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Desarrollo Mental Del Niño


Enviado por   •  2 de Agosto de 2011  •  1.635 Palabras (7 Páginas)  •  1.356 Visitas

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Desarrollo mental del niño

El desarrollo psíquico que se inicia con el nacimiento y finaliza en la edad adulta es comparable al crecimiento orgánico al igual que este último consiste en llegar al equilibrio. Es aquí también donde al igual que lo orgánico se da el de la vida mental que puede ser concebida como si evolucionara en dirección al equilibrio final representado por el espíritu adulto. El desarrollo es un paso perpetuo de un estado menos equilibrado a un estado superior de equilibrio Desde el punto de vista de la inteligencia, resulta fácil oponer la inestabilidad y la incoherencia relativas de las ideas infantiles a la sistematización de la razón adulta. En el ámbito de la vida afectiva, se ha observado a menudo que el equilibrio de los sentimientos aumenta con la edad. Las relaciones sociales obedecen, finalmente, a una idéntica ley de estabilización gradual. Las funciones superiores de la inteligencia y la afectividad tienden hacia un equilibrio móvil. Todo esto es para llegar a describir la evolución del niño y adolescente en términos de equilibrio

Es conveniente oponer desde un principio las estructuras variables, definiendo las formas o los estados sucesivos de equilibrio, y un cierto funcionamiento constante que asegure el paso de cualquier nivel al siguiente

Las estructuras variables serán por tanto las formas de organización de la actividad mental, bajo su doble aspecto motor o intelectual, por una parte, y afectivo, por otra, asi como sus dos dimensiones individual y social (interindividual)

Se distinguen 6 etapas o periodos de desarrollo que señalan la aparición de estas estructuras construidas sucesivamente

1. ° etapa de los reflejos o ajustes hereditarios: primeras tendencias instintivas

(Nutriciones) y las primeras emociones.

2. ° La etapa delas primeras costumbres motrices y de las primeras percepciones organizadas, así como los primeros sentimientos diferenciados.

3. ° La etapa de la inteligencia sensorio motriz o práctica (anterior al lenguaje), de las regulaciones afectivas elementales y de las primeras fijaciones exteriores de la afectividad. Estas primeras etapas constituyen por sí mismas el período del lactante (hasta la edad de un año y medio a dos años, o sea anteriormente al desarrollo del lenguaje y del pensamiento propiamente dicho).

4. ° La etapa de la inteligencia intuitiva, de los sentimientos interindividuales espontáneos y de las relaciones sociales de sumisión al adulto (dos a los siete años, o segunda parte de la «primera infancia»).

5. ° La etapa de las operaciones intelectuales concretas(inicio de la lógica), y de los sentimientos morales y sociales de cooperación (de los siete a los once-doce años).

6. ° La etapa de las operaciones intelectuales abstractas, de la formación de la personalidad y de la inserción afectiva e intelectual en la sociedad de los adultos (adolescencia).

Cada una de estas etapas se caracteriza, por tanto, por la aparición de estructuras originales, cuya construcción se distingue de las etapas anteriores. Lo más esencial de estas sucesivas construcciones subsiste en el curso delas ulteriores etapas, como subestructuras, sobre las que vienen a edificarse los nuevos caracteres.

Cada etapa constituye, por tanto, mediante las estructuras que la definen, una forma particular de equilibrio, y la evolución mental se efectúa en el sentido de una equilibración cada vez mejor.

El niño al igual que el adulto no ejecuta ninguna acción sea esta interior o exterior sin que haya una necesidad de por medio y esta necesidad según Claparede se traduce a un desequilibrio por ejemplo cuando necesitamos comer comunicarnos con alguien etc.,

Pero cuando superamos esa necesidad existe una satisfacción se restablece el equilibrio entre el nuevo hecho, que ha desencadenado la necesidad, y nuestra organización mental tal como esta se presentaba anteriormente a él.

En cada instante, podría decirse así, la acción está desequilibrada por las transformaciones que surgen en el mundo, exterior o interior, y cada nueva conducta consiste no sólo en restablecer el equilibrio, sino también en tender hacia un equilibrio más.

La acción humana consiste en este mecanismo continuo y perpetuo de reajuste y equilibramiento, y es por ello que, en sus fases de construcción inicial, puede considerarse a las estructuras mentales sucesivas que engendran el desarrollo como otras tantas de equilibrio, cada una de las cuales ha progresado en relación con las precedentes. Pero debe comprenderse también que este mecanismo funcional, por general que sea, no explica el contenido o la estructura de las distintas necesidades, puesto que cada una es relativa a la organización del nivel considerado.

Los intereses de un niño dependen, por tanto, en cada instante, del conjunto de sus nociones adquiridas y de sus disposiciones afectivas, puesto que él tiende a complementarlas en el sentido de un mejor equilibrio.

En relación a esto toda necesidad tiende:

1. ° a incorporar las cosas y las personas a la actividad propia del sujeto, y por tanto a «asimilar» el mundo exterior a las estructuras ya construidas, y

2. ° a reajustar estas en función de las transformaciones experimentadas, y por tanto a «acomodarlas» a los

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