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Discriminacion


Enviado por   •  16 de Enero de 2012  •  2.007 Palabras (9 Páginas)  •  578 Visitas

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La discriminación en la escuela: los iguales y los otros

Cecilia Lipszyc

Publicado en Revista Futuros No. 14, 2006 Vol. IV

http://www.revistafuturos.info

La escuela actúa como dispositivo de reproducción cultural de la conducta ciudadana. Junto con los conocimientos transmite un sistema de lealtades, la competencia, la creatividad, la solidaridad o su ausencia, el autoritarismo y las jerarquías como forma natural de las relaciones sociales. Difunde todo un “currículum oculto” que, en la práctica, y desde una concepción patriarcal, funciona como uno de los más importantes disciplinadores que posee un Estado. Pero la escuela puede ser también el ámbito propicio para expandir y ejercitar la antidiscriminación.

Tradicionalmente entendemos por discriminación a la imposibilidad del pleno ejercicio de los derechos y garantías de ciertos sectores sociales de la población en razón del sexo, raza, creencias religiosas o políticas, nacionalidad, situación social, elección sexual, edad y discapacidades.

En el imaginario social cuando nos referimos a la discriminación se nos aparecen en primera instancia grupos muy referenciados como los judíos y los negros (actualmente debemos agregar las mujeres, fruto del esfuerzo del movimiento feminista mundial y nacional) porque todos los otros grupos y sectores discriminados no lo están a nivel consciente y este es uno de los mecanismos más profundos que opera para la existencia de la discriminación: La invisibilidad, la “naturalización ‘de las conductas discriminatorias. En la sociedad argentina tras un discurso de “igualdad” existe, por ejemplo, un enorme vocabulario despectivo que estigmatiza a los grupos “diferentes”, los “feos, malos o sucios”

La cuestión muy visible es que la discriminación nunca se ejerce sobre los sectores poderosos de una sociedad. Estos han logrado siempre, a través de múltiples mecanismos económicos, sociales y culturales imponer sus intereses y su propia visión del mundo como la hegemónica y traducirlos como interés general de una sociedad.

La discriminación se ha ejercido siempre sobre todo aquello que se aparta, aquello que es diferente de lo hegemónico ya sea en lo social, en lo político o cultural.

• Lo “diferente” por razones de nacionalidad, religión, raza, elección sexual, edad etc.

• Lo “diferente” en razón de su condición social o económica: los excluidos: los pobres.

• Lo “diferente” en función del sexo: las mujeres.

¿Diferente de qué?

Las sociedades modernas se basan en el paradigma instalado por la burguesía con la Revolución Francesa que sostuvo la igualdad de todos los hombres ante la ley, para disputarle a la aristocracia el supuesto de que el origen de la desigualdad era divino. Pero sabemos que hay unos más iguales que otros, entonces ¿quienes son los iguales? Los iguales son los que pueden asimilarse al modelo de lo “humano” impuesto por la burguesía. Esta concepción, de carácter androcéntrico, relegó a mujeres, pobres, extranjeros, de diferentes etnias, de religiones no dominantes y discapacitados entre otros grupos, a ejercer una “ciudadanía de segunda”. Por ello es necesaria la construcción de un nuevo concepto de ciudadanía, de un nuevo contrato social. (Esta es la base de una democracia participativa, forma de organización social a la que aspiramos.)

Este modelo fue el varón blanco, instruido, pudiente, heterosexual, cristiano y sin discapacidad visible. La naciente democracia moderna excluyó así a las mujeres, los pobres, los analfabetos y los extranjeros entre otros. El sólo ejemplo de lo que implicó la lucha en todo el mundo por la igualdad de los derechos políticos, por ejemplo el sufragio femenino, así lo demuestra.

La existencia de un “paradigma” al que deben asimilarse todos los “otros”, implica que aquellos que no tienen esos atributos son los diferentes, los inferiores, porque la existencia de un modelo hegemónico implica la imposición de las jerarquías basadas en la dominación y la desigualdad inherente a la hegemonía.

Toda discriminación está basada en lo que se denomina el prejuicio, que como su nombre lo indica, son conceptos previos al razonamiento. Algunos que vienen casi desde el origen de las sociedades humanas como el ejercido contra las mujeres, otros también muy antiguos como el basado en las diferencias de opinión ya sea religiosa o político ( los judíos) y otros de la era industrial: la xenofobia, el racismo, y el muy alarmante rebrote actual de éstos fenómenos. Estos últimos tienen clarísimas causas en el desempleo y el empobrecimiento sucedido como consecuencia de las políticas de ajuste estructural en todo el mundo y que convierten a los discriminados en claros chivos expiatorios del malestar social.

Malestar social que tiene orígenes económicos y sociales muy claros. La ruptura de los modelos más inclusivos y abarcadores que se sucedieron después de la Segunda Guerra Mundial, que ampliaron la titularidad de los derechos sociales básicos de los seres humanos que a su vez ampliaron las bases sociales que legitimaron los nuevos modelos de democracia. Fueron modelos de solidaridad creciente que se tradujeron en grandes proyectos colectivos. (En esta etapa se elabora la Declaración de los DDHH de Naciones Unidas).

A partir de la fenomenal crisis del capitalismo de los ‘70, se implementan los modelos hegemónicos neoliberales que se apoyan en la construcción social de un individualismo creciente, que tiende a la desintegración social porque se basa en la exclusión de enormes sectores sociales.

El deterioro de las condiciones de vida de estas crecientes masas excluidas refuerza los mecanismos de discriminación, al quebrarse las bases solidarias de las conductas humanas.

El ajuste estructural ha ahondado brutalmente la brecha entre ricos y pobres y estos son hoy día los más discriminados de la sociedad. De 9 a 10 millones de argentinos viven en situación de pobreza (datos de 2001), de los cuales el 70% son mujeres. Con esto queremos resaltar que en el interior de cada grupo social existen aún quienes son más discriminados que otros.

Los modelos neoliberales al no generar el consenso necesario para su legitimación generan forzosamente formas autoritarias de relaciones sociales y políticas, lo que redunda en formas mas violentas y crecientes de discriminación.

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