Democracia Electoral
JMGT323 de Febrero de 2015
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LA DEMOCRACIA EN MÉXICO
En este ensayo se hablará sobre lo que es la democracia, para después hablar de la democracia en México. Se expondrá entonces lo que debe entenderse por democracia, y veremos si es cierto que nuestro país vive en un régimen democrático, como afirman algunos.
Primero tenemos que la palabra democracia se deriva de los vocablos griegos demos, que significa "pueblo", y kratos, que significa "gobierno" o “poder”, por lo que se dice que democracia significa "gobierno del pueblo" o “poder del pueblo”. Así tenemos que la democracia es la forma de régimen o gobierno basado en la proclamación de los principios de poder del pueblo, de la libertad y de la igualdad de los ciudadanos o gobernados. Así es como la democracia supone el establecimiento del principio de que la clase gobernante está subordinada a la mayoría gobernada, en el principio de que los gobernados pueden elegir libremente a los principales órganos de gobierno, y en el principio de que los gobernados deben disfrutar de derechos y libertades.
En términos generales, la democracia es una forma de gobierno en la que el pueblo justifica la existencia del poder público, y por eso mismo la participación del pueblo en las funciones públicas es una de las características esenciales de un régimen democrático. Otra característica consiste en que las instituciones de gobierno se estableen en beneficio y al servicio del pueblo. Además debemos estar de acuerdo en que la democracia es un régimen en el que debe hacerse participar al mayor número de ciudadanos en los asuntos políticos del Estado.
La democracia es en pocas palabras la doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. Los doctrinarios señalan que en un régimen democrático la soberanía reside en el pueblo y es ejercida por éste de manera directa o indirecta, y de esta manera, la democracia es una forma de gobierno en la cual el poder para cambiar las leyes y las estructuras de gobierno lo poseen los ciudadanos. Es por eso que en un sistema democrático las decisiones que adopten los integrantes del Poder Legislativo deben son tomadas por los propios ciudadanos a través de sus representantes, quienes son elegidos mediante elecciones libres y que deben actuar con el consentimiento de los ciudadanos.
Cabe mencionar aquí que las democracias modernas giran en torno a tres cosas: el principio de la mayoría relativa, los procedimientos electorales, y la transmisión del poder a los ciudadanos a través de la representación. Esto implica que por supuesto que nadie quisiera que gobernaran los peores, sino que todos quisiéramos que gobernaran los mejores, por lo que los ciudadanos deben tener mucho cuidado en la selección de los que van a gobernarlos. Además se tiene que entender que los cargos públicos no son patrimonio ni exclusividad de ninguna clase económica, social ni política, y por lo tanto cualquier ciudadano tiene el derecho de llegar a ocupar un puesto o cargo en el gobierno, siempre y cuando sea elegido por sus conciudadanos o designado para dicho puesto según lo marque nuestra propia Constitución.
Se ha afirmado que el régimen ideal para nuestro país es el de la democracia liberal. ¿Y qué es una democracia liberal? Pues es aquella que garantiza el respeto a los derechos y las libertades individuales, y protege a las personas contra los excesos o abusos de los miembros del gobierno o del Estado. Cabe destacar que la democracia liberal se desarrolló en los Estados Unidos y Europa para defender el derecho a la vida, a la propiedad, a las creencias religiosas y a la libre expresión del hombre o ciudadano común. Pero no todo se limitó a defender dichos derechos, sino también deben establecerse mecanismos de control que regulen o controlen a los poderes de gobierno para garantizar el ideal del Estado de Derecho: la igualdad tanto de gobernantes como de gobernados ante la ley.
También hay que señalar que, como se dijo, la democracia debe estar acorde con lo que es el Estado de derecho, donde el poder está subordinado a una norma superior que es la Constitución, y es aplicado mediante leyes a las cuales deben estar sujetos y obedecer tanto gobernantes como gobernados. La democracia liberal tiene como base el Estado de derecho porque a través de éste se limita el poder del Estado al obligarlo a respetar las libertades y derechos civiles de los individuos.
Donde la democracia liberal funciona domina el Estado de derecho, y así es en la democracia liberal en donde existen reglas de juego claras en las elecciones, gobiernan las leyes y no los gobernantes (porque estos deben actuar según lo que les permitan las leyes, o bien hacer nada más lo que exclusivamente les permitan las leyes), y deben ser respetados y protegidos de manera efectiva los derechos a la libertad de expresión, a la propiedad privada y a la seguridad de los ciudadanos. Así podemos darnos cuenta de que la democracia liberal va de la mano con lo que es el verdadero Estado de derecho y con lo que se puede llamar “un país de leyes”.
Es bueno destacar entonces para que quede claro y entendido lo que caracteriza a la democracia liberal, siendo sus elementos esenciales los siguientes: la regla (o como dicen muchos, “el imperio”) de la ley, los derechos de la propiedad privada, la separación de poderes (sabemos que el poder estatal está divido en legislativo, ejecutivo y judicial) y las libertades de expresión, de asociación y de reunión.
Ahora bien, hemos hablado de la democracia liberal porque hay que distinguirla de la democracia directa. La democracia liberal es de carácter representativo, además de que es una democracia más moderada, mientras que la democracia directa es más radical y más inmoderada, y esta democracia desea que exista un poder ilimitado e inmoderado por parte de los gobernados, ya que sostiene que los representantes están a lo que decida el electorado, además de que el poder legislativo debe estar por encima del poder ejecutivo y del poder judicial, y los partidos políticos de plano desaparecen. Es por eso que no se quiere que este tipo de democracia llegara a implantarse como forma de gobierno y como forma de vida, y por eso se propuso la democracia liberal.
Visto lo anterior en cuanto a saber qué es la democracia y cuál puede decirse que es el mejor tipo de democracia, veamos ahora si nuestro país vive en verdad una democracia o sólo es un cuento que nos dicen constantemente los políticos y los medios de comunicación. De entrada se puede decir que aunque se ha pretendido que nuestro país se desarrolle bajo una democracia liberal, la realidad nos ha enseñado otra cosa. Aunque el pueblo mexicano ha ido poco a poco logrando que se respete su voluntad en cuanto a la forma de gobierno y cómo deben actuar sus gobernantes, la verdad es que en México sólo se han alcanzado pequeños logros dándose al pueblo pequeñitas pruebas de lo que es vivir en un régimen de democracia liberal.
Tampoco se puede decir que seamos democráticos tomando en cuenta los procesos electorales que se celebran cotidianamente en nuestro país. Todos sabemos que hace algunos años el denominado partido político “oficial”, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), perdió el poder político que mantuvo durante aproximadamente setenta años. Este hecho fue resultado, entre otras cosas, de las diversas reformas políticas que de alguna manera cambiaron poco a poco la situación política del país, principalmente porque permitieron que los partidos políticos de oposición pudieran tener acceso al poder. Se dijo que con esto de que el Partido Acción Nacional (PAN) o el Partido de la Revolución Democrática (PRD) u otro partido político ganara poco a poco espacios y puestos en el gobierno a nivel federal, estatal o municipal, se decía que la “democracia avanzaba”. Sin embargo, a lo largo de la historia política de nuestro país, sobre todo en las últimas décadas, se ha visto que las elecciones, ya sea para elegir a presidente de la República, a senadores, a diputados, a gobernadores, a presidentes municipales, etc., por algún motivo o causa han sido elecciones que han estado manchadas o desprestigiadas, ocasionando que se fuera generando una fuerte falta de credibilidad y confianza en dichas elecciones. Y si no, basta con escuchar o leer las noticias para enterarnos que cuando hubo elecciones en un Estado o en un municipio del país, el mismo día o al día siguiente se desaten pleitos y peleas por causa de que los que perdieron se creen injustamente despojados del triunfo, mientras que los que ganaron dicen que su triunfo fue legal. Pero la verdad es que es raro ver que un proceso electoral no esté viciado o corrompido, y que no contenga irregularidades, lo que hace que dicho proceso electoral sea totalmente injusto porque implicará en que llegue al poder un personaje que no es deseado por el pueblo y que gana la elección gracias a trampas y engaños. Todo esto ha llevado a que el pueblo mexicano haya perdido la fe poco a poco en la importancia de que vote para elegir a sus gobernantes y a sus representantes populares, decidiendo mejor abstenerse, esperar que otros voten por ellos, o bien como recientemente pasó, que decidió anular su voto. Esto con claridad se ve que no tiene nada que ver con la democracia que según se dice existe en México.
Todo lo anterior ha ocasionado que el sistema electoral mexicano, como parte esencial del sistema democrático nacional, aunque se haya modificado poco a poco con tal de hacerlo más eficiente, creíble, confiable y que en verdad cumpla con el objetivo de que sea el pueblo el que verdaderamente
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