El Graffiti Como Heredero Del Muralismo En México

El muralismo y el graffiti son dos expresiones artísticas que se plasman en los muros de las ciudades para representar las diferentes situaciones de la vida cotidiana; a través de diferentes técnicas y los temas son variados. En el muralismo el tema central de la obras es la Historia de México.

Las técnicas murales fueron traídas a México por Gerardo Murillo (Doctor Alt), después de que regreso de Europa. Murillo creó el Círculo Artístico en octubre de 1910 durante el inicio de la Revolución Mexicana (Cardoza y Aragón, 1988, 121).

El muralismo se desarrolló e integró fundamentalmente en los edificios públicos y en la arquitectura virreinal. En cuanto a la técnica, se redescubrió el empleo del fresco, del óleo, del acrílico o de las pinturas de emulsión aplicadas con brocha, rodillo, aerógrafo o aerosoles. Se utilizaron nuevos materiales, así como procedimientos que aseguraron larga vida a las obras realizadas en el exterior.

Por su parte, el graffiti actual comenzó a desarrollarse a finales de la década de 1970 en Nueva York y Filadelfia, donde los artistas comenzaron a pintar sus nombres en las paredes o en las estaciones del metro de Manhattan. Posteriormente, llegó a la ciudad de Tijuana, localidad fronteriza en donde se dio un intercambio cultural con Estados Unidos y los artistas callejeros, quienes tomaron las expresiones y trazos de los estadounidenses (Arte callejero mexicano, 2012 π 2). En cuanto a las técnica y herramientas, se utilizaron los botes de spray, pinturas de aceite o acrílicas, aerógrafo, tiza de aceite, pósters, pegatinas y plantillas (Ganz, 2004, 10)

Históricamente, el graffiti y el muralismo tienen diferencias, pero es en el uso de técnicas y contenidos para plasmar las visiones del mundo en los muros donde tienen semejanzas. Por ejemplo, en los murales hechos por David Alfaro Siqueiros en el Poliforum, se puede apreciar cómo el pintor utilizó diferentes técnicas, como emplear fibra de vidrio para dar un efecto de tercera dimensión y pintar todos los murales con el aerógrafo para dar una textura uniforme.

Sobre los contenidos, de los veinte temas generales que se utilizan en el graffiti, sólo comparte o se pueden apreciar cinco temas en común con el muralismo de la Revolución Mexicana: el graffiti de opinión, el graffiti de recuerdo u homenaje, el graffiti social, el graffiti político y el graffiti artístico.

El graffiti de opinión tiene una temática variada; se vincula a lo literario, filosófico o humorístico, como los murales de Diego Rivera en la Secretaria de Educación Pública. Por ejemplo, en “Fiesta del pueblo”, se aprecia en la parte superior tres calaveras que hacen referencia al clero, a los soldados y a los burgueses diciendo que a todos nos llega la muerte. Por su parte, el graffiti de recuerdo u homenaje sirve para celebrar un acontecimiento crítico, feliz o lamentable, con la clara intención de compartir el sentimiento que se tiene, aquí se pueden mencionar los murales de José Clemente Orozco en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, donde se aprecia cómo el pintor plasmó las dramáticas escenas de la Revolución. El graffiti social se caracteriza por ser un medio de expresión popular a traces del cual se manifiesta el descontento o la satisfacción de particulares y colectivos ante distintas situaciones sociales. El graffiti político tiene la particularidad de ser firmado por un grupo político o participe de una ideología política. Se usa como medio de convocatoria o movilización, de denuncia o de propaganda. Por último, tenemos el graffiti artístico conformado por obras de artistas, en fase de aprendizaje o experimentados. Éste se desarrolla preferentemente en los centros de enseñanza, tanto en sus exteriores como en sus interiores, un ejemplo son los murales realizados en la UNAM. Ambas técnicas artísticas son una forma de expresión para cualquier artista, pero el uso de herramientas como el aerógrafo y los botes de spray, han hecho posible que a los muralistas se les facilite la creación de sus obras.

Las primeras expresiones del graffiti en México eran similares a las de Nueva York. Tags y firmas en un principio, luego obras de mayor calidad y tamaño, hasta llegar a obras maestras y murales enteros. A su vez, una de las particularidades que se dieron en México, fue la de las crews o pandillas de escritores. (Arte callejero mexicano, 2012 π 6) En un primer momento, el graffiti era barrial y marcaba su sello propio los lugares, adueñándose así de ellos. Era una costumbre no pintar en zonas ajenas, era una especie de código al que se adherían todos, destinándose a pintar en sus barrios y no en el de otros.

El graffiti llegó a México mucho después que el muralismo y comparte con él la escena de las artes actual. Usan el mismo tipo de técnicas y herramientas y comparte algunos temas. Otra de sus diferencias con el muralismo es que al graffiti se le ve como un acto de vandalismo porque se plasma en las calles, mientras que el muralismo se encuentra en los museos. Por ello, un gran número de artistas prefieren etiquetar su trabajo como “arte con aerosol”, “posgraffiti”, “neograffiti” o “arte de la calle” para diferenciarlo de los demás (Ganz, 2004,10).

El graffiti ya no tendría que verse como tal, puesto que al igual que el muralismo es importante porque lleva al arte a la esfera pública. Más bien, de vería de mirarse como una nueva visión del muralismo, ya que al igual que los artistas de muralismo durante la Revolución

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