ETICA PARA VIVIR HUMANAMENTE

Actualmente se escucha hablar mucho de ética, en diversos aspectos como la política, los negocios, espectáculos, etc., lo que nos hace pensar que las personas, en su gran mayoría, conocen el significado de esta palabra. Pero si en realidad nos preguntáramos ¿para qué la ética?, no sabríamos qué responder, pues estando en una sociedad en donde se lucha por sobrevivir día a día, hasta el punto de competir todos contra todos, no nos queda tiempo para pensar o reflexionar acerca de nuestras vidas.

Anteriormente la ética se relacionaba con la religión, pues se constituyó sobre una moral religiosa gracias a que la educación era dada de esta manera, y todos tenían la concepción de que la ética y la religión eran la misma entidad, que controlaba lo bueno y lo malo con un referente único que era Dios. Esta tradición duró hasta hace poco, ya que se cuestionaba mucho y ha tendido a desaparecer, puesto que también es una ética que fomenta la marginalidad. Pero esto no es del todo mal, no se le debe culpar por todas las cosas malas que pasan en nuestro país, por el contrario, para llenar ese espacio que deja la ética religiosa, es importante construir en Colombia una ética civil, una ética pública que esté fundada en el respeto, la tolerancia y los intereses colectivos.

No debemos entender por la ética como las prohibiciones o restricciones de nuestros deseos, placeres o sentimientos. Con la ética podemos ver el mundo en su conjunto y el lugar que ocupamos en él, para luego buscar por lo que vivimos y preguntándonos si podemos vivir planteándonos intereses para nuestro propio beneficio. Este problema ético se discute en el interior de cada persona, que valora cada conducta, no las juzga, pues entiende que el hombre elige lo que quiere ser. El punto de partida de la ética es la libertad y la dignidad humana.

Vivimos en un mundo lleno de egoísmo donde cada quien pela para conseguir lo suyo, y “sálvese quien puede” es una idea que ronda en la cabeza de todos. Esta norma de búsqueda del interés personal, es fundamental que la cambiemos por la de los intereses de todos en conjunto. Pero ese cambio no debe quedarse solo en palabras, debe demostrarse mediante los actos, pasarlo a la práctica para tener una perspectiva más amplia.

Construir una ética que busque beneficios para todos, no es tan fácil como solo decirlo porque, como hay personas decididas a hacerlo, también están a los que no les importa nada ni nadie, ni siquiera ellos mismos, y no están dispuesto a la comunicación con los otros, que es importante en este proceso. Aun así, debemos empezar a plantearnos esta ética que nos lleve a valorizar el hombre en su plenitud, alejado del egoísmo, la ambición, la corrupción y el irrespeto por la vida.

Estamos en una sociedad, o más bien masa, que se mueve porque el otro lo hace, pero no porque trabajemos en conjunto, sino por envidia y para no dejarnos del otro; estamos en constante competencia para sobrevivir. La comunicación es fundamental para crear una ética donde reconozcamos el querer del otro, “mi querer es el querer de él”. La violencia es un gran obstáculo, que impide el reconocimiento del otro, y la creación de la comunidad. No hay comunicación, o más bien muy poca, que es esencial para saber lo que el otro quiere y buscar fines comunes. Sabemos que los demás pueden pensar igual o diferente, porque tenemos la razón, debemos buscarlos y crear formas de progreso que nos involucren a todos.

La ética, planteada de esta manera, si es posible. Su pregunta central es ¿qué quiero hacer?, allí determino mi deber y sabemos que es posible, porque me hace reflexionar y afirma la autonomía y liberta que cada persona posee.

Este mundo está en crisis. Construyamos, todos, una ética para todos, donde la dignidad humana sea fundamental, al igual que el respeto, la tolerancia y los intereses colectivos. Cambiemos

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