El Humano En La Tierra

El humano en la tierra: una constante decadencia

Si consideramos el tiempo que nuestro planeta ha existido: 4 mil millones de años, y lo comparamos con el de la existencia humana: 200 mil años, nos damos cuenta que es una minúscula parte, no obstante, es mucho tiempo de vida. Para tener una mejor idea de la gran extensión temporal de la existencia de nuestra especie, el calendario cósmico de Carl Sagan, astrónomo estadounidense, puede resultar útil. Dicho calendario representa la existencia del universo en un año cósmico. El Big gang se habría originado el primero de enero, y el seguimiento de un calendario normal indica que la tierra se originó el 14 de septiembre; el desarrollo de la humanidad, la ciencia, la exploración planetaria, toman parte el 31 de diciembre a las 12:00 am.

Es “muy poco” tiempo el que el humano ha vivido en este planeta, no obstante, le ha bastado para transformarla totalmente. Desde las primeras construcciones, los primeros arados, la caza de animales, tala de árboles, los hombres se han valido de los recursos de la tierra para su comodidad. Aunque las primeras civilizaciones han rendido culto a los fenómenos naturales, también han tratado de dominar la naturaleza. De la misma manera que una madreselva crece y toma territorio, el humano se expande sin miramientos y toma y explota lo que la tierra tiene para ofrecer.

La diferencia entre los humanos y el resto de los seres vivos es que interrumpe el ciclo de vida del planeta tierra. Un árbol absorbe los nutrientes del suelo y el agua de las lluvias, y a cambio produce frutos que los demás seres vivos utilizan como alimento; un mono coge una manzana del árbol, la come y, sin ser consciente de ello, siembra otro árbol al desechar las semillas del fruto en cualquier parte del suelo fértil. El humano no acostumbra hacerlo así. Compra una manzana, la come y tira los restos en un bote de basura, encerrando la semilla en una bolsa de plástico, interrumpiendo la posibilidad de nueva vida.

El humano sólo sirve para satisfacer al humano y para remediar los males que el humano ha creado. Es cierto que existen asociaciones que se preocupan por el medio ambiente; siembran árboles y cuidan de los animales en peligro de extinción. Son personas admirables, que se respetan por el cuidado del planeta, alargan la vida de especies y propician nuestra salud. La triste noticia es lo que mencioné al principio de este párrafo: el humano sólo remedia males creados por su misma especie.

Me resulta obligatorio considerar la ayuda proporcionada a personas damnificadas por desastres naturales. Es un tema delicado y puede resultar inhumano para algunos. La cuestión es eso principalmente: es algo in-humano, o extra-humano. Fuera del rango de la humanidad. Es la naturaleza la que ocasiona el “daño”. La tarea del humano aquí pasa de satisfacer a ayudar

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