ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Efectos Y Beneficios De La Actividad física En Obesos

Esteban6 de Junio de 2015

2.959 Palabras (12 Páginas)266 Visitas

Página 1 de 12

Índice

INTRODUCCION 1

OBESIDAD Y ACTIVIDAD FISICA 2

TIPOS DE EJERCICIOS RECOMENDABLES 3

RECOMENDACIONES SOBRE LA ACTIVIDAD FISICA

EN EL TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD 4 y 5

DOSIS MINIMA DE ACTIVIDAD FISICA PARA ADULTOS 6 y 7

CON SOBREPESO U OBESOS

CONCLUSION 8

CONCLUSION GRUPAL 9

Introducción

La implementación de la actividad física en los programas de control de peso potencia de forma significativa la pérdida de peso a largo plazo. Además, la actividad física, independientemente, puede tener efectos beneficiosos sobre los factores de riesgo que afectan a las tasas de morbilidad y mortalidad en individuos obesos. Por lo tanto, es importante animar a los individuos con sobrepeso a realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada para promover la salud. Sin embargo, puede ser necesario aumentar la actividad física diaria a 45-90 minutos al día para conseguir resultados sobre la pérdida de peso. Para conseguir estos niveles elevados de actividad física, puede ser necesario incluir diversas estrategias conductuales, como actividad intermitente, actividad en el estilo de vida e intervenciones basadas en podómetros para complementar las formas tradicionales de actividad física estructurada.

Todo ello puede mejorar la adopción y el mantenimiento de actividad física y, por lo tanto, contribuir al tratamiento eficaz del peso corporal.

Obesidad y Actividad Física

Con la actividad física constante se producen cambios en el funcionamiento corporal general, entre ellos los más destacados son: aumento de la capacidad de "quemar" la grasa celular; descenso de los niveles de triglicéridos, aumento del HDL (conocido como colesterol bueno) y disminución de la presión arterial.

Es fundamental, cuando se analiza el metabolismo en el ejercicio, prestar atención al funcionamiento de una hormona en particular, la insulina, con actividad "anabólica", de construcción, que funciona favoreciendo la entrada de los nutrientes circulantes a los tejidos, incluyendo los ácidos grasos.

Al entrenar se comprobó que disminuye la secreción de esta hormona, y por ende también la captación y acumulación de grasa en los tejidos, los beneficios de la actividad física en el tratamiento del sobrepeso tienen 2 pilares fundamentales, el gasto calórico del ejercicio propiamente dicho y el factor psicológico que incluye una disminución del apetito por colaborar con el control de la ansiedad y el mejoramiento de la imagen corporal.

Beneficios de la actividad física

• Disminución de la presión arterial.

• Aumento de la capacidad pulmonar.

• Aumento de la fuerza muscular.

• Aumento de la capacidad aeróbica.

• Disminución de la masa grasa.

• Disminución de los niveles de triglicéridos.

• Aumento de HDL.

• Disminución de los niveles de insulina.

• Mejoría de la relación del individuo con el propio cuerpo.

• Modificación de la conducta alimentaria, con disminución del apetito, en especial de la ansiedad.

Tipo de ejercicio recomendable

La actividad debe ser preferentemente aeróbica (marcha, trote, gimnasia, bicicleta, natación), la cual se recomienda practicar 3 veces por semana con una duración de 30 a 40 minutos por sesión. Es importante avanzar gradualmente, y conocer el límite propio. Cada individuo tiene consideraciones particulares para la elección del tipo de actividad. Para evitar complicaciones, la persona debe ser evaluada por un profesional. Generalmente el ciclismo y la marcha son bien tolerados en todos los casos.

¿Más calorías, más saciedad?

A igualdad de calorías, la capacidad de saciar de los distintos alimentos no es la misma; si escogemos los que más sacian, la ingesta total de calorías será menor.

Mucha gente piensa que la capacidad de saciar de los alimentos es relación directa de su contenido en calorías, y que por ello es indiferente comer uno u otro porque los que menos engordan sacian menos y comeremos más cantidad de ellos, hasta consumir una cantidad similar de calorías.

Sin embargo, recientes investigaciones indican lo contrario: a igualdad de calorías ingeridas, unos alimentos sacian más que otros. De esto se deduce que hay alimentos poco convenientes para mantener la línea, pues sacian menos. Con ellos, tenderemos a ingerir más calorías, pues en general comemos hasta alcanzar un determinado nivel de saciedad.

En un experimento, diversas personas de ambos sexos tomaron la misma cantidad de calorías de distintos alimentos, y se valoró a continuación cada 15 minutos la sensación de saciedad que experimentaban.

Se comprobó así que los alimentos que más sacian (recordemos, a igualdad de calorías) son aquellos ricos en proteínas (pescado, carne, legumbres). A continuación, también con una alta capacidad de saciar, los abundantes en fibra, hidratos y agua: frutas, verduras, arroz, pasta y pan. Por último, los que menos sacian son los ricos en grasas: bollería (dulces, confites), galletas y similares.

De lo anterior podemos sacar importantes enseñanzas prácticas en orden a mantener la línea, pues parece evidente que, respetando siempre la necesaria variedad alimenticia que nos garantice una nutrición saludable, es preferible consumir más proteínas, fibra e hidratos y menos grasas, pues aquellos nos saciarán más y al final tomaremos menos calorías.

Recomendaciones sobre actividad física en el tratamiento de la obesidad

El sobrepeso y la obesidad están relacionados con un incremento en los riesgos para la salud, dado que se asocian a numerosas enfermedades crónicas, como cardiopatía, diabetes y diversas formas de cáncer. Esto representa una preocupación debido a las tasas crecientes de obesidad en Estados Unidos en los últimos 30 a 40 años. Para tratar este problema, se requieren intervenciones eficaces para inducir la pérdida de peso, prevenir su recuperación y evitar la ganancia de peso en personas con peso normal.

Los resultados de las intervenciones para perder peso han demostrado que la forma más rápida de perder peso se consigue reduciendo la ingesta energética. Sin embargo, para maximizar la pérdida de peso, potenciar su mantenimiento y, potencialmente, reducir el inicio del sobrepeso y la obesidad, es necesario incorporar a estas intervenciones pérdidas energéticas en forma de actividad física. Además, la actividad física puede tener un impacto significativo de forma independiente sobre los factores de riesgo (es decir, dislipemias, tensión arterial, insulina) que generalmente están presentes en personas con sobrepeso. Por lo tanto, la incorporación de una actividad física adecuada a los tratamientos completos de pérdida de peso puede ser beneficiosa, mejorando los resultados de la pérdida de peso y reduciendo los factores de riesgo asociados a enfermedades crónicas. Se debe tener en cuenta la siguiente información cuando se incorpora una actividad física a las intervenciones de control de peso en individuos con sobrepeso y obesos.

Detección selectiva antes de la actividad

Se ha demostrado repetidamente que la actividad física puede tener efectos agudos y crónicos sobre los factores de riesgo de diversas enfermedades crónicas. Por ejemplo, tras períodos agudos de actividad física disminuye la insulina, y esta reducción se mantiene con momentos repetidos de actividad. También se ha demostrado que el ejercicio disminuye la incidencia de las enfermedades crónicas como cardiopatías, diabetes y cáncer. Sin embargo, los episodios agudos de actividad física pueden asociarse con cierto grado de riesgo para la salud que típicamente se asocia con sobrecarga cardiovascular (ej. incremento de la tensión arterial, frecuencia cardíaca, volumen sanguíneo, gasto cardíaco) o alteración de los requerimientos de energía (ej. hipoglucemia). Por lo tanto, los efectos beneficiosos de la actividad física para la salud deben sopesarse frente a los riesgos potenciales antes de recomendar actividad física a individuos con sobrepeso y obesos.

La valoración médica que se requiere para evaluar el riesgo potencial de la actividad física en adultos obesos puede variar dependiendo de la historia médica, la exploración física, y las pruebas de laboratorio para determinar la presencia de enfermedades subyacentes que pueden incrementar el riesgo para la salud. El American College of Sports Medicine, ha publicado unas normas o recomendaciones para determinar el grado de detección selectiva antes de la enfermedad que puede ser requerido, basándose en la clasificación de individuos en una de las siguientes categorías:

• Participantes con riesgo bajo: asintomáticos desde el punto de vista cardiovascular, pulmonar o de enfermedad metabólica; no más de un factor de riesgo.

• Participantes con riesgo moderado: varones de al menos 45 años de edad, mujeres de al menos 55 años de edad; al menos dos factores

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (19 Kb)
Leer 11 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com