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Delitos Economicos Y El Ambito De La Empresa


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2013  •  5.542 Palabras (23 Páginas)  •  628 Visitas

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Delitos económicos y el ámbito de la empresa decimo semestre

Tema 2 LA CONFIGURACION INTERNACIONAL DEL NEOLIBERALISMO.

INFORME: LA CONFIGURACION INTERNACIONAL DEL NEOLIBERALISMO IMPOSICION DE UN ORDEN MUNDIAL CRIMINAL, “LEGALIZADO”?

La globalización se entiende como una guerra en todos los frentes librada por el capital mundial contra los trabajadores y pobres del planeta. Esta guerra ha buscado, y lo ha conseguido, la reestructuración del trabajo a favor del capital, la libre movilización del capital hacia donde se encuentra trabajo, barato y abundante, la erradicación de todo tipo de conquistas y derechos de los pobres, la transformación del Estado en un ente favorable a la competencia económica que ya no regula los factores nacionales (como moneda, comercio, inversión extranjera o trabajo) sino que acude más que nunca a la represión y al control social. En pocas palabras, para usar un lenguaje hoy proscrito, la lucha de clases en estos momentos se hace de arriba hacia abajo y favorece al capital.

En esa guerra social que es la globalización hay estrategas, ideólogos, y ejecutores. Entre los primeros, estrategas e ideólogos, sobresalen los economistas neoliberales que desde sus relucientes oficinas planean las maniobras que se van a librar en el terreno, esto es, indican donde se debe aplicar un plan de ajuste estructural, dónde se debe privatizar, cuando hay que cerrar un hospital público o vender una universidad estatal, etc. Esas decisiones suelen presentarse como determinaciones técnicas, por lo demás ineluctables, que favorecerían incluso a los que van a ser víctimas de tales políticas. Quienes ejecutan en la práctica esas políticas neoliberales son los gobiernos, muchos de cuyos presidentes o ministros hacen parte de esa cofradía neoliberal. En tal perspectiva, los economistas neoliberales son criminales de guerra, porque no son los que disparan, esto no siempre es una metáfora por desgracia, de manera directa sino los que dice a quiénes, cómo y cuándo se debe disparar contra los trabajadores y los pobres del mundo.

Un ejemplo ilustra esto: Cuando se presentó el huracán Katrina, Milton Friedman, que tenía 93 años, aplaudió el carácter destructivo del huracán, porque había logrado lo que las propuestas neoliberales no habían conseguido durante décadas: debilitar al sindicato de enseñantes que se había negado a aceptar la privatización de las escuelas públicas de Nueva Orleans. Pues apenas ocurrió el huracán, Friedman escribió el que sería su último artículo agradeciendo que se hubiera presentado y que tuviera el efecto de posibilitar la privatización de gran parte del sistema educativo del Estado y, además, le permitiera deshacerse de sindicalistas incómodos, que no dejan funcionar armónicamente al libre mercado y recomendaba que no había que perder la oportunidad que brindaba el Katrina para emprender esas “reformas” en el sistema educativo, lo cual finalmente se hizo. Este es un ejemplo del carácter criminal de Friedman, cuyo prontuario, como se ha demostrado en numerosas investigaciones, tiene en su haber el sustento de los Chicagos Boys en el Chile de Pinochet, entre otros sonados crímenes.

Quiere esto decir, que tras la catástrofe que ha significado para América Latina, África, Europa Oriental la imposición brutal del capitalismo se encuentran personajes de carne y hueso, y no entes abstractos, detrás de cuya accionar hay millones de muertos, como producto, para señalar un caso, de la privatización de los sistemas de salud o de la imposición de la agricultura de exportación.

La actual crisis económica cuyas dimensiones cada vez parecen más agigantadas, ¿es la bancarrota definitiva de la ideología neoliberal? ¿Qué cambios se efectuarán, si es el caso, en el modo de funcionamiento del sistema económico mundial? ¿Estamos entonando los cánticos de la lucha final?

Parece que la crisis actual si marca un punto de quiebre de la ideología y del proyecto del neoliberalismo, pero ni mucho menos significa el fin del capitalismo. Al respecto vale hacer algunas precisiones históricas: desde que el capitalismo existe ha necesitado del Estado, pues sin éste nunca hubiera existido. De tal manera que lo que se ha visto a través del tiempo, son distintos tipos de Estado, pasando por el de Bienestar, hasta desembocar en el Estado neoliberal, en el cual nos encontramos. Que este tipo de Estado sea abandonado o reconstruido no significa para nada que el capitalismo vaya a desaparecer. En segundo término, ya se está viendo en Estados Unidos y la Unión Europea, que para evitar la bancarrota total de la economía el Estado ha ido al rescate de los bancos, de los inversionistas hipotecarios o de la industria automovilista, con lo que se muestra que en el futuro inmediato el Estado va a tener una mayor intervención económica con respecto al período neoliberal. Sin embargo, ante la inexistencia de un proyecto anticapitalista, y de sujetos que lo encarnen, la crisis del capitalismo no significara su fin, pues este no se logra mediante un derrumbe automático, sino que deber ser resultado de la acción colectiva y consciente de sujetos sociales.

La crisis actual tiene, un elemento importante que no puede desestimarse, puesto que de ella va a salir seriamente resentida la hegemonía de los Estados Unidos, que se había recuperado tras la disolución de la URSS. Y esto es importante porque muestra los límites económicos de esa hegemonía, que va a quedar reducida por algún tiempo a un plano puramente militar, y el dólar va a salir más debilitado que nunca. En estos días, por ejemplo, se anuncia que en secreto la Reserva Federal de los Estados Unidos emitió 600 mil millones de dólares, una cifra impresionante, sin ningún respaldo. Esto tarde o temprano va a incidir en el dólar, porque lo único claro es que es un papel sin ningún valor real, completamente depreciado.

Esta debilidad de los Estados Unidos va a posibilitar que en distintos lugares del mundo, como en algunos países de América Latina, sus acciones criminales tengan menos posibilidad de operar con la misma intensidad del pasado y con el mismo apoyo, sin que eso signifique que van a desaparecer.

¿Qué opinión merecen los actuales procesos de cambio en Venezuela, en Ecuador, en Bolivia, acaso en Paraguay? ¿Es igualada con los caminos emprendidos en Brasil, Chile y Uruguay? Hay gentes que piensan que no es una cuestión de argumentos ni de razones. , el capitalismo es eso y mucho más. Pero, ¿qué podemos hacer? El poder de la reacción imperial es infinito. No hay posibilidad de una resistencia efectiva. Lo sucedido en Ecuador o Venezuela ha sido fruto del azar y el Imperio acecha babeante de sangre. No hay esperanza.

¿Qué

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