Cuenca, ciudad única e inimaginable

Cuenca, ciudad única e inimaginable

Al sur del Ecuador localizamos una hermosa e inmensa ciudad rodeada de bellas  montañas que dan origen a 4 magníficos ríos, los cuales observaron y vivieron todas las transformaciones que fueron forjadas por la mano del hombre en una fértil tierra que conoció y albergo a diversos culturas humanas, siendo cada una de ellas muy importante, al punto que dejaron plasmando su propia huella y herencia, las mismas que perduraron por más de 500 años construyendo una identidad propia y única a sus nuevos habitantes quienes orgullosamente siguieron con la labor de moldear este rincón del mundo en una ciudad llena de magia y encanto, así surge Cuenca un lugar donde el pasado y el presente conviven en armonía, una ciudad que gracias al trabajo de su gente ha obtenido fama y reconocimiento a nivel nacional y mundial, siendo el más emblemático el otorgado por la UNESCO el de elevarla a Patrimonio Cultural de la humanidad, titulo concedido por su gran esplendor arquitectónico representado en sus iglesias, monasterios, calles apedreadas, casas con una decoración exuberante, parques y plazas, balnearios y bosques, lugares que dejan volar nuestra imaginación por su gran atractivo y encanto.

Nuestra ciudad tiene sus orígenes con la culturas Cañarí e Inca, las cuales levantaron una ciudad de piedra a la que llamaron Tomebamba, complejo que fue destruido con la llegada española y reconstruido por órdenes del virrey Hurtado de Mendoza, quien la nombro como “Santa Ana de los 4 ríos de Cuenca” en honor a su ciudad natal. En ella convivieron indios y blancos, personajes que dieron origen al mestizaje biológico, cultural y social como prueba de ello se encuentra nuestra encantadora chola cuencana, mujer que conserva el espíritu y esencia autóctonas de nuestra ciudad, llegándola a elevar como símbolo de la cultura cuencana.

Si bien la ciudad cuneta con innumerables obras arquitectónicas estas no hubiesen sido posible sin el fervor religioso de su gente, quienes con esmero y sacrificio levantaron fascinantes iglesias que cuentan con toda clase de estilos arquitectónicos con un asombroso decorado externo e interno siendo las más representativa la catedral de la Inmaculada Concepción ubicada en el corazón de la ciudad y que junto con otros edificios como la iglesia de San Sebastián, San Blas, San Alfonso, Santo Domingo, entre otros crean el ambiente perfecto para que todo cristiano pueda demostrar su fe, algo que en Cuenca se hace a lo grande cuando celebramos nuestras fiestas católicas, así lo demuestran los variados pases del niño realizados en diciembre, destacando entre todos el del Niño Viajero, también podemos mencionar la fiesta del Corpus Cristi donde dulces y luces conquistan el centro Histórico, al igual que en Semana Santa, semana donde más se siente el espíritu religioso.    

Dice un viejo refrán popular que “todo cuencano nace con aguja de vinilo”, una frase referente a nuestro típico y distinguido acento, que para muchos se forjo gracias a las letras literarias acuñadas en esta ciudad y es que Cuenca ha sido el lugar donde la literatura al igual que el arte y la cultura han tenido su propio espacio y época llegando al punto de convertir a la ciudad en cuna de escritores y poetas como: Jorge Dávila, Remigio Crespo, Manuel J. Calle, Cesar Andrade, fray Vicente Solano,  hombres que cuyo espíritu sigue latente en la historia de la ciudad, siendo ejemplo para las nuevas generaciones.  

Hay tanto que decir de Cuenca que no me alcanzan las palabras para hablar de todas sus encantos ya sean estos artificiales como sus magníficos parques o sus extraordinarias mansiones coloniales que inundan el centro histórico al igual que sus más variadas iglesias, siendo muchas de ellas convertidas hoy en día en centros de historia como la catedral antigua la cual nos traslada a la Cuenca religiosa y colonial y que junto a diversos museos mantiene viva la esencia cuencana, esencia que se conserva en las tradiciones y costumbres de sus habitantes, nuestra ciudad conserva también maravillas naturales como el Cajas donde la mano del hombre es ahuyentada por la belleza de la naturaleza, es por estas y muchas otras razones más que Cuenca siempre será una ciudad única e inimaginable  

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