Desarrollo Curricular De Las Competencias En Chile: Apostemos Por Un Cambio Desde Los Inicios

Desarrollo Curricular de las Competencias En Chile:

Apostemos por un cambio desde los inicios

La complejidad creciente de nuestra sociedad requiere un cambio de mentalidad, como forma de aprovechar las fuerzas de los propios cambios que vive nuestro mundo actual. Las sociedades no cambian por sí mismas, son los individuos quienes se mueven para cambiarla y en este contexto, no podemos ignorar que “las demandas de la sociedad del conocimiento son determinantes sobre los nuevos perfiles profesionales y de los procesos de formación en esta materia”(Donoso, 2011)

La nueva sociedad, requiere la formación de profesionales capaces no sólo de aplicar sus conocimientos, sino también reflexionar sobre ello. Surge el “aprender a hacer”, a fin de adquirir no sólo una calificación profesional sino, más generalmente, una competencia que capacite al individuo para hacer frente a gran número de situaciones y a trabajar en equipo. Pero, también, aprender a hacer en el marco de las distintas experiencias sociales o de trabajo que se ofrecen a los jóvenes y adolescentes, siendo un aporte en su conocimiento individual y proyectándolo en un valor duradero para la organización y estructura institucional. “Desde esta perspectiva, se asume que el capital humano sea convertido en capital intelectual”(Donoso, 2011)

En los fundamentos de la modalidad curricular chilena actual, esto implica superar el cognoscitivismo, el mero aprender a conocer, y postular el aprender a aprender, el saber como metacognición. Apostar por una educación con énfasis en el aprendizaje a lo largo de toda la vida, aceptando la concepción de educación como un proceso dinámico y las competencias como estados de este proceso de evolución.

En el ámbito de la educación chilena, los cambios orientados a establecer un modelo de educación basada en competencias tendrían un resultado positivo, en cuanto se haga partícipe a todos estamentos de las instituciones (profesores, alumnos, apoderados, sostenedores, etc.) del proceso desde sus inicios y desde adentro. El aprendizaje con centro en el alumno y basado en un aprendizaje a lo largo y para toda la vida, es lo que en la educación chilena ha buscado durante mucho tiempo, es el ideal de modelo de enseñanza-aprendizaje de las últimas reformas educativas, y no sólo en la experiencia de la educación técnico-profesional; las bases curriculares de los niveles iniciales y básicos y sus metodologías se orientan en ese lineamiento.

En un país que aspira al desarrollo como es el caso de Chile, y en el desafío de formar ciudadanos hacia el conocimiento, el emprendimiento y la empleabilidad, resulta un interesante y pertinente proyecto el reformar desde la educación inicial (parvularia y básica) hasta la profesional,

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