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Deuda Externa


Enviado por   •  26 de Marzo de 2012  •  1.979 Palabras (8 Páginas)  •  680 Visitas

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La deuda externa de Venezuela se elevó al cierre del tercer trimestre de 2010 a 68.884 millones de dólares, lo que equivale a un alza de 9,61% respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del Banco Central (BCV) consultados en su página en internet este martes.

Según el BCV, al término de septiembre de 2009 las obligaciones externas ascendían a 62.843 millones de dólares.

El alza corresponde “al mayor endeudamiento a través de las emisiones de títulos del Gobierno y de (la petrolera estatal) PDVSA durante los últimos cuatro trimestres, que en buena medida han sido negociados internacionalmente (…) y al financiamiento de largo plazo contraído con la República de China”, informó el ente regulador.

Del total de la deuda externa, que incluye bonos y préstamos, 60.390 millones de dólares corresponden a compromisos del sector público y 8.494 millones de dólares a deuda privada.

En el tercer trimestre la deuda privada cayó 34,8%, respecto al mismo periodo de 2009. En cambio, las obligaciones públicas crecieron 21,2%, impulsadas por el grueso plan de colocaciones realizado por el Ejecutivo y PDVSA.

En agosto, el gobierno lanzó una emisión de bonos por 3.000 millones de dólares, y en abril firmó con China un acuerdo por el cual el gigante asiático otorgará 20.000 millones de dólares para financiar proyectos de desarrollo en Venezuela.

Además, PDVSA emitió 3.000 millones de dólares en bonos, y obtuvo un préstamo por 1.500 millones de dólares de bancos de China y Portugal.

En Venezuela, donde rige un estricto control de cambio, las colocaciones por parte del Estado de títulos pagados en divisas son muy apetecibles y generan una elevada demanda

.1¿Qué entendemos por deuda?

Muchas personas adquieren préstamos para comprar bienes de consumo o de equipo, o una vivienda. Los países también lo hacen. Toman dinero prestado en los mercados de capitales o lo piden a instituciones financieras internacionales para pagar infraestructuras: carreteras, servicios públicos y centros de salud. Al igual que las personas, los países tienen que devolver el principal y los intereses de los

préstamos que reciben. No obstante, hay diferencias importantes. Si una persona contrae un préstamo, recibe el dinero directamente y cuando lo devuelve lo hace conforme a las condiciones de ese préstamo. Pero si es un

país el que adquiere el préstamo, a los ciudadanos no se les informa acerca del uso del mismo ni de las condiciones de su devolución. En la práctica, muchos Gobiernos han utilizado préstamos para proyectos que no cumplen los requisitos mínimos de viabilidad social, ecológica o económica. Una segunda diferencia es que, cuando una empresa o persona no puede hacer frente a sus obligaciones financieras va a la quiebra. Entonces se nombra un tribunal encargado de evaluar la situación del deudor al que los bancos reconocen la

incapacidad de pagar la totalidad de su deuda. Sin embargo, los países no pueden pedir que se les declare en quiebra: no existen procedimientos ni árbitros a tal efecto. En el ámbito internacional son los acreedores y no un tribunal, quienes deciden si pedirán o no al país deudor que pague su deuda. La crisis de la deuda y su impacto en el Sur. La crisis como tal se pone de manifiesto en 1982, cuando México anuncia que no puede pagar su deuda externa, suscitando en la comunidad financiera internacional el temor a que otros países siguieran el mismo camino. No obstante, el antecedente más directo de esta crisis data de 1973, cuando los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cuadruplicaron el precio del

petróleo e invirtieron su excedente de dinero en bancos comerciales. Los bancos, en su búsqueda de inversiones para sus nuevos fondos, hicieron préstamos a países en desarrollo, sin valorar debidamente las peticiones a tal efecto o sin vigilar el modo en que se utilizaban los préstamos. De hecho, debido a la irresponsabilidad, tanto de los acreedores como de los deudores, la mayor parte del dinero prestado se gastó en programas que no beneficiaban a los pobres: compra de armamento, proyectos de desarrollo a

gran escala y/o proyectos privados que enriquecían a funcionarios públicos y a un reducido grupo de privilegiados. El impacto de la crisis de la deuda en el Sur no se hace esperar y sus costes son tanto sociales como financieros. Los países pobres altamente endeudados presentan tasas de mortalidad infantil, enfermedad, analfabetismo y malnutrición más altas que otros países en desarrollo, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Para seis de cada siete países pobres altamente

endeudados de África, el pago del servicio de la deuda - se entiende, el principal más los intereses- representa más de la suma total de dinero necesario para aliviar esta situación. Si invirtieran ese dinero en

desarrollo humano, tres millones de niños podrían superar los cinco años de edad y se evitarían un millón de casos de malnutrición (Informe sobre el desarrollo humano, 1997). En 1996, los países del Sur le debían al Norte más de dos billones de dólares, casi el doble que diez años antes. Por orden de importancia, las deudas están contraídas con Estados, bancos comerciales e instituciones financieras multilaterales. Cerca del 50% de los pagos anuales que efectúan los países del Sur se corresponden con intereses de la deuda. Desde el punto de vista financiero, el fuerte endeudamiento implica un alto riesgo para la comunidad internacional a la hora de invertir en un país. De esta forma, los países pobres están prácticamente excluidos de los mercados

financieros internacionales. El PNUD estima que en la década de 1980 los tipos de interés para los países pobres fueron cuatro veces más altos que para los países ricos, debido a su menor grado de solvencia y a las

previsiones de una depreciación de la moneda nacional. Los países muy endeudados sufren enormes presiones para obtener divisas destinadas a pagar el servicio de su deuda y comprar productos esenciales de importación. Las Instituciones Financieras Internacionales ofrecen a menudo asistencia financiera a países que se encuentran en esta situación y utilizan su influencia para obligarlos a aceptar políticas de ajuste estructural y de estabilización. Aunque su fin es el de

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