EL NIÑO Y EL BUEY

EL NIÑO Y EL BUEY

Mi reflexión acerca de la fábula El Niño y El Buey, del literato colombiano Rafael Pombo, comienzo como en el poema diría: ‘’Rumiando’’ el texto hacia ideas encaminadas a un espacio estudiantil y laboral.

En la primera parte, la respuesta del buey a la pregunta del niño: ‘’La ciencia no es lo que me alimenta’’…, ‘’Prefiero hacer treinta surcos, antes que aprender dos letras’’; se refiere a que de nada sirve la mucha teoría sin la práctica.  Lo teórico que adquiero en mi vida no tendría ningún sentido si no lo desarrollo en el ámbito de la práctica, que mis ideas no darán fruto si no me esfuerzo en lograr que sucedan, es decir ¿si no montamos los treinta surcos, como llegamos a comer?, así viendo una estrecha relación entre los sueños y el cómo lograr convertirlos en realidad.

En la sabiduría popular se dice que el ser sabio se adquiere por las experiencias vividas, lo que podría relacionar con las intervenciones del buey, como cuando el dice: ‘’Mascar bien, me importa más, que una lección en la escuela’’…, ‘’ Pero si anhelas ser sabio, ojalá viéndome aprendas, a rumiar’’. Veo que se puede interpretar que necesito conocer mis cualidades, el saber qué hago bien para encaminarme en lo que quiero, el convertir mis habilidades ya potenciadas por el estudio en unas herramientas para conseguir el éxito pero, sin precipitarme, al aprender de cada una de las experiencias vividas, al ‘’rumiar’’ mis vivencias para lograr una óptima toma de decisiones, volverme más sabio.

‘’El digerir, no el comer, es lo que al cuerpo aprovecha’’ Veo que las decisiones más provechosas para mi vida, son las que tomo cuándo pienso y hago una crítica profunda a mis circunstancia y mis preferencias, como ejemplo el ¿Qué estudiar?, en si ¿Este trabajo o desarrollar este proyecto es lo que yo quiero? Al cuestionarme y analizar mis habilidades, gustos, etc, tomaré  la decisión correcta que traerá provecho o los mejores resultados a mi vida (Si me encanta la matemática y me desenvuelvo bien en la economía no tomare el camino de ser químico, sino al que me potencie mis habilidades y gustos, como ser economista o administrador de empresas). Y para terminar el  buey dice ‘’Sin rumiarlo bien, no engullas, ni una línea, ni una letra; el que aprende como un loro, loro ignorante se queda. ’’ Se refiere al no ser confiado, el no firmar un contrato sin leer la letra pequeña, el cuestionar los conocimientos que he adquiridos y mis propias acciones, puedo concluir todo en esta frase cotidiana ‘’Hay que leer dos veces el mismo texto, para entenderlo a plenitud. ‘’

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