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Edad Sistemas


Enviado por   •  8 de Octubre de 2013  •  2.655 Palabras (11 Páginas)  •  242 Visitas

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La edad de los sistemas

Aun que las edades no tienen inicios o fines precisos, se puede decir que la década de los 40s contuvo el inicio de la edad de los sistemas. La nueva edad está unida a un marco intelectual formado por encima y alrededor del que reemplaza. No se había destruido o descartado el marco interior; solamente había sido adaptado y ampliado. La nueva edad es una versión remodelada de la anterior. Lo que era “todo” en el pasado, en el presente se había convertido en una “parte”. Las doctrinas del reduccionismo y mecanismo, y el modo analítico de pensar esta suplementadas y reemplazadas parcialmente por las doctrinas de expansionismo y teleología, y un nuevo modo sintético(o de sistemas) de pensamiento.

El expansionismo es una doctrina que sostiene que todos los objetos, eventos, y experiencias de ellos son partes de “todo” mayores. No niega que tengan partes, aun que se concentra en los “todos” de los cuales son una parte. El expansionismo es otra forma de apreciar las cosas, una forma diferente y al mismo tiempo compatible con el reduccionismo. Distrae nuestra atención, de los eventos finales a los “todos” con las partes interrelacionadas: los sistemas. Durante la década de los 40s apareció la preocupación por los sistemas. Conviene hacer notar algunos puntos destacados de este proceso.

La filosofía americana Susanne Langer sostuvo en 1942 que durante las dos décadas anteriores la filosofía había vuelto su atención de los elementos particulares, eventos y6 sus propiedades a una clase distinta del elemento: el símbolo. Un símbolo es un elemento que produce una respuesta a algo distinto de sí mismo. Sus propiedades físicas no son de importancia esencial.

En 1946, charles w. Morris, otro filósofo americano, construyo un marco para el estudio científico de los símbolos sobre la obra de Langer, y las unidades de que eran parte: los lenguajes. Las obras de Langer y Morris se vinieron acompañadas por la creciente importancia dada a la semiótica, la ciencia de los signos y símbolos; y a la lingüística, la ciencia del lenguaje. Resulto natural para muchos sostener que lo que conocemos de la realidad se refleja en los signos con que representamos su contenido y en el lenguaje del que forman parte estos signos. Pero algunos fueron mas allá y aseveraron que lo que sabemos de la realidad está condicionado por el lenguaje que utilizamos; en consecuencia, se debe encontrar la naturaleza de la realidad en el análisis del lenguaje.

En 1949, Claude Shannon, un matemático que trabajaba con los laboratorios Bell, volvió su atención a un proceso más comprensivo del cual forma parte el lenguaje: la comunicación. Proporciono una teoría que constituyo la base de lo que luego habría de conocerse como ciencia de la comunicación. Casi simultáneamente, otro matemático, Norbert Wiener, del instituto tecnológico de massachisetts, coloco las comunicaciones en un contexto conceptual todavía mayor, el control. Al hacerlo, fundó la cibernética, la ciencia del control por medio de la comunicación.

Note que este avance del símbolo al lenguaje, comunicación y control, fue uno que pario de elementos particulares a “todo” mayores. Fue expansionista, no reduccionista. Esta expansión no ceso con la obra de Wiener. Sw dio un paso más allá. En los principios de la década de los 50s, la ciencia paso por una experiencia de “¡ah, vamos!” para enterarse de lo que había estado sucediendo durante la década anterior: se había pensado en los sistemas. La atención se atrajo a este concepto por la obra del biólogo Ludwig Von Bertalanffy, quien predijo que los sistemas se convertirían en el punto de apoyo del pensamiento científico moderno. Percibió este concepto como una cuña que podría abrir la perfección reduccionista y mecanista del mundo, de manera que pudiera manejar más efectivamente los problemas de naturaleza viviente (fenómenos biológicos, del comportamiento y sociales) para los cuales creía que no bastaba la aplicación de la ciencia física, y que incluso en algunos casos no era siquiera posible. Desde entonces, el concepto “sistemas” ha tomado un papel cada vez más grande en la organización tanto de nuestro mundo lego como del científico del mundo. No es nuevo el concepto, aunque sí lo es su papel de organizador. Su suposición de este papel es un factor primordial en nuestro “camino de edad”.

Un sistema es un conjunto de dos o más elementos interrelacionados de cualquier especie; por ejemplo, los conceptos (como en el sistema numérico), objetos como en un sistema telefónico (o el cuerpo humano), o personas (como en un sistema social). Consecuentemente, no es un todo indivisible, sino un todo divisible en sus componentes. Los elementos del conjunto y el conjunto de los elementos que forman un sistema tienen las tres siguientes propiedades.

1) Las propiedades o el comportamiento de cada elemento del conjunto tienen un efecto en las propiedades o el comportamiento del conjunto tomado como un todo. Por ejemplo, cada órgano del cuerpo de un animal afecta su funcionamiento global.

2) Las propiedades y comportamiento de cada elemento, y la forma en que afectan al todo, depende de las propiedades y comportamiento al menos de otro elemento en el conjunto. En consecuencia, no hay parte alguna que tenga un efecto independiente en el todo y cada una está afectada al menos por alguna parte. Por ejemplo, el comportamiento del corazón y el efecto que tiene en el cuerpo depende del comportamiento de los pulmones.

3) Cada subgrupo posible de elementos del conjunto tiene las dos primeras propiedades: cada uno tiene un efecto no independiente en el total. En consecuencia, no se puede descomponer el total en subconjuntos independientes. No se puede subdividir un sistema en subsistemas independientes. Por ejemplo, todos los subsistemas del cuerpo de un animal, tales como los subsistemas nervioso, respiratorio, digestivo y motor, interactúan, y cada uno afecta el desempeño del todo.

Debido a estas tres propiedades, un conjunto de elementos que forma un sistema siempre tiene determinadas características o puede mostrar cierto comportamiento que no pueden exhibir ninguno de sus otros componente s o subgrupos. Un sistema es más que la suma de sus partes. Por ejemplo, un ser humano puede escribir o correr, cosa que no puede hacer ninguna de sus partes. Adicionalmente, la membrecía en el sistema aumenta o disminuye la capacidad de cada elemento; no lo deja son afectar. Por ejemplo, no puede funcionar un cerebro que no sea parte de un cuerpo vivo o algún sustituto al mismo. En consecuencia, está excluido de hacer cosas que normalmente haría el individuo que forma parte de una nación o de una corporación, a la vez que puede hacer otras cosas que no podría hacer si no

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