El Enfoque Constructivista En El Proceso Enseñanza Aprendizaje
eleydi29 de Septiembre de 2011
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“EL ENFOQUE CONSTRUCTIVISTA EN EL PROCESO ENSEÑANZA-APRENDIZAJE”
¿QUE ES EL CONSTRUCTIVISMO?
“No son las cosas las que nos preocupan, sino la opinión que tenemos de las cosas”
El constructivismo es una corriente que cuestiona la visión de mundo objetivista que dice que la realidad existe “ahí afuera” y que nosotros la conocemos a través de nuestros sentidos. El constructivismo plantea que la realidad donde vivimos es el resultado de una construcción que nosotros mismos hacemos, en este sentido dice que no existiría una sola realidad sino tantas realidades como observadores hay.
El constructivismo establece que todos tenemos visiones de realidad que responden a nuestra particular manera de ver el mundo, por lo tanto, una situación no es buena o mala en sí; sino que una misma situación es de una determinada manera, dependiendo desde donde nos paremos a mirarla. En base a esto, se podría plantear que las condiciones sociales, por duras que sean, no producen automáticamente un conjunto de experiencias determinadas en la gente, ya que no son las cosas las que nos preocupan sino las opiniones que tenemos de las cosas.
La visión constructivista asume que cada observador construye su propia realidad, privilegia el papel del observador. Esto aplicado a la psicoterapia se refiere a que como terapeutas, no nos interesamos por el acontecimiento mismo, sino por la versión que trae la persona de ese acontecimiento. No nos interesamos por el hecho en sí, sino en cómo lo vive esa persona en particular.
Como seres humanos atribuimos significados a nuestras experiencias y de esa manera vamos construyendo nuestro mundo. Sin embargo, en determinadas situaciones atribuimos significados que no nos son funcionales y que nos hacen sufrir. Por lo tanto, nosotros como terapeutas tenemos el rol de invitar a la persona a mirar la realidad desde una perspectiva diferente para que pueda atribuir un nuevo significado. No cambiamos realidades sino el significado que le damos a esa realidad.
En este sentido, la psicoterapia sería el arte de sustituir una construcción de realidad que ya no es adaptativa para esa persona, por otra que se adapta mejor. El psicoterapeuta constructivista no se engaña pensando que hace que el paciente vea el mundo como es realmente, al contrario, tiene claro que la nueva visión de mundo es otra construcción, pero es mas útil y funcional para esa persona.
Recuperar la practica de los profesores nomalistas
En la medida que los profesores prediquen desde el ejemplo y conversen con los niños de lo importante que es ”ponerse en lo zapatos del otro” para saber que se siente, los niños podrán ejercer el hábito de escuchar las emociones que emanan de dentro de cada uno y desde los otros compañeros, valorando el sentir y la honestidad de asumirlo.
En los contenidos y valores se hace necesario reeducar en la práctica de relaciones tendientes hacia sentimientos gregarios y de colaboración. En esto tanto escuela como la familia debemos tratar de ser divulgadores de lo “bien que se siente” o lo “fácil que todo resulta” cuando se busca la colaboración, la solidaridad, el acuerdo y la aceptación de los demás.
Estos principios tan cristianos que guiaron la práctica y la ideología escolar de la antigua tradición de profesores “normalistas”, parece haberse perdido, y muchas familias que se dicen cristianas viven en continua competencia y descalificación.
No se necesita ser creyentes de tal o cual fe para vivir estos valores. Propongámonos potenciar en la casa y la escuela valores tendientes a la cooperación, la solidaridad, el compañerismo, la valoración de los aspectos afectivos, la aceptación de lo diferente y en la cual podamos participar activamente en el acuerdo, y la co-inspiración. (Maturana, 1993).
Las familias pueden constituir un claro ejemplo de relaciones solidarias y cooperativas a través de la convivencia entre sus integrantes, validando este tipo de vínculos por encima de los patriarcales.
La escuela podría modelar una nueva forma de relación entre profesores y alumnos, o entre los mismos niños, incentivando relaciones más solidarias y compartidas, fomentando el compañerismo por encima de la competencia, y valorando los aspectos afectivos del desarrollo de niños y jóvenes.
Fomentemos modelos de relación democráticas entre hombres y mujeres, mapeando nuevas formas de concebir la vida en los sistemas humanos, un mapa desde la emoción del respeto, la aceptación, el acuerdo y la cooperación.
Este es el gran desafío que nos queda por delante, y la invitación es hoy a abrir espacios de debate entre niños, profesores, padres y profesionales que participan en la educación de los pequeños. Propongámonos el encuentro y la reflexión formativa sobre cómo llevar a lo cotidiano relaciones dentro del estilo matrístico.
ENFOQUE CONSTRUCTIVISTA DEL APRENDIZAJE
Toma como plataforma la actividad mental, en razón del alcance de aprendizajes significativos; así el estudiante puede llegar a la comprensión y funcionalidad de lo cultivado para construir, modificar, diversificar y coordinar sus esquemas. Estableciendo de esta manera redes de significados enriqueciendo su juicio del medio físico, social, político y favoreciendo su evolución personal; la guía del profesor contribuirá a abrir la capacidad de realizar aprendizajes significativos por si mismo, en todas las circunstancias que se puedan dar, o lo que es lo mismo inducirlo a “aprender a aprender”.
Aquí parece haber una contradicción por una parte, al considerar al alumno como el único forjador y responsable del proceso de aprendizaje y, por la otra el hecho de atribuirle al profesor una importancia decisiva como orientador, guía y facilitador de la enseñanza, donde es importante su presencia en la selección de actividades, la organización, toma de decisiones y aplicación de métodos para alcanzar aprendizajes significativos.
Considerando la intervención de éste, promotora y facilitadora en el proceso de construcción, modificación, diversificación y enriquecimiento progresivo de los esquemas de reflexión de los estudiantes, en la actividad autoestructurante, de la construcción del conocimiento y por lo tanto del aprendizaje significativo.
La intervención pedagógica vislumbrada la necesidad de instaurar una comunicación eficaz con la situación compartida; asumiendo la organización con ciertas metodologías para crear esa comunicación; para esto es imperioso entablar una negociación con los estudiantes, crear una definición intersubjetiva de la situación que obedezca a la utilización apropiada de mediación del lenguaje.
APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
Los antecedentes del aprendizaje significativo son innumerables, afirmado en ideas y connotaciones de distintos enfoques; por ejemplo la concepción humanista apuntada en el alumno, caracteriza la educación adaptada a las necesidades de cada individuo, lo sitúa en el centro del proceso educativo, teniendo como fin el funcionamiento integral de la persona, que aprenda a percibir, a conocer, encuentre su identidad particular. Incluso también se pueden localizar estudios de la curiosidad epistémica y la actividad exploratoria en el marco de las teorías de la motivación, según los postulados de la activación, la motivación por explotar, descubrir, aprender y comprender está ofrendada en mayor o menor grado.
La actividad exploratoria se convierte en un poderoso instrumento para la adquisición de nuevos conocimientos; ello conduce a confrontar al alumno con una serie de situaciones de novedad, complejidad, ambigüedad, incongruencia, capaz de activar la motivación interna, de este modo provocar su curiosidad por el conocimiento.
Como ya se había citado varios teóricos comparten el principio de la autoestructuración, visualizan al estudiante el artesano de su construcción, como el último responsable de su propio proceso de aprendizaje. La tesis por descubrimiento tendida en los años sesenta define el postulado de la adquisición de los conocimientos por sus propios medios, o como lo señala Bruner con el uso de su mente; por tal motivo comprender es inventar y reconstruir es reinventar.
El conjunto de las teorías y modelos educativos, se apoyan en una concepción extrínseca del aprendizaje, excluyendo los valores, fines, sentimientos y actitudes del sujeto; de la misma manera es común encontrar una práctica escolar calculada solo para enseñar, directiva e intrascendente para las necesidades.
Habría que revisar al respecto esta orientación y cambiar la brújula, para que los estudiantes decidan por si mismos cómo quieren aprender, solo ellos saben lo que se adapta mejor a su personalidad y necesidades, poner como primera intención educativa “aprender a aprender” y desplegar la autoevalución como una apreciación específica.
El aprendizaje significativo ha tomado cierta moda, es común encontrar esta noción con innumerables definiciones, muchas veces no se ponen de acuerdo en como abordarlo, no se trata tampoco de establecer una fórmula única; sino más bien de afrontarlo como un instrumento de análisis y de reflexión, en el transcurso de construcción de significados, como elemento medular metodológico; el alumno aprende la explicación de un fenómeno, cuando es capaz de atribuirle un significado; aunque también puede aprender sin atribuirle significado alguno, esto sucede cuando asimila memorísticamente y es capaz de repetirlo o de utilizarlo mecánicamente, sin entender lo que esta haciendo o diciendo.
Puede atribuirle significados
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