Disciplina

PRESENTACIÓN

El Derecho Disciplinario, como nueva expresión de la Ciencia Jurídica, ha tenido en Colombia, más que en ningún otro lugar, los más sólidos desarrollos normativos, jurisprudenciales y doctrinarios.

Lo decimos sin reticencias y con orgullo.

Este Derecho Disciplinario se venía vislumbrando desde el decenio de los cuarenta en el siglo XX, pero empezó a tomar solidez en 1995 con la expedición de la Ley 200, ya derogada; como lo expresa, con acierto, NUBIA STELLA MARTÍNEZ RUEDA: antes de este momento histórico “el escenario estaba dominado por la Ley 13 de 1984, el Decreto 482 de 1995 y otras normas menores, pero aún no tenía vocación de independencia”.

Respecto de lo normativo, es necesario mencionar la expedición del Código Disciplinario Único, el Reglamento del Régimen Disciplinario para las Fuerzas Militares de Colombia y el Régimen Disciplinario para la Policía Nacional.

En cuanto a la jurisprudencia, año tras año, desde 1995, para marcar un hito, nuestros Altos Tribunales, pero de manera especial la Corte Constitucional, han venido cimentando una dogmática erigida sobre la especificidad del Derecho Disciplinario, marcando las diferencias con otros contenidos, como, por ejemplo, el Derecho Penal y el Derecho Administrativo, pero sin caer en el absurdo de fraccionar, balcanizar, la unicidad conceptual que gobierna a la Ciencia Jurídica.

Aún se notan devaneos, vacilaciones, oscilaciones, tan propios del mundo jurídico: “en disciplinas como el Derecho, el saber científico avanza a paso inseguro, bajo el látigo de la contención y de la duda y deja a la metafísica la impaciencia del todo o nada”.

Y, en tercer lugar, la doctrina tanto nacional como foránea, sigue entregando a los estudiosos tal variedad de obras jurídicas, que cada día enriquecen más el contenido del Derecho Disciplinario, contribuyendo de esta manera a lograr los mejores y más altos niveles de aplicación acertada en cada caso concreto con el respeto integral de los principios constitucionales y legales que nos gobiernan, en especial defensa y debido proceso. Las más prestigiosas editoriales nos entregan, con relativa frecuencia, tratados, monografías, investigaciones, a las que se ha unido, en forma prolífica, por lo demás, el Instituto de Estudios del Ministerio Público.

La importancia del Derecho Disciplinario también se manifiesta en la especial atención dispensada por las Facultades de Derecho, algunas de las cuales la han incluido dentro de sus asignaturas de pre-grado, ora como opcional, ora como obligatoria; en los Consultorios Jurídicos, los futuros abogados realizan interesantes ejercicios prácticos y asumen, muchas veces con autoridad científica, la difícil tarea consistente en el ofrecimiento de una adecuada defensa técnica.

El número de profesionales especializados en Derecho Disciplinario es cada día mayor, gracias al esfuerzo realizado por dos importantes instituciones de educación superior que ofrecen esta clase de formación; ojalá pronto lo tengamos al nivel de Maestría, para afincar nuestra vocación investigativa.

Instituciones de educación no formal se han unido a este esfuerzo de dar a conocer, de discutir, de presentar alternativas de aplicación del Derecho Disciplinario; seminarios, talleres aplicativos y diplomados, conforman una vasta oferta bien interesante.

Cuatro congresos nacionales de Derecho Disciplinario se han realizado sin interrupción, desde el año 2002; docenas de inquietos estudiosos y aplicadores han confluido a ellos: operadores, abogados en ejercicio, otros profesionales, estudiantes y asesores.

Pero el Derecho Disciplinario debe superar su propio marco dogmático, normativo e instrumental y la estrecha misión de contenido normativo sancionatorio:

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