El Chorro De Quevedo

‘La plaza del Chorro de Quevedo'

En pleno corazón de la ‘Candelaria', en la calle 13 con carrera 2ª, está ubicada esta importante plaza que se ha consolidado como un icono de la cultura capitalina.

Este espacio recibe a diario estudiantes, músicos y académicos, quienes acuden, tradicionalmente, a este centro histórico y típico de Bogotá para tomar un café, escuchar un cuento al aire libre o para admirar las creaciones ambulantes de algunos artesanos capitalinos.

Esta plaza ha sido testigo y protagonista de importantes hechos. Es el caso de la fundación de Bogotá, cuando en 1538 Gonzalo Jiménez de Quesada decidió establecer en este lugar el primer caserío que tuvo la ciudad y que se convertiría en el principio de lo que hoy es la capital del país, que alberga aproximadamente a ocho millones de habitantes.

En el año 1832 uno de los padres de la comunidad Agustina, de apellido Quevedo, construyó una fuente para abastecer de agua a los capitalinos de la zona. Fue así como en señal de agradecimiento la comunidad la llamó ‘El Chorro de Quevedo', pues la obra benefició mucho a los habitantes, gracias a que la ciudad no contaba con infraestructuras de acueducto.

En la actualidad, el Chorro permanece intacto, a diferencia de otros sectores del centro de la capital, gracias a que las obras y reformas urbanísticas lideradas para el mejoramiento y la modernización del corazón de Bogotá no la han tocado. Es como si la capilla ‘Ermita del Humilladero' y los típicos personajes capitalinos ‘el bobo del tranvía y la loca margarita' la custodiaran y la blindaran ante las transformaciones de la ciudad.

A unos cuantos pasos de la pileta central hay un corredor empedrado, en el residen cafés, salones de postres, bares y una que otra tienda en la que aún se produce y vende la típica ‘Chicha' y miel.

Entre los lugares más tradicionales de la Plaza del Chorro de Quevedo se encuentran:

• El Restaurante ‘el gato gris'.

• El Café La Pequeña Santa Fe.

• El ‘Café color Café'.

Las fuentes de agua, los alimentos y animales abundaban, la tierra fértil creó un ambiente que vislumbraba grandes proyectos en el futuro. Sin embargo, esta información no se ha comprobado en ninguna investigación histórica. Aunque la importancia de este espacio público ha trascendido generacionalmente entre los habitantes de Santafé posterior Bogotá D.C.

Ha sido epicentro de encuentros socio culturales, además fuente de trabajo y punto de referencia en la Candelaria y el Centro Histórico en tiempos remotos y en el presente. Por sus calles empedradas han pasado millones de hombres y mujeres,

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