Diccionario personal.

Diccionario Personal:

Él.- Forma del pronombre personal, en tercera persona singular, que en la oración desempeña la función de sujeto. Ese sujeto que camina en mi cabeza y se ve tan guapo al pasar.

Singular es la función que damos a un conjunto de dos letras y una tilde. Evocando, un todo, un nombre, a un hombre, y a una ilusión. Gracioso es referirnos a esa persona con un simple “Él” y sin palabras, sea todo tan sencillo explicarlo con una sonrisa y un suspiro.

Describirlo no es fácil. Las palabras se quedan cortas, y las analogías fluyen en forma un aceleramiento del ritmo cardiaco; tantas ideas y su imagen en mi cabeza me pone nerviosa, -no quiero imaginar cuando lo tenga de frente.

Podría referirme a “Él” como música. La música de la que charlamos esa tarde en la Alameda, o la música que sale por su boca al momento en que con un tema ordinario me hace querer escuchar más y más. Y es que no solo es eso, sí no es más de lo que hay en “Él”, para querer creer que es un buen disco o mi canción favorita de post-punk, con la cual, solo con escuchar, se acelera los latidos de mi corazón.

Apenas y lo conozco,  pero lo veo venir y algo me dice que es mi “Él”, lo que hubiera querido, sí alguna vez hubiera querido algo. Apenas y sé nadar pero, lo que si sé,es que lo quiero a “Él”.

Piel morena, que parece que me hizo brujería. No he probado esos labios, son tan delgados. Y no solo ellos, sí no lo que sale de ellos, frase inteligente que vuela mi mente. Deseo de sincronizar mi vida con la suya, pero no, es tan especial que mejor quiero solo contemplarle y tal vez un beso robarle.

Cabe mencionar que cuando encuentras a un “Él”, te inspira a dedicarle las líneas de tu tarea de Redacción, solo para sacar esas palabras que tanto has guardado, pero que quieres vomitarlas en su cara y luego abrazarlo para que no se vaya.

Tu “Él”, puede ser diferente al mío. El “Él”, puede ser  ese chico de tu salón,  un vecino, tu maestro o hasta el instructor del gimnasio, uno lo sabe simplemente porque lo sabe, no necesitas hacer algo para darte cuenta, sencillamente cuando llegues con tus amigas ya te estarás refiriendo a él como tu “Él”.

Tan rápido, tan sublime el sentimiento, especial y diferente. El blanco y el negro se vuelven color, el tiempo lejos de “Él” es lento y tú ya quieres estar sentada a su lado y volver a platicar, si, con “Él”.

Cuando es un “Él”, es todo “Él”; cabeza, torso, labios, ojos, de piel a pies. Es todo “Él”, un cumulo de emociones, la inteligencia y la inocencia, risas, un mensaje, y mi debraye.

No me importa sí tiene novia, o si no gusta de mi. No me importa si lee esto, o no. Cursi es una Canción de División Minúscula, yo solo escribo lo que “Él” me hace sentir.

Sí alguien me puede alejar de aquí, yo lo escojo a “Él”.

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