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CÓMO HABLAR CON SUS HIJOS SOBRE

EL CONSUMO DE ALCOHOL

QUITAR LA “CARGA” EMOCIONAL DEL ALCOHOL

SEA UN BUEN MODELO A SEGUIR

Tal vez lo más importante que pueden hacer los padres por sus hijos, desde que son muy pequeños, es ser buenos modelos a seguir. Los hijos son agudos observadores. Saben mucho más sobre usted de lo que usted cree, por lo que su comportamiento y actitudes en cuanto al consumo de alcohol se transmiten a ellos. Las acciones dicen mucho más que las palabras y el ejemplo que usted fije en sus hijos tendrá gran influencia sobre ellos. Si bebe, convierta esta actividad en una parte normal de su vida, como lo hacen la mayoría de los adultos. No lo haga en exceso ni ponga demasiado énfasis en el consumo de alcohol. La mayoría de las personas que consumen alcohol lo hacen de forma responsable, para complementar una comida, para compartir un buen momento con amigos o para celebrar ocasiones especiales. No hacen alarde acerca de su consumo de alcohol ni promocionan la ebriedad. Tampoco conducen alcoholizados ni toleran que otros lo hagan. Comenzando por usted mismo, haga que el hecho de conducir estando bajo los efectos del alcohol sea un comportamiento socialmente inaceptable. En las familias cuyos padres u otros adultos no beben, los hijos aún así necesitan conocer la realidad acerca del alcohol. Los padres deben hablar con sus hijos a una edad temprana, de forma objetiva y explicarles por qué eligieron no consumir alcohol. Estos hijos estarán entonces mejor preparados para tomar decisiones responsables acerca del consumo de alcohol cuando sean mayores de edad. La investigación ha comprobado que el ejemplo que fijan los padres para sus hijos causa un impacto, especialmente durante los años críticos de la adolescencia. Las investigaciones independientes han comprobado que una gran cantidad de adolescentes dicen que sus padres ejercen la mayor influencia en las decisiones que ellos toman acerca del consumo de alcohol. Fijando un buen ejemplo y estimulando el diálogo sobre el consumo de alcohol desde una edad temprana, los padres pueden tener un papel clave para ayudar a sus hijos a tomar buenas decisiones.

EL ABUSO NUNCA ES UN BUEN EJEMPLO

LOS EFECTOS DEL ALCOHOL

Las bebidas alcohólicas han sido disfrutadas por miles de años. Sin embargo, también se ha abusado de ellas.

Desde el punto de vista médico, el alcohol es un depresor que, consumido en exceso, conduce a la intoxicación y pérdida del control, junto con una disminución de la coordinación, los reflejos y el juicio. El abuso del alcohol tiene muchos riesgos bastante conocidos, siendo uno de los mayores el de conducir en estado de ebriedad y sus consecuencias. Existen muchos factores que influyen la forma en la que el cuerpo asimila el alcohol, tales como la altura y peso de la persona, así como si ha ingerido alimentos o no. La idea de que un café negro, una ducha fría o cualquier otra cosa pueden desembriagar a una persona ebria es sólo un mito. Sólo el paso del tiempo, una vez finalizado el consumo, restablece la sobriedad.

MOTIVOS POR LOS CUALES LOS JÓVENES NO DEBERÍAN CONSUMIR ALCOHOL

A pesar de que en algunos entornos culturales los jóvenes beben alcohol con las comidas o en ocasiones religiosas, el consumo público de bebidas alcohólicas por parte de aquellas personas que no tienen edad legal para consumirlas está prohibido. Según los expertos, los hijos carecen de juicio y experiencia para consumir bebidas alcohólicas. Asimismo, su menor tamaño corporal posibilita la intoxicación con una menor cantidad de bebida alcohólica. Incluso en los adolescentes que pueden parecer “adultos”

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