Derechos De La Mujer

DERECHOS DE LA MUJER

Mujer no significa hablar de lavar ropa, lavar trastes, hacer la casa, atender los niños, hacer de comer, obedecer al marido, ver telenovelas; no, no significa esto, ahora esta palabra tan importante, significa un porcentaje de progreso y futuro de la sociedad, incluso mayor que el porcentaje que representa el hombre en la actualidad.

Desde la antigüedad el rol de la mujer en la sociedad ha sido limitado, inclusive en las religiones se consideraba que ésta debe ser protegida y debe estar al servicio del hombre que la haya elegido como esposa; a someterse a sus órdenes y muchas veces a su voluntad, era permitido para el hombre todos los privilegios, ellos podían casarse en varias ocasiones y las mujeres en rol de esposas simplemente debían someterse a la costumbre o ley imperante en ese entonces. La discriminación de las mujeres ha sido constante.

Esta forma distorsionada de ver la vulnerabilidad de la mujer, por ser tratada como el sexo débil del género humano, ha permitido que en muchos lugares del mundo, inclusive constituciones y leyes, se cometan atropellos de distinta índole en contra de la Mujer y sus derechos, que deberían ser respetados no considerando su aparente debilidad ante el hombre, sino tomando en cuenta la condición de ser humano y la igualdad de condiciones en las que deberíamos vivir.

Aún en la actualidad vemos como el machismo impera en esta sociedad, lastimosamente las propias mujeres son las que no damos valor a nuestra vida, ni a nuestros derechos, inconscientemente o por costumbre las madres hacemos grandes diferencias entre los hijos hombres y mujeres al momento de realizar las tareas del hogar, salidas con amigos, asistencia a fiestas, permisos varios, etc.

Sigue persistiendo la discriminación entre los sexos aquí en la región no obstante, a pesar de los derechos reconocidos ante la ley:

Las mujeres siguen asumiendo la doble carga de las obligaciones familiares y profesionales.

Los salarios de las mujeres siguen siendo más bajos que los de los hombres.

Las mujeres siguen siendo una minoría en los puestos directivos y de toma de decisiones.

En general, las oportunidades de la mujer quedan limitadas a una franja estrecha de los denominados “empleos femeninos” (trabajo de oficina, servicios, ventas y profesiones liberales a un nivel medio) que en general reciben un salario inferior y son menos valoradas que los empleos tradicionalmente “masculinos”.

Ya no puede suponerse que las mujeres que llegan al mercado del trabajo están menos preparadas que los hombres.

Para lograr los mejores resultados es importante hacer hincapié ante todo en el papel de la mujer como sujeto de la actividad económica.

Es necesario incrementar la productividad de la mujer en el trabajo a domicilio y agrícola, ampliando al mismo tiempo sus posibilidades de empleo y aumentando los ingresos que reciben. La transformación de las actividades económicas de la mujer requiere reformas profundas, por ejemplo: políticas que abran a la mujer el acceso a la tierra y a los medios de explotación, al crédito y a la tecnología; medidas financieras que favorezcan el trabajo independiente de la mujer; y programas de formación que las hagan competitivas en el mercado de trabajo. Es preciso concebir un acercamiento más orientado hacia la mujer en la formulación de programas y políticas de desarrollo económico y social.

En la región vállense aún le falta por que se cumplan al pie de la letra los derechos de nosotras como mujeres, principalmente porque no existe las suficientes instituciones, ni asociaciones para proteger nuestros derechos, pues solo están El DIF y el Instituto para la Atención de la Mujer, y a pesar de que en la constitución se encuentra estipulado la igualdad tanto en hombres como mujeres hay más de alguno que se quiere sobrepasar con nuestros

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