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Cruz


Enviado por   •  8 de Junio de 2014  •  Tesis  •  1.178 Palabras (5 Páginas)  •  161 Visitas

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En esta línea, Cruz (2002) propone cuatro claves de entrada: tres que denomina tradiciones y una última tendencia que da cuenta de las propuestas emergentes. Dentro de las tradiciones, destaca la tradición analítica, contando en su interior las visiones más clásicas (Frege, Russell, Moore), el neopositivismo (Kuhn, Feyerabend, Hanson, Wittgenstein), el racionalismo crítico (Popper, Hempel, Nagel) y la filosofía de Oxford del siglo XX (Ryle, Austin, Strawson). En la segunda tradición, la tradición marxista,se muestra la imposibilidad de su especificidad, recorriendo variados caminos más y menos estructuralistas (Gramsci, Althusser), hasta llegar a la escuela de Frankfurt (Adorno, Horkheimer, Habermas) mostrando sus respectivas claves que también son diferenciadas. Como tercera tradición, propone la hermenéutica-fenomenológica, en la que se muestran también distintos énfasis (Husserl, Heidegger), donde se incluyen los de corte existencial (Sartre) y dialógico (Gadamer).

Y lo que podría parecer un apéndice, pero que en verdad es de una potencia incalculable en tanto se perfilan algunas de las últimas tendencias que solo vienen a poner sospecha sobre las tradiciones: el pragmatismo (Davidson, Putnam, Searle, Rorty), los “críticos del racionalismo crítico” como los ha llamado el autor (Kuhn, Lakatos, Feyerabend), el postestructuralismo (Lévi-Strauss, Foucault, Lacan, Deleuze, Derrida) y la visión postmoderna (Lyotard, Vattimo).

No hay una sola forma de mostrar el abanico de posibilidades epistemológicas. Ciertamente, depende del marco epistémico de quien las muestra, desde dónde lee y arma su propia taxonomía. Otra propuesta es la de Mardones (2003) quien organiza los caminos epistemológicos en tres: la postura empírico analítica (que considera en general a los clásicos que distingue Cruz, pero incorpora a Luhmann, funcionalista sistémico que en la clasificación anterior no tenía lugar); la postura fenomenológica, hermenéutica y lingüística; y la postura dialéctica o crítico-hermenéutica (en la que ubica en general a los mismos autores que Cruz ubica en la tradición marxista, pero incorpora a Foucault, quien probablemente no coincidiría con compartir con Habermas la misma categoría).

Por otra parte, en la lógica anglosajona es posible advertir otra manera de clasificar las matrices epistemológicas o worldviews (Creswell 2009). Entre ellas, el postpositivismo (cuyo baluarte sigue siendo el método científico, pero posicionándose desde el criterio de falsación popperiano que admite la imposibilidad de la verdad inmutable); el constructivismo (que engloba hermenéutica y fenomenología); la perspectiva de participación y abogacía (que se define por su talante crítico y reivindicativo especialmente de las minorías, que permite la convivencia entre teoría crítica y postestructuralismo); y una cuarta: el pragmatismo (corriente cuya preocupación radica en la elección de la matriz epistemológica y la consiguiente propuesta metodológica más adecuada y sobre todo, útil, para resolver una problemática en cuestión).

Solo citando a estos tres autores es posible advertir la dificultad inicial de develar el planteamiento epistemológico del otro con quien se quiera dialogar, pues en primer lugar, las clasificaciones que cada sujeto hace para ordenar sus adhesiones son contingentes y situadas, si, en el mejor de los casos, este sujeto ha logrado ponerle nombre a ese lugar desde el cual lee “la realidad”.

Tener un panorama lo más amplio posible de las corrientes epistemológicas clásicas y contemporáneas puede ayudar a iniciar el diálogo entre profesionales, pero no es suficiente. Es requisito que los propios profesionales se vuelvan críticos de sus supuestos, lo que no es más que otro ejercicio de autorreflexividad comunicativa (Salvat 2003), que permita mantener la vigilancia epistemológica, es decir, la práctica de examinarse y re-pensarse a sí misma y poner constantemente en cuestión las fronteras de su validez (Toledo 2004).

Para ello, el ejercicio de interrogar el propio

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