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Divinidad y humanidad de Jesucristo


Enviado por   •  24 de Agosto de 2017  •  Tutoriales  •  1.173 Palabras (5 Páginas)  •  189 Visitas

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CLASE Nº  9

Divinidad y Humanidad de Nuestro Señor Jesucristo

Objetivo:

Que los alumnos sean introducidos a partir de esta clase en el misterio de Jesucristo, Verbo Encarnado.

  1. DOCTRINA PARA EL CATEQUISTA
  1. Sagrada Escritura: Jn 1,1-18.
  2. Enseñanza de la Iglesia: Catecismo de la Iglesia Católica, 430-483.
  1. EXPOSICIÓN DEL TEMA
  1. Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo

¿Cómo sabemos que Jesús es Dios?

  1. Así lo enseñó el mismo Cristo

Nadie conoce al Hijo sino el Padre y nadie conoce al Padre sino el Hijo (Mt 11, 27), es decir, sólo la inteligencia infinita de Dios Padre puede conocer el ser infinito de Dios Hijo y viceversa. En otra ocasión dijo: Yo estoy en el Padre y el Padre está en Mí (Jn 14, 10); y también: que sean uno como tú Padre estás en Mí y yo en Ti (Jn 17, 21).

Cuando Caifás preguntó a Jesús: Te conjuro por Dios vivo que me digas si eres Tú el Mesías, el Hijo de Dios, el Señor respondió: Tú lo has dicho (Mt 26, 63-64; Mc 14, 61-62), etc.

  1. Así lo reconocieron sus propios enemigos

Ellos sabían que Jesús se presentaba como verdadero Hijo de Dios: no sólo quebranta el sábado, sino que decía a Dios su Padre, haciéndose igual a Dios (Jn 5, 18); y cuando Jesús dijo: Yo y el Padre somos una sola cosa, los judíos lo quisieron apedrear por blasfemia, porque tú siendo hombre, te haces Dios (Jn 10, 30-33); y cuando pidieron a Pilato que lo crucificara, lo hicieron en estos términos: Debe morir porque se ha hecho Hijo de Dios (Jn 19, 7).

  1. Así lo predicaron los Apóstoles

San Pablo lo llama: El gran Dios y Salvador nuestro, Cristo Jesús (Tit 2,13). Y enseña: Cristo está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos (Ro 9, 5), etc. San Pedro lo llama Señor y Mesías (He 2, 36), etc. Y San Juan, luego de afirmar que el Verbo era Dios (el Verbo, la Palabra, es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad), agrega: Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1, 14), afirmando que Jesucristo... es el verdadero Dios (1 Jn 5, 20).

  1. Así lo demostró el mismo Jesús

  • Con su propia vida, verdadero milagro de sabiduría y santidad sobrenaturales: ¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? (Jn 8, 46).
  • Con numerosos milagros. En 18 pasajes se relatan hechos milagrosos de Jesús sin especificar en detalle y en otros pasajes se particularizan de manera detallada 39 milagros.
  • Con múltiples profecías que son milagros intelectuales.
  • Por haber resucitado de entre los muertos por su propio poder. Él mismo afirmó: Yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, soy yo quien la doy de mí mismo. Tengo poder para darla y poder para volver a tomarla (Jn 10,17-18).
  • Por el milagro moral de la perennidad de la Iglesia: Cristo fundó su Iglesia, la cual tiene en su haber casi 2000 años de historia cargada de vicisitudes, y a pesar de haber pasado tanto tiempo muestra todavía su rostro original y no cesa de comunicar su mensaje salvador a todo aquel que quiera verla y escucharla. La permanencia de la Iglesia es absolutamente inexplicable por razones humanas y naturales.
  1. Humanidad de Nuestro Señor Jesucristo

Nuestro Señor Jesucristo es el Hijo de Dios hecho hombre: «el que es verdadero Dios es también verdadero hombre»[1]. Posee un cuerpo y un alma como nosotros: es semejante en todo a nosotros, menos en el pecado (Heb 4, 15). Veamos a continuación los pasajes de la Sagrada Escritura que fundamentan esta verdad:

  • Nace en Belén: Mt 2,1;
  • tiene una genealogía o árbol familiar: Mt 1,1-17 y Lc 3,23-38;
  • se somete a la circuncisión: Lc 2,21-22;
  • tiene una infancia y juventud semejantes a la de sus contemporáneos: Lc 4,22;
  • habla, tiene hambre: Mt 4,2;
  • tiene sed: Jn 19,28;
  • come y bebe: Mt 11,19 y Lc 6,34;
  • duerme: Jn 4,6;
  • suda sangre: Lc 22,44;
  • es flagelado, crucificado, muerto y sepultado: Mt cap 26 y 27; Mc cap 14 y 15; Lc cap 22 y 23; Lc cap 18 y 19.

Por otro lado, también la Sagrada Escritura nos muestra que Jesús tiene un alma humana:

  • siente tristeza: Mt 26,37;
  • temor: Mc 14,33;
  • cólera: Mc 3,5 y Jn 3,15;
  • amor: Mc 10,21 y Jn 19,26;
  • alegría: Jn 11,15 y Lc 10,21;
  • compasión: Hb 2,17;4,15;5,2;
  • llora: Lc 19,41; Jn 11,35 y Hb 5,7.

Finalmente, tiene una voluntad y un querer humano como vemos cuando obedece, en cuanto hombre[2] y como se ve por lo que dijo en el Huerto a su Padre: no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres Tú (Mc 14, 36).

Que Dios se haya hecho hombre es uno de los grandes misterios de nuestra fe. Así como cuando una uña se mete en la carne decimos que se trata de una uña «encarnada», de manera semejante el misterio por el cual Dios se hizo carne (Jn 1, 14) se llama Encarnación.

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