EL JUEZ MAYOR HA LLEGADO

EL JUEZ MAYOR HA LLEGADO

ÉL tiene poder sobre las masas, todos obedecen sus órdenes y lo que escribe, cada palabra, es ley. Deseo ver como en la oscuridad de la noche la soledad consume sus almas por creer que son perfectos, pensando en que cada acto es un error, se olvidan de vivir. EL JUEZ MAYOR ha llegado, todos le temen, debemos obedecer y callar los ideales pues solo somos títeres, no somos nada más que marionetas de aquel juez perturbado. EL está perdiendo su autoridad pues ahora puede sentir lo que a diario sucede; Los esclavos, las marionetas y los reclusos están despertando de la pesadilla que los gobernaba. LOS BÁRBAROS lo llaman final y tienen miedo, sin embargo yo le llamo nuevo comenzar, me refiero a vivir, les hablo de renacer. EL JUEZ bárbaro no está de acuerdo con que se nos haya otorgado la razón, opina que bajo su influencia y dictadura de nada sirve pensar y mucho menos opinar. Fui condenada por escribir esto, por pensar, opinar y tener ideales propios. EL JUEZ me condenó a mí y a otros pocos por ser diferentes, porque le escupimos la verdad en la cara, por obedecer y ser esclavos de nuestros deseos y pensamientos propios. EL JUEZ MAYOR, EL BÁRBARO, ha llegado y religión lleva por nombre.

EL PRINCIPAL JUEZ ha llegado, y religión lleva por nombre. He sido condenada desde que decidí no ser como ellos. ELLOS, las marionetas y esclavos de su voz, que cada vez suena más falsa y aburrida. No podré ser un títere, nunca me gobernarán según su fortuna. Mis ideales son diferentes y si, jamás seré como aquellos. EL JUEZ ha hablado y dijo: “Tu error fue creer que tienes opción”, y le contesté: “Para caminar jamás pedí tu opinión”.

Le escribo a mi memoria así nunca podré olvidar quien soy, ni si quiera estoy segura de que sean sentimientos o pensamientos lo que describo en cada línea, lo único que sé es que cuando comienzo a escribir no puedo detenerme. Será acaso que tengo tanto que decir y al que llaman sociedad, aquel JUEZ de segundo orden me oprime, será que éste, al que llamo devorador de almas es solo una limitación que mi mente ha puesto para conseguir que explote al máximo el poder especial que tengo para protestar ante lo que considero incorrecto. Posiblemente sea uno de los seres más imperfectos, pero qué más da si buscar la perfección es uno de los más grandes defectos.

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