ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Contra La Unidad Sindical

ANL201330 de Mayo de 2013

613 Palabras (3 Páginas)478 Visitas

Página 1 de 3

La noción de unidad sólo aparece cuando se produce en una multiplicidad una toma del poder por el significante, o un proceso correspondiente de subjetivación (...) La unidad siempre actúa en el seno de una dimensión vacía suplementaria a la del sistema considerado (sobrecodificación).

Deleuze y Guattari

La unidad sindical en la escala nacional no sirve para otra cosa que para consolidar la pacificación de las relaciones de explotación capitalistas o, en los países "socialistas", la explotación ilimitada de los trabajadores por parte del Estado totalitario.

La defensa irracional de la unidad sindical se sustenta en varias bases: psicológica, porque retrotrae al deseo infantil de la pertenencia familiar, oceánica, a la identidad dentro de un ente vivo y poderoso; política, porque genera un quantum de poder jerárquico que se estructura en paralelismo con el Estado (brigadas, comisiones, secciones, secretarías) y puede dialogar con él; perceptiva, porque hace creer en una mancomunión ficcional de intereses dentro de una diversidad real de posiciones sociales; tradicional, porque reproduce la ficción republicana de la representación de intereses.

Pero la unidad sindical, en la escala nacional acarrea indefectiblemente males muy superiores a sus supuestas ventajas: cooptación partidaria de los líderes, que generalmente acaban por coincidir con mandos medios e incluso altos de los partidos de izquierda; formación de una elite burocrática con intereses propios, cuya profesionalización sindical genera como principal interés el sostenimiento de la estructura por encima de la consecución de los fines explícitos de la institución; corrupción en el manejo de fondos, propia de toda estructura burocrática que conlleva la producción de espacios opacos donde puede anidar el secreto, uno de los ejes del poder de la burocracia; jerarquización autoritaria del centralismo democrático, en la medida que las elites sindicales acceden a información privilegiada que les permite aventajar al resto en el tratamiento de la misma y la toma de decisiones ("cocinar" las decisiones), tienen contactos privilegiados y encima desde el punto de vista perceptivo y del desempeño actoral del rol se rodean del "aura mística" característica de quienes toman grandes decisiones y a quienes recurren "las bases" cuando tienen un problema.

Tenemos, en última instancia, un problema de escala política. La unidad puede eventualmente ser deseada como acontecimiento en una escala local si hay concordancia de intereses concretos y opiniones, mecanismos democráticos para la rotación de liderazgos, una organización democrática radical que genere instancias de coordinación inestables, protegidas por mecanismos explícitos de exclusión de los militantes partidistas de los estratos con poder de coordinación, junto a la rotación obligatoria de los puestos de coordinación.

La "unidad nacional" de los sindicatos no debería nunca derivar en una central sindical sino en una(s) instancia(s) coordinadora(s) ad hoc que sólo se active ante la necesidad de la lucha. Así en todo caso las coordinaciones sindicales serían paradójicamente periféricas de los verdaderos centros, las bases sindicales, aquellas que en la medida que viven directamente las consecuencias del poder y la explotación no siempre naturalizan las asimetrías, no se confunden ni coquetean fácilmente con las dictaduras militares ni se sienten parte de los gobiernos del signo que sean. Detrás del grito sagrado de "¡Unidad!" se esconde una voluntad de dominio que manipula y se nutre del temor a la muerte, a la desorganización, pero que desde sus alturas dirigenciales vive en sí misma el terror del abismo, de la multiplicidad desorganizadora/reorganizadora, de la pérdida del Programa y del sentido

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (4 Kb)
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com