El Desierto De Atacama

En el desierto de Atacama, nada es casi algo literal. Las otras fronteras de la región fueron el resultado de un forcejeo entre tratados diplomáticos que determinaron las demarcaciones actuales de los territorios de la Argentina, Chile y Bolivia.

En medio de esa disputa quedo “Suquis”, como lo llamaban los españoles, quizás por haber estado contribuido a la conservable identidad que no reconoce mayor sentido de pertenencia que el de los pueblos andinos.

A Suques la separan 200km de San Salvador, la capital jujeña.

Los 3.896 msnm en los que el pueblo se asienta hacen que las estrellas adquieran un tamaño colosal.

La energía susqueña también está en su gente, que recibe al viajero con la naturalidad silenciosa de su cultura: todos los pobladores son personas de pocas palabras, no parecen preocuparse por venderle nada al turista.

En Suques, muchas familias viven del turismo, otras de la explotación del bórax y de la sal, del trabajo en el municipio o la aduana, pero casi todos se conservan como salvaguarda, la práctica del pastoreo y la ganadería. Hay apenas unas 1.140 personas en el pueblo. El hombre es quien sale y la mujer organiza y administra toda la actividad domestica, incluida la cría de animales.

Una de las características de Suques es el sincretismo, combinado con una mezcla de catolicismo y costumbres locales, oficios religiosos en los que coexisten practicas cristianas y paganas.

Cada primero de agosto, como ofrenda a la Pachamama, se alimentan de coca, tabaco y alcohol a la espera de bendiciones.

En Suques abundan la piedra, cardón, adobe y paja en las construcciones, se destacan la capilla de Nuestra Señora de Belén, y el cementerio. La capilla simboliza la identidad andina y el cementerio también representa un testimonio único de la identidad susqueña.

La verdadera identidad susqueña nunca se asocio a lo nacional, es lógico por la poca influencia que los Estados nacionales ejercieron a través de sus instituciones. Desde la presencia española, Suques se integro primero al virreinato del Perú, y luego en 1776 en el virreinato del Rio de La Plata. En 1825, al declararse la independencia boliviana, la zona se integro a Bolivia, hasta que en 1879, las fuerzas de ese país fueron derrocadas en la Guerra del Pacifico donde se determino la anexión a Chile por diez años. En 1889, la Argentina y Chile demarcaron sus límites definitivos. Desde entonces, Susques pasó a ser parte de Argentina y cedió a Bolivia los derechos sobre Tarija. En 1900, nuestro país creo la llamada Gobernación de los Andes, la cual incluía a Susques, hasta 1943, los territorios que la conformaban se anexaron a Catamarca, Jujuy y Salta. Así, Susques se convirtió en otro de los departamentos jujeños. Desde el asfaltado de 2005, Susques se convirtió en un pueblo aduanero.

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