeros en años anteriores se me hacía difícil pensar en un tema nuevo que todavía no se hubiera tocado.

Leer títulos como UMTS, ADSL, GPRS, etc, digamos que me asustaba un poco en el sentido de que no sabia si iba a ser capaz de contar nada nuevo, ¿nuevo en que sentido? por que, como Yo, mis compañeros no hacían más que poner en conocimiento de quien los escuchara información, que no por ser más "joven" por eso era mejor. Entonces llegué a la conclusión de que mi trabajo iba a ser de algo de comunicación pero "viejo", en el mejor sentido de la palabra, pero no por ello conocido, haría mi trabajo sobre algo que tuviera que ver con la comunicación y con las redes. Pensando se me ocurrió que, ¿qué mejor homenaje a la comunicación humana que hablar sobre el telégrafo?, que bajo desde mi punto de vista fue el primer instrumento de comunicación a distancia de la era moderna.

INTRODUCCIÓN.

La palabra telégrafo proviene de las palabras griegas tele que significa lejos y grapho, escribir. Su significado es "escribir a distancia".

Con el desarrollo de la civilización y de las lenguas escritas surgió también la necesidad de comunicarse a distancia de forma regular, con el fin de facilitar el comercio entre las diferentes naciones e imperios,también ¿cómo no? influyo el arte de la guerra, ¿de dónde sino saldría en el futuro la red de redes?

De los diferentes tipos de servicios de comunicación de la antigüedad, el más notable fue el sistema de relevos del Imperio persa. Jinetes a caballo transportaban mensajes escritos de una estación de relevos a otra. Basándose en este sistema, los romanos desarrollaron su propio sistema de postas. En Extremo Oriente también se emplearon sistemas similares.

Cuando se pone en marcha la red telegráfica, no existe alternativa posible al telégrafo en términos de velocidad de la transmisión de la información. A pesar de la modernización del correo a la que se había llegado, comparando ambos sistemas las ventajas de telégrafo resultan indiscutibles. Por eso el telégrafo, tanto en sus versiónes hidráulica, óptica como eléctrica, nació amparado y justificado por las necesidades de información de los aparatos de poder, ya fuera la Corte, el Estado en su dimensión político-administrativa y como ejecutor de la autoridad con su componente de orden público o la institución militar. No es, pues, de extrañar que fuera el Estado quien tomará la iniciativa técnico-financiera en la construcción de las redes telegráficas.

ORÍGENES Y EVOLUCIÓN.

La telegrafía tiene orígenes muy antiguos. Sus antecedentes más remotos se encuentran en los redobles de tambores y en las señales de humo.

Entre los soldados romanos, los mensajes se enviaban a través de los bruñidos escudos que reflejaban la luz del día, los cuales eran movidos en determinadas posiciones.

En Argelia, hace aproximadamente mil años, se comunicaban a través de espejos en cuya superficie se reflejaba la luz solar, práctica que aún podemos ver en los juegos de los niños.

Uno de los sistemas de comunicación por señales más originales y característicos de la antigua Grecia era el telégrafo hidráulico. Este dispositivo que, según los historiadores, fue inventado por el cartaginense Eneas, consistía en dos cilíndricos idénticos (uno servía de transmisor y el otro de receptor) perfectamente conectados y colocados en dos colinas separadas entre sí. Ante la señal, la persona al cargo del equipo de transmisión soltaba una válvula que llenaba de agua los tubos, y a partir de ahí se enviaba el mensaje que era recibido en unos recipientes por la persona encargada del equipo transmisor.

En el telégrafo hidráulico, el papel que desempeña el receptor es pasivo: se limita a recibir los mensajes, pero no puede hacer nada en caso de tener duda acerca de los mismos. Fue Polibio el que, en el siglo IV a.d.C, ideó un sistema en el que, mediante el uso de una serie de antorchas colocadas en el lado del receptor, éste podía comunicarse con el emisor. Así, cuando el transmisor enviaba su mensaje, el receptor lo recibía y emitía, a través de las antorchas, una señal de confirmación al transmisor cuando no tenía duda acerca del mensaje recibido; en caso de duda, le enviaba una solicitud de volver a retransmitir.

Al principio, cuando el alcance requerido por el sistema hidráulico era mayor que el permitido por la tecnología, se realizaba la comunicación por etapas, cubriendo distancias cortas y repitiendo los mensajes hasta que llegarán a su destino. En este sistema, Polibio también introdujo una modificación. Ésta consistía en la introducción de repetidores, cada uno de las cuales desempeñaba el papel de receptor, por una parte, con todas las funciones que éste tiene asociadas y, por la otra, el de transmisor hacia la siguiente etapa, también con cada una de las funciones que tiene asociado un transmisor. Este sistema facilitaba al receptor la toma de decisiones acerca del mensaje transmitido.

En la Francia de finales s.XVIII se recibía el primer telegrama optico, en cuyo texto se anunciaba la toma por parte del ejército republicano francés de las plazas fuertes de Landrecies y Condé. La noticia había sido transmitida hasta París desde la ciudad de Lille, a través de una línea de telegrafía óptica de 230 kilómetros, montada sobre 22 torres, la última de las cuales estaba ubicada en la cúpula del Louvre.

Claude Chappe había concebido en 1790 un sistema de señales ópticas, a través de las cuales y del correspondiente código, se podían transmitir signos alfabéticos y numéricos a distancia. En la perfección de su sistema contó Chappe con la inestimable ayuda de Abraham Louis Breguet, relojero suizo que residía en París,

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