El Cuerpo Cambiante Del Adolescente

El cuerpo cambiante del adolescente.

Pubertad y adolescencia son dos realidades íntimamente asociadas pero es necesario distinguir. Pubertad hace referencia a las transformaciones biológicas y morfológicas que ocurren en un periodo muy característico de la vida de cualquier persona (sobre todo entre los 10 y los 16 años). Adolescencia se refiere a los cambios psicológicos asociados a la etapa de la vida que transcurre entre la infancia y la etapa adulta. La pubertad suele ser un periodo mejor delimitado que la adolescencia, pues depende de unas causas más precisas que los cambios psicológicos propios de la adolescencia. Los conceptos de pubertad y adolescencia naturalmente asociados por muchos de los cambios físicos del adolescente , aunque no constituyan causas simples y directas de su comportamiento pueden tener claras repercusiones en su conducta sexual, en el desarrollo de su identidad como en autoimagen, identidad sexual, gustos y preferencias.

El estirón del adolescente. El aumento de estatura es uno de los rasgos más claros de la transformación del cuerpo del adolescente. La puesta en marcha de los factores que estimulan el crecimiento durante la pubertad suele comenzar tres o cuatro años antes de la aparición de los caracteres sexuales secundarios (vello axilar y pubiano, desarrollo del pene y de las mamas, etc.)

Los chicos consiguen una altura más elevada que las chicas ya que su periodo de crecimiento prepuberal es más largo (los chicos suelen iniciar la pubertad después que las chicas y parten de una talla más alta cuando se produce el estirón).

El crecimiento está programado genéticamente: existe una clara correlación entre la estatura de los padres y de los hijos. Pero también es cierto que sobre esta base genética, diferentes factores ambientales relacionados con los hábitos de vida, resultan esenciales para garantizar un crecimiento óptimo del cuerpo. La morfología del cuerpo también se transforma durante la pubertad y a veces de forma poco sincrónica, la forma del cuerpo se va moldeando de forma diferencial en chicos y chicas durante la adolescencia hasta llegar a la morfología típica de un cuerpo adulto. Los chicos presentan una espalda más ancha y un cuello musculoso mientras que las chicas desarrollan pechos y ensanchan sus caderas.

En los chicos los depósitos de grasa disminuyen, lo que los hace parecer más musculosos y con formas más angulares que las chicas. Estas transformaciones tienen una repercusión clara en el peso que aumenta considerablemente en la pubertad. Mientras que antes de la pubertad existe muy poca diferencia entre la fuerza de unos y otros por ejemplo la fuerza de presión de la mano o de empuje del brazo.

El desarrollo sexual. Los cambios del tamaño y de la forma del cuerpo de los adolescentes, son una serie de cambios físicos directamente ligados a la maduración sexual, ocurren también a lo largo de la pubertad. Los órganos sexuales primarios que son aquellos órganos implicados en la reproducción, crecen y consiguen un funcionamiento maduro. En las chicas, gracias a diferentes hormonas sexuales entre las que destacan los estrógenos, los ovarios son capaces de producir y desprender óvulos maduros que si no son fecundados originan la menstruación. En los chicos, los testículos gracias a la acción de variadas hormonas masculinas entre la que destaca la testosterona, consiguen producir espermatozoides que junto con otros elementos producidos por los mismos testículos y otros órganos (como la próstata) componen el semen. La menarquía suele aparecer a los 13 años y medio, pero puede ocurrir entre los 9 y los 17 años.

Consecuencias psicológicas de la pubertad. Ante los cambios físicos tan drásticos que acaban de ser descritos no es de extrañar que el adolescente necesite más tiempo para integrar y aceptar psicológicamente la imagen de su cuerpo. Es innegable que las

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