EL ASESOR TÉCNICO PEDAGÓGICO COMO TRABAJADOR DEL CONOCIMIENTO

EL ASESOR TÉCNICO PEDAGÓGICO COMO TRABAJADOR DEL CONOCIMIENTO

Para iniciar es fundamental analizar la presencia del asesor técnico pedagógico (ATP) ante la estructura educativa actual mexicana, espigando sobre su concepto y retomando a la autora Franco Alejandra (2003) que lo conceptualiza como un individuo que posee un conocimiento especifico, un saber y lo utiliza para trabajar de manera activamente mediante acciones para obtener resultados que se expresan exteriormente de la persona, sociedad y economía. Es entonces un profesional cuyo fundamento es el conocimiento y su labor es la resolución de problemas mediante ciertas inventivas convergentes, divergentes y creativas. Este sujeto trabaja con un enfoque humanista, por lo cual el conocimiento, ideas, información y tareas son lo que produce útil y dúctil por si mismos.

Este experto debe tener un ámbito de trabajo específico, un recurso para llevar acabo su labor y estas son las nombradas organizaciones, es decir las escuelas, que darán pauta para que se integre de manera específica y así emplear su conocimiento. Para dar un óptimo incremento a su funcionalidad deberá existir una cambio reciproco entre estas dos pautas para generar un conocimiento mas productivo, la directriz del ATP pondera el cargo de su función y la escuela será responsable de forjar ambientes donde su conocimiento pueda ser generado y aplicado.

Por lo tanto tiene que demostrar su dominio de tales conocimientos mediante la autogestión, palpándola como una ejecución autónoma con el uso de un método, habilidad y estrategia definidas, para ello se tiene que considerar ciertas emancipaciones ante su perfil; centralizase en su tarea, invertir tiempo funcional, visualizar puntos débiles y fuertes, evaluar su desempeño y asumir gravámenes en su desarrollo, crecimiento y resultado.

Una de las especificaciones de su función se enmarca en las tareas, detallando sobre su contribución al saber que debe hacer y definiendo lo que va hacer críticamente, por tal motivo el ATP debe preguntarse ¿Cuál es mi contribución? ¿Qué es lo que la situación requiere? ¿Cómo puedo hacer mi mejor contribución a lo que debe hacerse? ¿Qué resultados deben obtenerse para que surja una diferencia?, teniendo estas premisas lograra enmarcar sus tareas especificas.

Al reforzar las tareas del ATP se determinan mediante ciertas matrices bidireccionales, que prevalecen en cierto sentido, diseñadas por el mismo, justamente hacer las cosas bien aunque no sean importantes pero si urgentes es ser eficiente, efectivo al hacer las cosas importantes y eficaces perfeccionar lo importante y no urgente, la finalidad es encuadrar las tareas y así delimitar funciones especificas.

Para las organizaciones o escuelas, lo trascendente es el acrecentar el conocimiento del ATP, mediante coevaluaciones o evaluaciones colaborativas para fortalecer ambigüedades entre los profesores de forma adecuada y sustancial, por lo tanto la única forma de descubrir puntos fuertes es a través de la retroalimentación de las propias experiencias. El ATP deberá dedicarse a aquello que constituye su fortaleza y no desperdiciar esfuerzos en mejorar áreas en las que no es competente. Para ser eficaces la misión y visión de los ATP deben ser compatibles o suficientemente aproximadas con los de las escuelas en que trabaja.

Me retengo a la idea que el ATP puntualizara el saber qué información necesita y saber cómo aplicarla con el fin de ponderar un aprendizaje colaborativo permanente entre la escuela y los docentes para ello tienen que yuxtaponer el involucramiento, el compromiso y la transformación. Sin embargó para realizar un cambio fuera es necesario cambiar de adentro, por tal motivo el ATP, juego un rol central ante las nuevas metodologías

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