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El Desarrollo Mental Del Niño


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2013  •  1.670 Palabras (7 Páginas)  •  303 Visitas

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EL DESARROLLO MENTAL DEL NIÑO

El desarrollo es en cierto modo una progresiva equilibración, un perpetuo pasar de un estado de menor equilibrio a un estado de equilibrio superior.

Ciertas funciones psíquicas, que dependen del estado de los órganos, siguen una curva análoga.

Las funciones superiores de la inteligencia y de la afectividad tienden hacia un equilibrio móvil, y más estable cuanto más móvil es, de forma que, para las almas sanas, el final del crecimiento no marca en modo alguno el comienzo de la decadencia, sino que autoriza un progreso espiritual que no contradice en nada el equilibrio interior.

Al lado de las funciones constantes, hay que distinguir, las estructuras variables.

Las estructuras variables serán las formas de organización de la actividad mental, bajo su doble aspecto motor o intelectual, por una parte, y afectivo, por otra, así como según sus dos dimensiones individual y social.

Se distinguen 6 estadios o periodos de desarrollo, que marcan la aparición de estructuras sucesivamente constituidas:

1. De los reflejos, o montajes hereditarios, así como de las primeras tendencias instintivas y de las primeras emociones.

2. De los primeros hábitos motores y de las primeras percepciones organizadas, así como de los primeros sentimientos diferenciados.

3. De la inteligencia sensorio-motriz o práctica, de las regulaciones afectivas elementales y de las primeras fijaciones exteriores de la afectividad. Estos primeros estadios constituyen el periodo lactante.

4. De la inteligencia intuitiva, de los sentimientos interindividuales espontáneos y de las relaciones sociales.

5. De las operaciones intelectuales concretas, y de los sentimientos morales y sociales de cooperación.

6. De las operaciones intelectuales abstractas, de la formación de la personalidad y de la inserción afectiva e intelectual en la sociedad.

El niño ejecuta todos los actos, ya sean exteriores o totalmente interiores, movido por una necesidad.

La acción termina en cuanto las necesidades están satisfechas, desde el momento en que el equilibrio ha sido restablecido entre el hecho nuevo que ha desencadenado la necesidad y nuestra organización mental. Toda necesidad tiende a asimilar el mundo exterior a las estructuras ya construidas, a acomodarlas a los objetos externos y toda la vida mental tiende a asimilar el medio ambiente.

Al asimilar los objetos, la acción y el pensamiento se ven obligados a acomodarse a ellos. Puede llamarse adaptación.

Las etapas de adaptación son:

I. El recién nacido y el lactante

El periodo que va del nacimiento a la adquisición del lenguaje consiste en una conquista, a través de las percepciones y los movimientos, de todo el universo practico que rodea al niño pequeño.

Pueden distinguirse 3 estadios entre el nacimiento y el final de este periodo: el de los reflejos, el de la organización de las percepciones y hábitos y el de la inteligencia sensorio-motriz.

La construcción de actos de inteligencia puede invocarse a dos clases de factores. Primeramente las conductas anteriores que se multiplican y se diferencian cada vez más, hasta adquirir una flexibilidad suficiente para registrar los resultados de la experiencia. Por otra parte, los esquemas de acción se hacen susceptibles de coordinarse entre sí, por asimilación reciproca.

El yo se halla al principio en el centro de la realidad, precisamente porque no tiene conciencia de sí mismo y el mundo exterior.

Cuatro procesos caracterizan esta revolución intelectual: se trata de las construcciones de las categorías del objeto y del espacio, de la causalidad y del tiempo.

Hasta el final del primer año, el bebé no busca los objetos cuando acaban de salir de su campo de percepción, y este es el criterio que permite reconocer un principio de exteriorización del mundo material.

Al final del segundo año existe un espacio general que comprende a todos los demás; reconoce las relaciones de causalidad de los objetos entre sí. Existe un paralelismo entre la vida afectiva y la vida intelectual.

Toda conducta supone unos instrumentos: los movimientos y la inteligencia. Toda conducta implica también móviles y valores finales: los sentimientos.

II. La primera infancia de los 2 a los 7 años

El niño adquiere, gracias al lenguaje, la capacidad de reconstruir sus acciones pasadas en forma de relato y de anticipar sus acciones futuras mediante la representación verbal. Ello tiene tres consecuencias: un intercambio posible entre individuos; una interiorización de la palabra y una interiorización de la acción como tal.

A) La socialización de la acción

La aparición del lenguaje permite un intercambio y una comunicación entre los individuos, se comparte la vida interior como tal. Pueden ponerse de manifiesto 3 categorías de hechos: hechos de subordinación y las relaciones de presión espiritual; los hechos de intercambio y la tercera categoría de hechos: el niño pequeño no habla tan sólo a los demás, sino que se habla a si mismo.

B) La génesis del pensamiento

El lenguaje permite el relato de sus actos, le procura el poder de reconstruir el pasado y evocarlo en ausencia de los objetos a que se refrían las conductas anteriores, y el de anticipar los actos futuros. Este es el punto de partida del pensamiento.

El animismo infantil es la tendencia a concebir las cosas como vivas y dotadas de intenciones. Mas tarde, la vida esta

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