El Elogio De La Dificultad

La felicidad no es “facilidad” así como el hombre piensa. La felicidad es lograr los retos que día a día la vida coloca en su camino. Esta felicidad solo se encuentra si cada persona se demuestra a sí mismo que sí puede alcanzar todo lo que se propone, pero no porque todo sea fácil sino que por el contrario llegue esa satisfacción de que con trabajo arduo, con sufrimiento y cansancio se logró el objetivo deseado. Todo está en los buenos deseos que se tienen, en dejar atrás esa idea facilista que los hombres piensan para su vida, la gracia no es soñar con esa vida perfecta, ya realizada y completa, sino, es pedir “herramientas” que ayudan a alcanzar dicha perfección.

La dificultad será la excusa que utiliza el hombre para no ver más allá de lo evidente, el pretexto perfecto para no tener que investigar, preguntar, y buscar dentro de sí mismo una respuesta y un camino que lo lleve a su propia felicidad.

En esta lectura se puede rescatar el respeto y la tolerancia que se le debe tener al prójimo, a las personas que nos rodean, a ese pensamiento que no es igual al de nosotros pero que sí es importante, y aunque vaya en contra de nuestras ideas, se debe respetar.

En conclusión Zuleta quiere que los hombres se hagan responsables de lo que hacen, de lo que piensan y de cómo lo dicen. Que por sí mismos busquen esa felicidad y busquen también las herramientas para salir adelante, para lograr todos y cada uno de sus objetivos, sin pasar por encima de nadie, sino por el contrario haciendo y formando una sociedad compleja y preparada para buscar armonía y sobre todo una felicidad interna y no banal.

Comentario Personal:

Estoy de acuerdo con Zuleta, somos facilistas, siempre deseamos paraísos y riquezas que nos lleven supuestamente a la felicidad absoluta. No ponemos de nuestra parte para lograr lo que queremos, podemos ver que “el mundo se está cayendo” y aun así no hacemos nada para detenerlo, para solucionarlo. Además de ello, es tanto el egoísmo que tiene el ser humano que solo piensa en él y así tenga que pasar por encima de otros, siempre va a buscar su bien-estar, sin pensar en la dignidad y respeto por su prójimo.

Sin embargo no estoy de acuerdo con Zuleta cuando dice “Dostoievski entendió, hace más de un siglo, que la dificultad de nuestra liberación procede de nuestro amor a las cadenas. Amamos las cadenas, los amos, las seguridades porque nos evitan la angustia de la razón.” (Estanislao Zuleta, 2000-01-01, Pág. 4.) Porque en realidad el hombre quiere manejar el mundo, quiere que todos estén a sus pies, y poseer el poder sobre todo y todos. Su objetivo en sí es que nadie le diga qué debe y no debe hacer, se cree libre y lo suficientemente capaz para actuar y mandarse solo, y aunque la realidad no es esa, y por ende comente tantos errores, el hombre siempre insiste en creerse más que los demás. Así que no pienso que

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