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EL DIOS TLALOC


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2013  •  2.585 Palabras (11 Páginas)  •  318 Visitas

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El Dios Tlaloc

El Dios Tlaloc

Aquí estamos todos reunidos para compartir deliciosos instantes de Sabiduría y Amor. Han visto ustedes en escena una danza muy preciosa de hermosos niños, compatriotas Mexicanos; ahora voy a explicarles algunos aspectos muy importantes de nuestra Antropología Gnóstica.

Todas estas danzas antiguas, como ya les he venido diciendo, contienen en sí mismas, mensajes esotéricos-crísticos profundos; todas estas danzas están llenas de honda significación, vale la pena escuchar todas estas armonías, vale la pena observar estas exóticas danzas...

Nuestro país, México, está lleno de profundas tradiciones esotéricas. Recordemos por un instante a los Seres Divinos a quienes se les rindió culto en el antiguo México; recordemos por un instante a Tlaloc, el Dios de las Aguas.

A muchos les parecerá como algo fantástico que en pleno siglo XX hablemos del «Paraíso de Tlaloc»; sucede que los «supercivilizados» de esta época se han olvidado plenamente de a Sabiduría Elemental de la Naturaleza.

Tlaloc es ciertamente un «Deva» del elemento agua, es una potencia Cósmica del Universo, tiene existencia real. Indubitablemente, esta clase de Deidades Cósmicas viven normalmente en la región de las Causas Naturales, región a la cual los científicos del átomo y de la molécula no tienen acceso.

Sin embargo, los Profetas de Anahuac, en estado de éxtasis, podían penetrar en tal región y platicar cara a cara con Tlaloc. En nombre de la verdad diremos que forma enfática, que el «Paraíso de Tlaloc» existe.

Bien sabemos nosotros que hay cuatro regiones fundamentales:

A la primera la denominaríamos la «REGION CELULAR», es esa región de la vida orgánica, la región tridimensional de Euclides.

La segunda es el «MUNDO MINERAL SUMERGIDO», que no lo pueden negar los científicos porque existen, las minas y el interior de la Tierra lo demuestran (nosotros vivimos físicamente en la costra geológica de la Tierra, en la costra mineral).

La tercera región es el «MUNDO MOLECULAR», y la cuarta el «MUNDO ELECTRÓNICO». Desde un punto de vista cósmico y Gnóstico diríamos que el MUNDO MOLECULAR está constituido por las regiones Astral y Mental.

En cuanto al MUNDO ELECTRÓNICO SOLAR, está formado por los MUNDO DE LAS CAUSAS NATURALES, por el MUNDO DE LA CONCIENCIA UNIVERSAL y por la REGION DEL ESPÍRITU PURO. Así pues, hay 4 regiones, y esto es necesario comprenderlo...

La región de Tlaloc es formidable, extraordinaria, maravillosa; Tlaloc vive en el Mundo Causal; cuanto se habla de Tlaloc, se refiere a ese Mundo de las Causas Naturales en el cual vive.

Preciosas tradiciones registradas en los Códices dicen que «vive rodeado de hermosos niños», y que «cuando un rayo cae, es porque algún cántaro, o simplemente vasija, se ha quebrado, se ha roto». Claro, esto es simbólico; en modo alguno deberíamos tomarlo literalmente...

Se dice también que «Tlaloc tenía su esposa» (se refiere a la «Walkiria», se refiere al ALMA ESPIRITUAL, que es femenina). He dicho en muchas de mis obras, que el INTIMO, es decir, nuestro SER, tiene dos Almas: una es el ALMA ESPIRITUAL, otra es el ALMA HUMANA; el Alma Humana es masculina, el Alma Espiritual es femenina.

Este es el SIGNO de GEMINIS en nuestra naturaleza Espiritual. Así que cuando se habla de Tlaloc y de su esposa, se refiere en forma enfática, en los Códices, a las dos Almas: la masculina y la femenina de Tlaloc. No es culpable Tlaloc de que se hubiesen sacrificado muchas doncellas y niños en su honor: siempre se hacía para implorar las lluvias, mas Tlaloc jamás exigió tales holocaustos...

Un día, en el que me encontraba en estado de «Samadhi», que podría traducirse en el mundo occidental como «éxtasis» (lo había logrado a través de la técnica de la meditación, pasando por el «Darana», que significa concentración, por el «DHYANA» que significa «meditación»), hube de encontrarme en realidad de verdad, frente a frente con Tlaloc. La recriminación que le hice resultó injusta;

«»Tú -le dije- cometiste grandes crímenes, permitiste que se sacrificaran niños, niñas, doncellas y hasta ancianos, y eso es delictuoso»». Tlaloc parecía, en tales momentos un árabe de los tiempos antiguos, respondió: «Nunca exigí tales sacrificios a la Humanidad, nunca exigí que inmolaran a seres vivientes; eso fue cosa de los habitantes del mundo físico, porque yo nunca exigí tales sacrificios humanos; sin embargo, yo volveré en la nueva Era del Acuarius».

Así dijo Tlaloc, y entendí. Ese gran Ser que ahora vive en el mundo de las Causas Naturales, se reencarnará en la futura «Edad de Oro»; en pleno esplendor de Acuarius, tomará cuerpo físico y ayudará a la sexta raza durante su «Edad de Oro». Así mis queridos hermanos, que se trata de un gran Ser que habrá de volver al mundo físico. Hablando en el sentido meramente cristiano, diríamos que se trata de un Angel, y volverá, (así lo dijo).

Mediante el «Samadhi», en el cual eran expertos los antiguos sacerdotes Mayas, como los profetas de Anahuac, o los místicos Toltecas, (artistas de renombre), etc., podían penetrar, mediante la profunda oración y meditación, en esa región maravillosa donde vive Tlaloc; también se afirmaba que aquéllos difuntos que morían ahogados, podían penetrar en el paraíso de Tlaloc; (así se ha dicho).

En el mundo oriental se habla también de «reinos», como «el de Los Cabellos Largos», o «El de la Densa Concentración», o el de «Maitreya», etc.; son regiones que existen más allá del mundo tridimensional de Euclides...

¿Y qué diremos de todos aquellos danzantes que también sabían atraer los beneficios del Dios de la Lluvia? Ya han contemplado ustedes a estos niños, han gozado ustedes con su representación. Esas danzas, como las que han representado estos niños, tenían por objeto, entre otras cosas, atraer las aguas puras para que fertilizaran la tierra y germinaran las simientes de toda especie.

En otros lugares de América se conocieron danzas similares; en Teotihuacán celebraban ciertos cultos, en la «Pirámide de la Luna», con el propósito de atraer las lluvias, y nunca se dejaba de implorar el auxilio de Tlaloc, el «Dios Benéfico de las Lluvias». Es interesante saber que los nativos de Teotihuacán unidos en la«Pirámide de la Luna», y colocados normalmente en la forma en que se encuentran los sapos y ranas, imitaban en forma maravillosa el «croar» de esas criaturas,

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