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El Capital Capitulo 4

jeymi3110 de Julio de 2013

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EL CAPITAL

Capítulo IV- Cómo Se Convierte El Dinero En Capital

La circulación de mercancías es el punto de arranque del capital. La producción de mercancías y su circulación desarrollada, o sea, el comercio, forman las premisas históricas en que surge el capital.

La circulación de mercancías es la forma inicial en que se presenta el capital.

El dinero considerado como dinero y el dinero considerado como capital no se distinguen, de momento, más que por su diversa forma de circulación.

La forma directa de la circulación de mercancías es M – D – M…vender para comprar.

Al lado de esta forma, nos encontramos con otra, específicamente distinta de ella, con la forma D - M – D, o sea, transformación del dinero en mercancía y de ésta nuevamente en dinero: comprar para vender.

El dinero que gira con arreglo a esta forma de circulación es el que se transforma en capital, llega a ser capital y lo es ya por su destino. El resultado en que desembarca todo este proceso es el intercambio de dinero por dinero, D – D. es evidente que el proceso de circulación D – M – D resultaría carente de todo sentido si se diese ese rodeo para cambiar valores iguales en dinero.

Hay algo, sin embargo, que distingue desde luego ambos ciclos, M – D – M y D – M – D y es el orden inverso en que se desarrollan las mismas fases contra-puestas del proceso de circulación.

La circulación simple de mercancías comienza con la venta y acaba con la compra: la circulación del dinero en función de capital comienza con la compra y acaba con la venta.

En la circulación M – D – M, el dinero acaba siempre convirtiéndose en una mercancía, empleada como valor de uso. Por tanto aquí el dinero se gasta definitivamente. En cambio, en la forma opuesta, D – M – D, el comprador sólo desembolsa dinero para volver a embolsarlo como vendedor… Sólo se desprende del dinero con la intención premeditada de volver a apoderarse de él. No hace, por tanto, más que adelantarlo.

En la forma M – D – M, la misma pieza de dinero cambia de sitio dos veces. El vendedor la recibe del comprador, para entregarla en seguida a otro vendedor.

Al revés de lo que ocurre en la forma D – M – D. Aquí, no es la misma pieza de dinero, sino la misma mercancía la que cambia dos veces de mano. El comprador la recibe de manos del vendedor, para ponerla en seguida en manos de otro comprador.

Y así como en la circulación simple de mercancías al cambiar dos veces de sitio la misma pieza de dinero, ésta pasa definitivamente de una mano a otra, aquí, al cambiar dos veces de sitio la misma mercancía, el dinero refluye a su punto de partida inicial.

El reflujo del dinero a su punto de partida no depende del hecho de que la mercancía se venda más cara de lo que se compró. Esta circunstancia sólo influye en la magnitud de la suma de dinero que refluye. El fenómeno del reflujo se produce tan pronto como la mercancía comprada vuelve a venderse, es decir, tan pronto como se cierra el ciclo D – M – D. Entre la circulación del dinero como capital y su circulación como dinero pura y simplemente media, pues, como se ve, una diferencia perceptible a través de los sentidos.

En la circulación simple de mercancías ambos polos presentan la misma forma económica. Ambos son mercancías. Son, además, mercancías de la misma magnitud de valor. Pero cualitativamente, son valores de uso distintos, v.gr. trigo y traje. El intercambio de productos, el cambio de diversas materias en que toma cuerpo el trabajo social, es lo que forma aquí el contenido del movimiento.

el valor se erige (pag.109) aquí en sujeto de un proceso en el que, bajo el cambio constante de las formas dinero y mercancía, su magnitud varía automáticamente, desprendiéndose como

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