Discurso de Graduación apuntes

Discurso de Salutatorian

Buenas tardes, estimadas autoridades escolares, docentes, padres de familia, compañeros e invitados especiales. Realmente es un honor tener la oportunidad de compartir estas palabras que espero sean de su más sincero agrado. El tiempo sí que pasa volando. Estoy seguro de que no soy el único que especulaba acerca de ser «Senior», las actividades que se venían por delante, la responsabilidad de ser el ejemplo para todos los alumnos de secundaria, y lo que vendría después de cruzar por el monumento. El tiempo pasa volando, porque ya hace un año que entramos triunfalmente al último desafío de nuestra vida académica, pero yo lo siento como si fuera ayer.

Quizá no fuimos la mejor generación de la historia, quizá no siempre fuimos la familia unida que todos esperaban que fuéramos. Lo cierto es que tuvimos muchos altibajos y que a veces los pasos eran cortos y con flaquezas. Tuvimos muchas diferencias entre nosotros que se convertían en peleas, en desacuerdos y en grietas. Incluso al empezar el año, aún era incierto si podríamos continuar el camino como familia, o si las grietas serían más grandes. Pero logramos aprender a respetarnos mutuamente, a entender que siempre vamos a tener diferentes visiones, opiniones o comportamientos pero que el trabajo en equipo es lo más importante. Siempre recibimos a todos con los brazos abiertos y poco a poco fuimos creando lazos más fuertes que nos permitieron llegar con paso firme al día de hoy.

Unidos hicimos muchas cosas, desde las exhaustivas sesiones que teníamos los jueves y sábados en TES, que hacían que nos uniéramos de manera exitosa para poder dar un poco a los que más lo necesitan y que nos permitieron conocernos mejor a través del trabajo en equipo, hasta la última canción que reunidos en la cancha cantamos a todo pulmón. Esas pequeñas cosas son las que me convencen de que somos una gran familia, imperfecta quizá, pero que se sostiene con firmeza y cada día se une más.

Esa unidad nos permite recibir estos diplomas el día de hoy. Estos diplomas que confirman que logramos culminar exitosamente nuestros estudios. Sin embargo, no somos los únicos que se gradúan hoy; hay otras personas que también culminan una faceta más de la vida: nuestros padres. Ellos que derramaron sangre, sudor y lágrimas, que con mucho esfuerzo y arduo trabajo lograron darnos una educación de calidad y una formación que nos permitirá ser grandes personas en el futuro. Este diploma es de ellos también, ya que hoy, mañana y siempre debemos darles las gracias por la oportunidad de oro que nos han dado y por ayudarnos (a veces hasta llevados de la mano) a aprovecharla.

Además, no puedo dejar de agradecer a los maestros, que siempre se esforzaron por brindar una educación integral y de calidad y aunque no siempre fuimos los mejores alumnos, y les poníamos mil y un obstáculos en sus clases, siempre llevaremos el recuerdo de sus enseñanzas que van más allá de lo que se enseña en un libro, enseñanzas acerca de la vida y todo lo que se viene por delante. Enseñanzas basadas en los valores que aunque hoy no lo veamos así, serán de gran utilidad en el futuro.

Mis queridos compañeros, hemos cruzado la meta. Muy pronto todos tomaremos caminos distintos, y las posibilidades de que sigamos conviviendo como lo hacemos día a día son cada vez menores. Por eso les quiero dar las gracias, ya que sin ustedes no sé qué hubiera sido de esta larga aventura. Me llevo muchos recuerdos que atesoraré por siempre, muchas risas, muchas lágrimas, muchos relajos y muchas quejumbres. Le doy las gracias a Dios por haberme permitido cursar estos años escolares con ustedes, por llegar a conocerlos mejor y considerarlos mi familia. Desde el fondo de mi corazón les deseo lo mejor en lo que está por venir.

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