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Derechos De La Mujer


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2013  •  3.893 Palabras (16 Páginas)  •  290 Visitas

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Colegio Técnico Humanístico “Buenas Nuevas C”

DERECHOS DE LA MUJER

Aldana Eden Revollo Flores

Buenas Nuevas C

5to B

Indice

Introduccion 1

Antecedentes 2

Causas 3

Desarrollo 4

Escribir el título del capítulo (nivel 2) 5

Escribir el título del capítulo (nivel 3) 6

Introducción

Hace muchos años se cometió las mayores injusticias contra la mujer este es el caso de una joven iraní llamada Soraya M. esta joven fue víctima de una terrible conspiración capitaneada por su propio marido que la acusa de adulterio y por esta razón se la apedreo injustamente.

Esta historia puede verse en la película La Lapidación de Soraya. Muestra la necesidad que había de unos derechos que protejan a la mujer.

Ahora existen y son las que veremos a continuación, universales y en nuestro país.

Mujeres hagamos respetar nuestros derechos pero primero conozcámoslos y analicémoslos.

“Ama y aprecia a la mujer y no abuses nunca de su debilidad, sería una infamia y una cobardía”. (Paolo Mantegazza)

“Si usted quiere saber lo que una mujer dice realmente, mírela, no solo la escuche”. (Oscar Wilde)

Antecedentes

. La lucha por los derechos de la mujer.

Sucedió el 4 de junio de 1913 en el hipódromo de Epsom Downs, unos 20 kms al sudeste de Londres. Una joven se lanzó a la pista y trató de sujetar por las riendas el caballo del Rey. El animal la arrollo y cuatro días después la joven dejaba de existir. Se llamaba Emili Davison. Numerosos espectadores juzgaron el sangriento espectáculo como un sacrificio en pro de una cuestión que en Inglaterra muchas mujeres apoyaban desde hacía largo tiempo: El movimiento sufragista femenino.

Pero no sólo en Inglaterra luchaban las mujeres por este derecho. También en otros países europeos, en América, y en otras partes del mundo, numerosas mujeres se hallaban dispuestas a levantar barricadas en defensa de su causa. Las iniciativas, al principio, revistieron cautela y moderación. Pero cuando los primeros y tímidos conatos resultaron infructuosos, se recurrió a procedimientos más radicales.

Al fin y al cabo, las ricas damas privilegiadas vivían ociosamente y cultivaban las artes. Sin embargo, la suerte de las féminas de clase media y baja, era muy diferente. Cooperaban con arduo trabajo a la manutención de la familia, bien como criadas, al servicio de las damas de elevada posición, bien realizando tareas en su casa o como operarias en las sórdidas cadenas de producción en las fábricas recién creadas. Desde comienzos del siglo XIX, la naciente industria utilizaba sin miramiento a las mujeres como mano de obra barata. Llegaban a trabajar hasta 17 horas diarias, y cobraban con frecuencia la mitad de salario que un varón; además se ocupaban del hogar.

En el año 1900 se promulgó en Francia una ley que limitaba a 12 horas la jornada de trabajo y precisaba un día de descanso a la semana. En Estados Unidos, las circunstancias de trabajo tampoco favorecían a la mujer. También allí se contrataban bajo duras condiciones de trabajo por la mitad de salario que los varones. No obstante, como las muje+res participaban de modo importante en los procesos de producción y en consecuencia, ganaban su propio dinero, pronto alcanzaron cierta independencia económica que las llevó a reivindicar los mismos derechos sociales, jurídicos y políticos que el hombre. Se iniciaba la época de los movimientos feministas, que hasta hoy no han perdido actualidad.

Los orígenes del sufragio se remontan al siglo XVIII. En 1789 la francesa Olympe de Gouges hizo pública una declaración de los derechos femeninos, en la cual exigía para la mujer el derecho al sufragio activo y pasivo. Tres años después se publicaba en Inglaterra "Defensa de los derechos de la mujer", escrito por Mary Wollstonecraft. Con encendidas palabras defendía el derecho de la mujer a la educación, a la cultura, y a la igualdad profesional con el varón, exigiendo que se pusiera fin al amargo pan de la subordinación femenina. También algunos hombres hicieron suya la causa del feminismo. El filósofo y economista John Stuart Mill defendió en 1867 ante el parlamento británico el derecho femenino al voto, y dos años más tarde publicó un libro en que protestaba contra la discriminación de la mujer.

Las primeras feministas británicas, consideraron el libro de Mill como su biblia, mas apenas obtuvieron mejoras relevantes. Las acobardaba la violenta oposición masculina que sus más pequeños logros despertaban. Desde las tribunas de los oradores, en los titulares de los periódicos, desde los púlpitos, se les exigía que hicieran honor a su verdadera naturaleza. Se les decía que su lógica era débil, su volubilidad nefasta y sus fuerzas insuficientes para asumir la gran responsabilidad del sufragio. Esto iba dirigido a unas mujeres que soportaban 12 horas diarias de trabajo en las fabricas y además atendían las labores domésticas.

En Inglaterra una mujer, Emmeline Pankhurst, zanjó en 1903 la infructuosa polémica de fundar la "Women´s Social and Political Union" (WSPU). El movimiento sufragista hermanó pronto a mujeres de toda la gama social. Damas elegantes se manifestaban junto a jóvenes obreras, y al comienzo de la Primera Guerra Mundial, Emmiline Pankhurst transformó la WSPU en una asociación nacional con carácter de milicia, cuyo influjo iba en aumento.

El Derdy Day de 1913 señaló el momento culminante del movimiento sufragista. Nadie ha probado de modo concluyente que Emily Davidson tuviera intención de suicidarse; sin embargo, para las feministas su sacrificio no ofrece duda alguna. La energía con que exigían su derecho al voto resultaba incontrolable.

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