Economia Social En Venezuela

“LA ECONOMÍA SOCIAL, SOLIDARIA Y PARTICIPATIVA EN VENEZUELA”

REALIZADO POR:

MARÍA GARCÍA

CIUDAD BOLÍVAR, OCTUBRE DE 2014.-

La Economía es un icono a nivel mundial que se sustenta en la base del desarrollo de las naciones; en términos generales cuando se trata de medir fuerzas se reviste en el potencial económico que se tenga, es por costumbre decir que quien tiene más riquezas pues su medio de vida es holgado, por tanto es el poderoso. En los últimos tiempos con las crisis económicas de los países desarrollados del mundo, se ha venido cambiando esta idea y las estrategias utilizadas por los países del sur da cabida a un modelo de desarrollo económico solidario, autogestionario y de profundo anclaje local, como lo señala la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV).

Los cimientos que menciona Luis Bonilla y Haiman El Trudi en su texto Introducción a la Economía Social del año 2004, conllevan a una nueva concepción de desarrollo local, visto como un modelo emergente de economía social, que viene a salvar las grandes economías del mundo y van en la búsqueda de la derrota de la pobreza, señalan ellos que permeando los aspectos culturales, sociológicos, antropológicos, espirituales y de diversa índole que rodean a toda actividad humana, se puede lograr una mejor calidad de vida para las personas.

En este mismo orden de ideas expresan que la economía social adquiere la significación de herramienta para la derrota de la pobreza no sólo económica, sino también cultural, política, ideológica; para la revisión de las formas de vida y el rescate de concepciones de progreso, bienestar, desarrollo y progreso fundadas en la propia historia nacional.

Es así, como esto trae a colación la Venezuela herida de 1989 cuando bajo los esquemas de un progreso encubierto en el remate de las pocas fuentes de empleo y escondidos bajo una deuda externa que ahoga a las clases más desposeídas, no existía la forma de crear unas políticas públicas que llevaran al rescate de la nación, sino que por el contrario se hundía más en la marginalidad, la pobreza y el analfabetismo.

Una famosa canción dice que no hay mal que dure cien años, pues es así como luego de arduos procesos de lucha social primero impulsado por el pueblo luego política impulsado por Hugo Chávez Frías, se logra restablecer las ideologías más hermosas que por esta tierra han pasado, luego de Simón Bolívar que fue el libertador del pueblo, dejando como legado sus pensamientos y enseñanzas junto a otros maestros como Zamora, Rodríguez, y Bello se le da un repunte a un proceso constituyente que trajo consigo la asociación de un pueblo para crear un texto mágico que impulsa una nueva ideología basada en la Economía para el desarrollo sustentable, local y endógeno de la patria.

De esta forma surge la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) que enfatiza la corresponsabilidad desde la localidad, la solidaridad desde lo federativo, la ayuda mutua desde marcos comunitarios y la cooperación centrada en el ser humano, como formas de construir el futuro social, que hoy ya se está visualizando en las comunidades.

La economía desde el punto de referencia gubernamental tiene un desarrollo emblemático en la dinámica diaria de la productividad, cuando se trata de que la riqueza, sea el fin último para lograr el bienestar, el desarrollo y el progreso. No se puede caer en la determinación de que por la acumulación de riquezas, bienes y servicios, es que puede conseguir el máximo desarrollo.

Es el gobierno del Presidente Rafael Caldera (1969-1974), quien intenta sustituir en el lenguaje oficial el concepto de la economía popular, y para su periodo presidencial de 1994-1998, introduce el termino de economía social y solidaria al dar a conocer el IX Plan de la Nación llamando a conformar organizaciones civiles de desarrollo social.

Los fines de un Estado están enmarcados en los planes que se le presentan a los ciudadanos y ciudadanas, más un modelo de economía solidaria implica la construcción progresiva de una nueva racionalidad dialógica entre Estado y ciudadanos, se trata de romper con la centralización de la toma de decisiones en la búsqueda de lograr la orientación estratégica del Estado, y no fue correctamente impulsado por Caldera.

Es cuando entonces se reflexiona sobre uno de los cinco motores impulsados por la revolución bolivariana; el tercero para ser exactos donde se impulsa la transformación de la educación como una herramienta de desarrollo que fomenta la integración social de los venezolanos y venezolanas, a través de la construcción de de nuevos hombres y mujeres que puedan ser capaces de formular propuestas para la sociedad, en torno a proyectos transformadores, que den alternativas que conlleven al fortalecimiento de los sueños colectivos.

Esta implícito en la Constitución Nacional su Art. 04 indica que la Educación junto al Trabajo son los procesos para lograr el desarrollo de la patria, también el Art. 62 señala la importancia de la participación del pueblo en las políticas públicas nacionales, así que no puede hablarse de Economía Social y Solidaria sin tomar en cuenta los principios constitucionales de: solidaridad, cooperación, ayuda mutua, el riesgo compartido y la corresponsabilidad.

El desarrollo de la patria soberana y libre es local, comunitario y vinculado necesariamente a la gente, el Art. 70 de la CRBV, afirma el compromiso del pueblo a ser protagonista en las actividades políticas, económicas y sociales, en todas las formas asociativas que puedan existir y estar expresadas en las normas legales de la República Bolivariana de Venezuela, se reconoce los derechos que tienen los trabajadores y trabajadoras que deseen junto a su comunidad avanzar; para que se integren y desarrollen asociaciones cooperativas.

El Estado debe ser garante de que estas políticas expresadas en la CRBV, los Planes de la Patria y de mas textos legales se cumplan y generan beneficios a la colectividad, que se desarrolle y mejore la economía popular y alternativa es una obligación de fiel cumplimiento para todo aquel que se sienta servidor público. Las premisas del legado socialista están escritas, para que funcionen hay que ponerlas en marcha; como lo señalaban

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