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Discurso AAV


Enviado por   •  19 de Julio de 2012  •  2.366 Palabras (10 Páginas)  •  499 Visitas

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Discurso del Ex Gobernador Aníbal Acevedo Vilá

Natalicio Luis Muñoz Marín

Muñoz en el Siglo XXI: cómo enfrentar los retos que parecen insuperables

Mayagüez, Puerto Rico

18 de febrero de 2011

Muchas gracias al Alcalde de Mayagüez y amigo, José Guillermo Rodríguez, a la Legislatura Municipal (y a su presidenta, Pura Vincenty) por honrarme con esta invitación en conmemoración y recordación del natalicio del puertorriqueño más trascendental en nuestra historia, Luis Muñoz Marín. Mis saludos afectuosos también a los alcaldes de la región y legisladores que nos acompañan.

En momentos como los que vive el País, la ocasión es propicia para una reflexión sobre el presente y el futuro.

“La vida pública puertorriqueña me da en este momento la impresión de un niño entretenido, entusiasmado, apasionado largamente por juguetes mientras su hogar se hace grietas y amenaza ruinas, mientras su familia se desespera y desintegra. Nosotros – todos los líderes de Puerto Rico en el campo político, en el económico, en el cultural – somos el niño”.

Estas palabras que acabo de pronunciar no son mías, ni en su origen corresponden al momento presente. Son palabras de Luis Muñoz Marín describiendo el momento que vivía Puerto Rico en 1936. Fueron pronunciadas antes de que se convirtiera en el líder inmenso que llegó a ser y dos años antes de que fundara el Partido Popular Democrático.

Sin embargo, hoy, al conmemorarse el 113 aniversario de su natalicio, y transcurridos cerca de 31 años desde su desaparición física de entre nosotros, puedo –fácilmente- hacer mías estas palabras, o pueden ser tuyas, porque describen con precisión nuestro momento presente:

• nos destruyen nuestra Universidad

• desprestigian y toman por asalto el Tribunal Supremo

• tratan de destruir el Colegio de Abogados y hasta ordenan el arresto de su Presidente por expresarse

• despiden miles de empleados públicos

• no hay un plan de desarrollo económico y no se crean nuevos empleos

• no hay financiamiento para los proyectos privados de los pequeños empresarios

• Mi Salud no tiene suficientes hospitales ni médicos

• el Departamento de Educación sigue sin liderato ni agenda y ha tenido tres Secretarios en dos años

• y la violencia en nuestras calles anda por las nubes como nunca antes.

Compatriotas, se nos hace grietas el hogar – la patria - y mientras tanto:

• el liderato político, económico y social se entretiene como niños mirando qué hay para cada uno en la Reforma Contributiva

• nos entretiene saber qué legislador se colgó en las pruebas de drogas

• nos entusiasmamos como niños discutiendo quién va a ocupar qué puesto por qué partido en las próximas elecciones

• nos apasionamos como niños con plebiscitos criollos que sabemos que serán inútiles

En 1936, la respuesta dada por Muñoz a la encrucijada de ese entonces fue la siguiente, y cito de ese mismo discurso:

“¿Qué hacemos? No hay más que una respuesta. Tenemos que crecer. Tenemos que crecer rápidamente. Tenemos que crecer inmediatamente. Tenemos que crecer hoy mismo. Y no es imposible hacerlo. No es ni siquiera difícil. Es más, es prácticamente inevitable que crezcamos”, termina la cita.

Hoy, yo añado que es impostergable que dejemos de ser niños y volvamos a crecer. Ya lo hicimos una vez y sé que podemos volver a hacerlo. Es inminente que lo hagamos. Esa es la única respuesta al ¿y ahora qué? Crecer. Puerto Rico lo necesita.

Aquél periodo de 1936 al 40 tiene muchos paralelos con el momento presente y algunas diferencias.

En aquél momento, Puerto Rico sufría las consecuencias económicas y sociales de la gran depresión mundial. Hoy, vivimos con los efectos de la gran recesión mundial.

En ambos momentos históricos, Estados Unidos ha tenido como líderes a hombres visionarios que han entendido claramente la responsabilidad del gobierno en momentos de crisis económica: Franklin D. Roosevelt entonces y Barack Obama ahora.

Curiosamente, en aquella época de los años 30 las políticas de recuperación económica se vieron saboteadas por el liderato político local que controlaba el aparato gubernamental. Hoy, sucede exactamente lo mismo, con un Gobernador que en su filosofía política y económica se opone a las estrategias de recuperación del Presidente Obama.

En ambos momentos históricos, Puerto Rico ha sufrido las consecuencias de un gobierno incapaz e insensible. Los niveles de desempleo en Puerto Rico en los pasados dos años han sido los más altos de los últimos 20 años. Y ni hablar de las quiebras y la ejecución de hipotecas de miles de familias que en los pasados dos años han perdido su hogar porque no tienen con qué pagarlo.

La ineficiencia del gobierno en ambos momentos se reflejó y se refleja en prácticamente todos los quehaceres de la vida colectiva. El sistema de educación colapsado entonces y hoy nuestras escuelas al garete con nuestra Universidad en su peor momento desde su creación. Un sistema de salud inexistente entonces y hoy un plan llamado Mi Salud, que se anunció con bombos y platillos y ahora resulta que no tiene suficientes hospitales ni médicos. Y ni hablar del récord en asesinatos. Más de ciento diez muertos por la violencia en nuestras calles en enero, algo que nunca había sucedido en nuestra historia. (Y hoy, apenas a mitad de febrero ya van más de 160 asesinatos).

En aquella época, prácticamente todas nuestras instituciones democráticas estaban en entredicho. Hoy, prácticamente todas nuestras instituciones democráticas están maniatadas o amenazadas por el Gobierno insular.

Y en otra coincidencia histórica igualmente penosa, en aquél momento se pretendió atender el serio asunto del status con el mal intencionado Proyecto Tydings y ahora con proyectos nati-muertos en el Congreso y plebiscitos criollos desprestigiados.

Quizás la explicación más coherente para estas coincidencias históricas es que en ambos momentos Puerto Rico ha estado en las manos de políticos

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