Deuda Externa
dkopper29 de Noviembre de 2012
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1. Introducción
Muchas personas adquieren préstamos para comprar bienes de consumo o de equipo, o una vivienda. Los países también lo hacen. Toman dinero prestado en los mercados de capitales o lo piden a instituciones financieras internacionales para pagar infraestructuras: carreteras, servicios públicos y centros de salud. Al igual que las personas, los países tienen que devolver el principal y los intereses de los préstamos que reciben. No obstante, hay diferencias importantes. Si una persona contrae un préstamo, recibe el dinero directamente y cuando lo devuelve lo hace conforme a las condiciones de ese préstamo. Pero si es un
país el que adquiere el préstamo, a los ciudadanos no se les informa acerca del uso del mismo ni de las condiciones de su devolución. En la práctica, muchos Gobiernos han utilizado préstamos para proyectos que no cumplen los requisitos mínimos de viabilidad social, ecológica o económica. Una segunda diferencia es que, cuando una empresa o persona no puede hacer frente a sus obligaciones financieras va a la quiebra. Entonces se nombra un tribunal encargado de evaluar la situación del deudor al que los bancos reconocen la
incapacidad de pagar la totalidad de su deuda. Sin embargo, los países no pueden pedir que se les declare en quiebra: no existen procedimientos ni árbitros a tal efecto. En el ámbito internacional son los acreedores y no un tribunal, quienes deciden si pedirán o no al país deudor que pague su deuda.
2. Tabla de contenidos
3. Historia de la deuda externa.
La Deuda externa es un fenómeno bastante reciente y, sin embargo, su papel en el marco político y económico internacional de este último cuarto de siglo ha sido fundamental.
Su primera y más importante etapa es la del préstamo, en la década de los 70.
En ella, los petrodólares (excedente de liquidez en dólares de los países exportadores de petróleo), la recesión en EEUU y Europa y, hasta fines de 1979, las bajas tasas internacionales de interés, ofrecen a los países económicamente subdesarrollados un marco idóneo para el acceso fácil a créditos abundantes y baratos.
Los principales prestamistas, la banca comercial privada, ve en estos préstamos la mejor manera de rentabilizar el capital, y considera a los Estados clientes privilegiados (un Estado no puede declararse insolvente).
El uso de este dinero varía en cada país, pero por lo general sirve para dotar de armamento moderno a los ejércitos estatales e impulsar empresas cercanas al gobierno (en el peor de los casos, para asegurar la permanencia de gobiernos dictatoriales y corruptos).
En aquellos lugares donde se realizaron inversiones industriales no fue suficiente para frenar los impagos que a mediados de los 80 empezaron a hacerse insostenibles.
A finales de los 70 y principios de los 80 las tasas de interés subieron de forma exorbitada, entre otras cosas como reacción a los problemas económicos por los que habían pasado los EEUU (balanza comercial negativa y grandes gastos en la guerra de Vietnam).
El resultado fue un endeudamiento progresivo de estos países, cuya señal de alarma fue la crisis de México en 1982.
Los siguientes años se denominarán la "década perdida", puesto que en ellos aún no se toma conciencia de la gravedad del problema y se aplican medidas con el fin de hacer sostenible la deuda.
En realidad, la banca comercial gana tiempo mientras asumen el problema el Fondo Monetario Internacional (FMI), los Bancos de Desarrollo y otros organismos internacionales, pero la Deuda empieza a funcionar como un círculo vicioso, donde el pago de los intereses obliga a los países endeudados a obtener más prestamos (en peores condiciones) que supondrán a su vez nuevos intereses impagables.
En 1996, los países latinoamericanos, africanos y asiáticos endeudados debían más de dos billones de dólares a Estados, bancos comerciales e instituciones financieras multilaterales (en este orden de importancia), casi el doble que diez años antes. Cerca del 50% de los pagos anuales que efectúan estos países son exclusivamente intereses de la Deuda.
4. Concepto de Deuda Externa
Cuando decimos "deuda externa," nos referimos al dinero que un país debe a otros países o a acreedores extranjeros, en una moneda extranjera. Se llama "externa" porque es una deuda que viene desde fuera, desde el exterior, de un país. Los préstamos pueden venir de un gobierno nacional, una institución financiera internacional, o de un banco privado. La deuda externa de un país es la suma de todo el dinero, más intereses, que ese país debe a acreedores en el extranjero.
Los pagos por capital e intereses de las deudas externas implican una salida de divisas y un aumento de la cuenta de los egresos de la balanza de pagos. Se contraen deudas externas cuando se financian importaciones, cuando los gobiernos contraen compromisos con bancos, organismos internacionales u otros gobiernos, y cuando las empresas -públicas o privadas- solicitan préstamos para realizar inversiones o para otras necesidades. En este último caso es frecuente que las empresas cuenten con un aval gubernamental que garantiza la devolución de sus préstamos ante los acreedores.
Las estadísticas de la deuda externa, que incluyen datos sobre los pagos del servicio de la deuda, se utilizan en el análisis de vulnerabilidad a problemas de solvencia y/o liquidez. Son útiles para el análisis macroeconómico general, para las negociaciones de reprogramación de deuda y para hacer estimaciones de flujos internacionales de divisas.
Por ejemplo, si México pide un préstamo del gobierno de Holanda, entonces eso es una deuda externa para México. También, si México recibe un préstamo de un banco privado holandés, esa deuda también es externa.
5. ¿La deuda externa se parece a la deuda de un individuo?
Sí y no. Ambas son deudas, pero tienen diferencias importantes. Los sistemas legales protegen a los individuos con el concepto legal de bancarrota. Cuando un individuo o una empresa endeudada piensan que es imposible pagar sus deudas, una corte examina el caso. Si el juez decide que verdaderamente no puede pagar toda la deuda, la persona o empresa tiene que pagar lo que puede y entrar en bancarrota. Estar en bancarrota significa que el endeudado ya no tiene que pagar el resto de su deuda. Así, los individuos y empresas están protegidos por la ley de estar atrapados en un ciclo de deuda imposible de escapar.
Pero en la ley internacional, no existe bancarrota para los países. Esto quiere decir que no importa lo grande que sea la deuda, ni importa si la economía del país es incapaz de generar suficiente dinero para pagarla-el país sigue endeudado. Un juez no puede determinar que un país es incapaz de pagar y cancelar parte o toda su deuda.
6. Deuda externa de Costa Rica
Deuda externa: $9,445 miles de millones (31 December 2011 est.)
$8,59 miles de millones (31 December 2010 est.)
7. Grafico comparativo de la Deuda externa de Costa Rica
Country 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Costa Rica
3,9 4,2 4,6 4,8 5,37 5,96 5,05 6,42 7,42 9,21 7,97 8,55 10,05
Estas cifras se calculan al tipo de cambio corriente, es decir sin tomar en cuenta la paridad del poder adquisitivo (PPA).
8. Noticia emitida por El Financiero sobre la deuda externa de Costa Rica
Deuda externa se acerca a su techo
Endeudamiento con el exterior alcanza un 6% del PIB; Hacienda lo ve bajo, pero está cerca del límite
Edición 870
La recuperación de la red vial se logra por un crédito por $850 millones que el BID otorgó hace 4 años. Hacienda analiza cada vez con más cuidado el tipo de planes que financiará para no arriesgar los límites de endeudamiento.
Hacienda, entretenida con sortear el déficit fiscal, no enciende aún las luces de alarma por el tamaño que ha alcanzado la deuda externa por préstamos con organismos financieros internacionales.
En total, la deuda con el exterior asciende a un 6% del PIB. Juan Carlos Pacheco, viceministro de Inversión y Crédito Público de Hacienda, cree que el porcentaje es bajo y no complica el panorama macroeconómico.
Durante el periodo constitucional 2006-2010, la Asamblea Legislativa aprobó 11 préstamos con organismos financieros del exterior. El actual parlamento, en tanto, ha convertido en ley tres créditos de ese tipo desde el 2010.
Inversión con baja ejecución
Pero los recursos disponibles no implican una rápida construcción de los proyectos. Según la “Memoria anual 2011”, de la Contraloría General de la República, al 31 de diciembre del año pasado el país tenía en ejecución 19 empréstitos por $1.578 millones.
La propia Contraloría señaló en su informe anual los mismos problemas de ejecución que en el pasado han frenado la inversión de los recursos que el país adquiere en el exterior.
Pacheco acepta esas falencias,
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