EL DESARROLLO MENTAL DEL NIÑO

El DESARROLLO MENTAL DEL NIÑO

El desarrollo psíquico es una marcha hacia el equilibrio, es la evolución hacia una forma de equilibrio de menor complejidad a un estado de equilibrio más complejo. Dentro del desarrollo existen ciertas características que no se transforman del todo y es el hecho de que desde pequeños actuamos en razón a ciertos intereses concretos, solo que los intereses son los que se transforman de manera diferente según el grado de desarrollo intelectual. Los intereses en el niño dependerán, de las nociones que él haya adquirido y de las disposiciones afectivas del mismo.

Piaget divide el desarrollo del niño en seis estadios, el primero hace referencia a los reflejos, y a cuestiones de tipo instintivas, el segundo estadio es el de los primeros hábitos motores y percepciones organizadas, y los primeros sentimientos diferenciados; el tercero es el de la inteligencia sensorio-motriz o práctica de las primeras afectividades externas, el cuarto estadio corresponde a la inteligencia intuitiva, de los sentimientos interindividuales y las relaciones sociales de sumisión ante el adulto (2-7 años), el quinto estadio es de las operaciones intelectuales concretas y de los sentimientos morales, de la lógica (7-12 años), y por ultimo el sexto estadio el de los operaciones intelectuales abstractas, de la formación de personalidad y la inserción afectiva e intelectual en la sociedad de los adultos (adolescencia).

Cada uno de los estadios sirve como base para la edificación de nuevos conocimientos, son subestructuras que sustentan los nuevos conocimientos y la transformación de lo ya conocido por el niño para lograr una equilibración cada vez más avanzada.

Para Piaget cada acción es referida a una necesidad, y que ésta necesidad se da a causa de un desequilibrio y que la acción termina en el momento en que la necesidad (desequilibrio) es satisfecha (equilibrada).

Toda necesidad tiene que incorporar las cosas y las personas a la actividad propia del sujeto, es decir de asimilar el mundo exterior a las estructuras ya construidas y en segundo lugar debe de reajustar éstas en función de las transformaciones sufridas y por lo tanto acomodarlas; una vez hecha la asimilación y acomodación el sujeto es capaz de adaptarse a la nueva forma de equilibrio.

El recién nacido refiere todo a sí mismo, no es hasta la aparición del lenguaje y pensamiento que puede lograr la identificación de un mundo exterior a él. Desde el nacimiento hasta el final de este periodo se identifican tres estadios, el de los reflejos, el de la organización de las percepciones y hábitos y el de la inteligencia sensorio-motriz.

En el inicio del proceso de desarrollo la vida mental es reducida a ejercicios reflejos (succión por ejemplo) de ahí se da la afinación de éstos reflejos, en el segundo estadio se

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