El Capitalismo

Capitalismo, “Hombre de la multitud”, publicidad social

El capitalismo ha formado parte del desarrollo mundial asi como de la burguesía y los altos sectores de la sociedad. Por lo que se puede decir que el capitalismo es el sistema económico que se utilizaban en los ámbitos políticos o sociales, entre lo social destacamos los trabajadores o proletariado, son quienes están directamente involucrados, desde siglos anteriores hasta nuestros días. A lo largo de la historia este tema se ha tratado de manera contundente en sistemas como el COMUNISMO y más equitativo en el SOCIALISMO pero tienen en común que son sistemas de organizaciones sociales y políticas con un objetivo, la consecución de una sociedad en la que los medios de producción, y en general todas las fuentes de riqueza, pertenezcan al Estado y no a los individuos. Según lo anterior podemos decir que el CAPITALISMO es U.S.A es un ejemplo claro de lo que es el capitalismo puro.

Michael Moore, con “Capitalismo: Una historia de amor”, afronta el problema que está en el centro de toda su obra: el desastroso impacto que el dominio de las corporaciones tiene sobre la vida cotidiana de los estaunidenses, y, por consiguiente, también sobre el resto del mundo. Este documental plantea una pregunta tabú: ¿cuál es el precio que paga Estados Unidos por su amor al capitalismo? Hace años ese amor parecía absolutamente inocente. Sin embargo, hoy el sueño americano se parece cada vez más a una pesadilla, cuyo precio pagan las familias, que ven esfumarse sus puestos de trabajo, sus casas y sus ahorros.

Todos, alguna vez en nuestra vida hemos deseado saber que piensa otra persona. La vida de los seres humanos, se ha establecido como un simple y sencillo misterio, y a través de la misma, se han establecido formas de aprender secretos de esa incógnita que a diario rodea nuestras mentes, para algún día saber de qué se trata la existencia.

El texto, “El Hombre de la multitud” de Edgar Allad Poe, es una muestra de que la imaginación y el uso de nuestros sentidos en la mayor parte del tiempo pero que de alguna manera se ven limitados, bien sea por estar concentrados en nosotros mismos, o bien porque no queremos saber de nadie ni nada de lo que nos rodea haciendo de la vida una monotonía.

El narrador se halla en un café londinense observando pasar a la gente. De pronto, se fija en un anciano que despierta su interés a causa de su perverso rostro y a que parece llevar un puñal bajo su abrigo y decide seguirlo. Después de toda una noche tras sus pasos, comprobando su extraño pero nada delictivo comportamiento, abandona su espionaje y reflexiona acerca de lo que mueve su conducta: Se niega a estar solo, probablemente, porque, entre la anónima multitud, su torturada conciencia de criminal se distrae.

Quizá sea mejor para su perseguidor no poder entender lo que se oculta en el fondo de esa persona.

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