DETRAS DE CADA PASO
Jessica SolorioTrabajo20 de Agosto de 2015
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Nombre | Paez Paredes Krystell Carolina |
Escuela | Instituto Regional de Guaymas |
Materia | Orientación Educativa |
Maestra | |
Grupo | 301 |
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Detrás De Cada Paso.
Uno.. Dos.. Tres.. Relajar
Sólo escuchaba esas palabras, sentía que mis pies subían una y otra vez, sentía ese pequeño dolor que me gustaba, y sobre todo sentía ese placer de mover mi cuerpo.. Oía ese sonido lento que me gustaba, algo como Beethoven, todo era perfecto, hasta que .. Desperté.
¡¡¡RIIIIIIIIIIIN RIIIIIIIIIN!!!
5:56 a.m ¿Por qué esa hora?, sencillo: Iba a correr media hora, después haría abdominales, y al final calentamiento, me prepararé para el día más importante quizás de toda mi vida. Hoy Audicionaba para la Academia Nacional de Ballet.
Tengo 16 años, vivo en Australia Sidney y cursaría el primer grado de preparatoria, pero lo cierto es que prefiero no ser normal y trabajar para esta compañía en donde con los años te enseñan a ser mejor bailarina.
Oh cierto, lo olvidaba Soy Katrina Wester, eh aprendido a bailar desde que tenía 4 años, lo que indica que estoy preparada. Pero todo buen aprendizaje contiene algo malo. En este caso mi gravísimo error es el siguiente:
Mis padres piensan que el baile es un hobbie, algo con que pasar el tiempo, algo con lo que te acostumbras y que piensas que lo es todo pero no es así.. Mis padres son unos exitosos empresarios y quieren que su única hija sea la siguiente heredera de sus empresas, lo frustrante es que soy buena en esas cosas pero mi futuro lo veo con ojos de música y público aplaudiendo.
En fin, lo del casting era secreto, no quería que mis padres se enteraran hasta que entiendan que esto no es un simple pasatiempo para mí.
2 horas después.
Finalmente son las 7:56 a.m, estoy afuera de la ADC y llevo el número 67 para audicionar, ya calenté pero mi cuerpo esta nervioso, aunque eso no evita que mi oportunidad más grande de mi vida se desmorone gracias a los nervios .
Por fin le toca a mi grupo, y nos metemos al edificio, caminamos, seguimos derecho, subimos escaleras, pasamos unas tres puertas y finalmente llegue a mi objetivo: El escenario. Habían cuatro jueces mirándonos atentamente y finalmente nos dijeron – Adelante -.
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Nos ensayaba una mujer de al parecer unos 29 años de edad, era una pieza corta y rápida, pero con movimientos delicados y suaves, no olvidemos las puntas, teníamos que estirar los pies sin verse ningún error, al parecer quieren ver la delicadeza que cada una de las bailarinas contiene y lo lento que podemos aguantar, muy listos.
Al rato de unos 10 minutos de ensayo nos tocó audicionar, en grupos de dos van pasando las bailarinas y bailan poco a poco, y así estuvo; llego mi turno así que lo hice, di lo mejor que pude sin exagerar y me deje llevar.. Por supuesto, la música era clásica, perfecta para la ocasión, no era una pieza de Beethoven pero era algo como lago de los cisnes. Después de 23 minutos, acabó la audición y desconfiada, me fui a mi casa.
Lo que sé es que si eras aceptada, llegaba un correo a tú casa diciéndote que estabas aprobada y eras apta para entrar a la compañía. Mis padres no se enteraron de eso, solo pensaron que fui a bailar a mi actual grupo de danza y no sospecharon nada.
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Al día siguiente me levante a las 8:32 a.m, dispuesta a ir hacía el correo y ver si no llego nada. Me levante, me puse las pantuflas y baje para ir. Llegue y abrí el correo, habían unas cartas, leí los títulos y al parecer, no quede seleccionada.
¿Es enserio? Pésimo así me sentí, sentí que no estaba preparada y que tal vez esa no era mi vida.. Esta era mi última oportunidad para demostrarles a mis padres que podría ser diferente.
Ese día era sábado, y todo el día no hice nada más que comer mucho atún y agua. Mi madre me pregunto – Estas bien? – Pero como no tenía idea de nada le respondí – Sí -. Volvió a preguntar – Y por qué no has salido en todo el día?, te ves triste hija -, yo le dije – Nada madre, estoy cansada es todo – Y así ella se fue a hacer los labores.
A las 8:43 p.m estaba viendo una película cómica, la verdad es que no me dio risa y simplemente la seguí viendo, esperando ver si de alguna forma me hacía reír, cuando de pronto sonó el teléfono. Como pude me levante, me puse las pantuflas y agarré el teléfono.
- Bueno? – Pregunté
- Con la Srita. Wester Katrina –
- Diga, soy yo ¿Quién habla? – Estaba preocupada ¿Quién era?
- Somos de la ADC (Australian Dance Company)
- Qué se les ofrece? – DIOS MÍO.
- Usted era la joven número 67 cierto?, queremos informarle que hubo un fallo en nuestros correos, pero nosotros somos encargados de mencionarle que fue seleccionada y juzgada para entrar en la compañía. Mañana preséntese a las nueve de la mañana en la oficina para hacer sus inscripciones. –
- Qué debo de llevar? –
- Los archivos que pide una escuela normal, agregando los archivos de sí estudio en alguna escuela de danza, y permiso de sus padres. –
- Esta bien, Gracias –
- Felicidades, Buenas noches – Y Colgó..
No lo podía creer, fui seleccionada. Y así fue como a las 9 pasadas dormí feliz para despertar al siguiente día.
Fui al edificio de la escuela, entre y busque la oficina, eran muchas pero la encontré, toque la puerta, me dijeron pasa y abrí el pomo de la puerta para entrar y sentarme. Entregue mis documentos e incluso el permiso de mis padres, se que fue una tontería pero, lo cierto es que yo firme los permisos.
Hable con el que al parecer era el director y me indicó varias reglas y me dijo algo que me asustó: que los primeros días estaría en mi casa, pero después de una semana tendría que mudarme hacia ese edificio. Al parecer, esta escuela no sólo era un simple estudio, también tenia que vivir ahí.
Pasaron los tres primeros días, iba de las 8:30 a.m y salía a las 12: 45 p.m, volvía a ir a las 5:00 p.m y salía a las 7:15 p.m.
El tercer día, osea miércoles llegue a mi casa cansada, eran las 7: 24 p.m cuando por fin llegue y me dirigí directo a mi cuarto, cuando encuentro una sorpresa. Mis dos padres.
- ¿Qué sucede? – Pregunte
- Cómo que ¿qué sucede?, dímelo tú ¿Qué pasa? ¿Qué es esto? - y me dio una hoja con varias letritas, lo reconocí de inmediato. Era el contrato de la compañía, lo olvide por completo y lo deje en el tocador no muy escondido.
- Hija, creí que habíamos quedado claro con este tema – Menciono mi padre
- Yo no puedo decir lo mismo papá – Le respondí - ¿Estaban espiando mi cuarto? – Pregunté
- No, no lo hicimos hasta que llamaron por teléfono y al parecer eran de una escuela nacional de danza, curiosamente me dijeron que tenían que hablar con los padres de familia la próxima semana para ver los cambios que iban a hacer, yo respondí que era equivocado, colgué y me puse a buscar algo en tú habitación, por lo visto, tenían razón – Dijo mi madre toda molesta
- ¿Y qué querías que hiciera madre?, no les pude decir nada. Sé que no me apoyarán en nada que tenga que ver con baile, solo me apoyan para los gastos pensando que es un pasatiempo, pero no es así – Decía yo
- ¿Qué quieres Kat?, Tú no eres bailarina, eres empresaria saliste a nosotros, necesitas acostumbrarte a los negocios y ser una exitosa en eso, no puedes cambiar tú destino por un tul y zapatillas de ballet hija – Respondió mi padre
- Pues yo no se como lo vean ustedes, pero yo ya descubrí mi pasión, lo que quiero hacer y sobre todo que seré en el futuro. Eso es una muestra de que fui aceptada en una de las mejores compañías del país, demuestra que no simplemente se bailar, si no que soy capaz de desarrollar mucho más y ser la mejor. Quiero ser la mejor bailarina de todo el país, y para eso ocupo de su apoyo y reconocimiento. – Dije tan seriamente
- ¿Y las empresas? – Pregunto mi padre
- Lo siento mucho padre, pero lo cierto es que no se me da y no me veo haciendo eso en un futuro, no me veo como ustedes viajando alrededor del mundo sólo para hacer unas cuentas y firmar contratos, yo me veo viajando para satisfacer a diferentes públicos y disfrutarlo interiormente. –
- Bueno Kat, aceptare eso y dejare que seas una bailarina, este año. Pero si veo que no llegaras muy lejos y que no eres una de las solistas tan importantes de los bailes, entonces tendré que sacarte y te dedicaras al cien por cierto a la administración ¿Esta bien? – Decía mi madre
- Acepto eso – Dije
- Pero eso no significa que este muy contenta con que seas bailarina hija, no le veo mucho futuro a algo como eso, cuando tengas treinta y cinco ya no serás nadie, sólo podrás dar clases a niñas pequeñas como te las daban a ti. –
- Eh pensado en eso madre, y lo cierto es que puedo crear una Academia en este caso sería una buena empresa y poner a los mejores maestros que pueda obtener para que tengamos buen privilegio y dar ciertas clases ¿Qué te parece? –
- Trato hecho, pero recuerda. Un año – Asintió mi padre
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