Droga, Delincuencia Y Sociedad

DROGA, DELINCUENCIA Y SOCIEDAD

Durante años los gobiernos de turno han fomentado la idea en el imaginario de nuestra sociedad, que las drogas están directamente relacionadas con la delincuencia, fundamentando con esto las políticas publicas de control.

La política de control posee una disposición inequitativa respecto al trato de los eslabones que componen la cadena de la droga, esto quiere decir que este control se ataca a los microtraficante y campesino productores, no se ataca el nexo entre ambos, al narcotraficante internacional que compra y distribuye a gran escala, por ellos pasa la droga, son el paso medio entre los extremos mas débiles de la cadena.

Las personas consumidoras de drogas, por lo general son jóvenes, los que son considerados potenciales delincuentes, por el solo hecho de ser adictos, esto se confirma con el número de detenidos el cual es superior al numero de demandas por este hecho.

Los medios de comunicación dejan en evidencia una intencionalidad cuando enfocan su atención en difundir aparatosamente un delito cometido por un adicto a las drogas.

Este tipo de intencionalidades se aleja de la realidad y distorsiona la opinión pública, considerando que el delito es transversal y no debería estar asociado solo a los pobres y adictos.

Hoy en nuestro país se perciben algunos delitos cometidos por personas con cargos ejecutivos altos, como menos graves en comparación con los delitos comunes cometidos por alguien de algún sector popular , a modo de ejemplo podemos hacer mención a lo sucedido con la multitienda La Polar, que si bien están en medio de un juicio, no se les marca con un estigma como si se hace con un joven de 12 años apodado el “Cizarro”, quien tenía un prontuario de alrededor de 15 detenciones, pero si lo comparamos con las cerca de 1.000.000 de robos cometidos por los gerentes de esta multitienda, es otro factor mas para pensar en la intencionalidad de que “… se asiste a una descalificación masiva que afecta especialmente a los sectores populares.” (Castel 2011).

La estigmatización que sufren los jóvenes de escasos recursos o en riesgo social, sufriendo el prejuicio de ser autores de delitos caratulados de “Patos Malos, a diferencia de los jóvenes de las mismas edades pero de un nivel socioeconómico alto, es solamente considerado un “Joven Rebelde”.

El modelo económico imperante permite florecer las redes de delincuencia producto de los mecanismos de autodefensa a la propiedad y la necesidad de un sector por acceder a bienes.

Todo esto lleva consigo el encarcelamiento de ciudadanos débiles los que no cuentan con los recursos para acceder a un buen abogado y permite que aquellos que

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